2034 II

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-ven, tenemos que hablar- dijo ella sería mientras me cogía de la mano y nos metíamos en una de las habitaciones.

Nos sentamos en la cama y ella suspiró antes de abrir la boca de nuevo.

-nosotros estuvimos allí para verlo, estabas besando a James y de repente te esfumaste junto con Winter, James se vio destrozado, ese día él se fue y no volvió hasta dentro de un mes, estaba drogado y borracho, los chicos intentaron seguir con la banda pero él siempre parecía mirar a la nada y estaba ausente las 24 horas del día, los chicos se vieron desesperados y discutieron, lo llevaron a rehabilitación y todos se fueron con él para hacerle compañía, la verdad que habías dejado un hueco enorme en los corazones de los chicos- Corinne hizo una pausa y tomo aire para seguir hablando.

-James se recuperó, pero no era la misma persona de antes, se había vuelto algo cruel y narcisista, había dejado de ser divertido, al menos seguía cantando y componiendo que era lo vital para la banda, el siempre pensaba en tí y te extrañaba aunque lo negara o fingiera que no había pasado nada, todo esto duró hasta el 98, las cosas empezaron ir peor de nuevo y volvió a su adicción con las drogas, murió dos años después de sobredosis- término de relatar.

No podía creer lo que oía y juraría que el corazón se me había parado.

-como que ha muerto de sobredosis?!- salté enojada de la cama mientras unas lágrimas de impotencia salían de mis ojos.

-lo siento Lizzy-fue lo único que respondió mi abuela.

Me sentía culpable y rota, salí corriendo de la habitación para subir las escaleras a donde estaba la antigua habitación del rubio mientras sentía como mi abuela me seguía.

La puerta estaba cerrada con llave pero no tuve problema en dar unas cuantas patadas para tumbarla.

La puerta se abrió de par en par y miré el interior de la había polvorienta y desordenada.

Habían miles de latas de cerveza tiradas por ahí, telarañas, colillas de cigarrillos.

Los pósters seguían en las paredes pero habían muchas cosas que habían cambiado, ahora todo estaba más desordenado y destrozado. Me acerqué a la mesita de noche y entre algunas de las pertenencias del rubio distinguí una foto antigua. La froté contra mi camisa para quitar el polvo y ahí estábamos nosotros, James con el cubo de palomitas en la cabeza y yo la toalla que él me había puesto.

Las lágrimas salían a chorros, era demasiado y podía sentir un profundo dolor en mi pecho.

-Lizzy no quiero que te culpes por esto, simplemente no lo supo controlar- dijo Corinne tras mi mientras acariciaba mi hombro.

Sólo eso hacía falta para que me derrumbara, di media vuelta para abrazar a mi abuela y llorar en sus brazos. Después de eso no recuerdo nada más.

Hasta la luna roja (James Hetfield / Metallica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora