San Francisco VI

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HOLAAAAA lo siento otra vez por tardar tanto :' no me maten XD, tuve unos cuantos problemas pero el nuevo capítulo ya está aquí uwu, disfruten

Los nervios llegaron a mí me de inmediato y los latidos de mi corazón se aceleraron, no sabía si estaba preparada para verlo de nuevo tras haber huido como una maldita cobarde.

Lars todavía me sujetaba y Kirk seguía nuestros pasos, paramos hasta llegar a una puerta de madera blanca.

-bueno hasta aquí te acompañamos, hasta luego- dijo el danés para apartarse.

Yo los miré insegura y Kirk me dedicó una sonrisa tranquilizadora para seguir a su compañero.

Suspiré unos segundos para luego atreverme a tocar la puerta.

-He dicho que no te quiero ver enano!!- dijo la voz de James sonando bastante enfadado.

Nunca lo había escuchado así y la verdad me daba un poco de miedo.

-Soy Elizabeth- dije sin poder reprimir un tartamudeo.

Se escucharon unos pasos acelerados y la puerta se abrió de repente dejándome ver a el rubio. El corazón se me rompió al verlo ahí parado con ojeras, su pelo pajoso más desordenado de lo normal y los ojos rojos e hinchados.

-Lo siento ...-dije en un susurro.

-esta bien, a lo mejor fui demasiado precipitado al pedírtelo..-

Sin poder aguantarlo más me abalancé sobre él y lo abracé. Nunca lo había hecho de esa manera y me sorprendió lo reconfortante que era estar ahí entre sus brazos.

Después de unos largos segundos nos separamos y le dediqué una pequeña sonrisa que él correspondió.

-pasa- dijo haciéndose a un lado para dejarme entrar a su habitación.

Me sorprendió lo organizaba que estaba y el aspecto de esta me resultaba bastante familiar. Al ver la cama de sábanas blancas y el gran ventanal un click hizo en mi mente y me di cuenta de que era la misma habitación de aquel sueño que tuve con James. Cómo podía ser posible si nunca la vi antes?

Salí de mis pensamientos cuando James me señaló que me podía sentar donde quisiera, divisé un pequeño sofá y me senté a su lado.

-lo siento-dije son sinceridad.

-Esta bien Liz-

Yo no paraba de jugar con mis dedos nerviosa sin parar de mirar mis manos.

-Solo creo que no sea posible lo nuestro...es todo- dije intentando no sonar tan hiriente.

-por qué Liz?- preguntó él con la voz quebrada.

Me atreví a mirarlo y me sentí peor conmigo misma.

-no sientes nada por mi?-

Me quedé callada en mi sitio sosteniendo mis manos nerviosa.

-no se- dije mintiendo.

"La verdad ante todo" era lo que siempre me solía decir Corinne.

-sabes que tus gestos te delatan?- dijo el rubio.-Tu nerviosismo, juegas con tus manos y no eres capaz de hacer contacto visual conmigo-

Él tenía razón y lo sabía, me volteé para mirarlo y sin esperarlo repentinamente el se inclinó hacia mi, sostuvo mis mejillas con sus manos llenas de anillos y me besó.

No tuve tiempo a reaccionar cuando sus labios rosados ya estaban sobre los míos.

Al principio solo los dejó ahí rozando como pidiendo permiso. Y sin poder rechazar la tentación junté aún más nuestros labios y cerré los ojos para disfrutar del beso. Fue bonito, inocente y profundo.

Al separarnos me di cuenta de lo acababa de suceder y sentí como me sonrojaba.

Él me dedicó una sonrisa y yo otra.

-y ahora acabo de comprobar que antes me has mentido- dijo James sonriendo descaradamente.

En fin, James seguía siendo James, pero me gustaba tal y como era.

-eres un descarado-

-pero admite que te a gustado-

Me quedé callada y miré para otro lado sonrojada.

-tomare eso como un si en mayúsculas- dijo él riendo.

No pude evitar ser contagiada por su risa y lo acompañé. Después nos miramos a los ojos y nos quedamos en silencio así por un minuto que se me hizo eterno, el cual juro que me sumergí en el mar de sus ojos.

-me quieres?- preguntó de repente.

-te amo James- dije sin siquiera pensarlo.

Al parecer mi respuesta le sorprendió.
Decidí entonces ser totalmente honesta como me había enseñado Corinne desde el principio y seguir.

-desde la primera vez que te vi, me enamoré de tí- dije recordando la vez que encontré la foto del rubio y el danés debajo de la cama-  del chico gracioso y juguetón que eres, quieres hacerte el macho cuando en realidad eres muy tímido y adorable, después empezamos a hablar más y no pude evitar amarte con toda mi alma- terminé con sinceridad.

El me dedicó una gran sonrisa y rodeó sus brazos alrededor de mí para que me acercase más a él, yo me acomodé a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro.

-yo también te amo Elizabeth....- dijo en un susurro.

En esos momentos no me importaba si la estaba cagando, era plenamente feliz con el chico que me gustaba, y eso era lo más importante para mí. Tan solo deseaba poder quedarme junto a James, pero había un número tatuado en mi muñeca que me decía cuánto tiempo me quedaba junto a él, era la triste realidad.

Continuará....

Hasta la luna roja (James Hetfield / Metallica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora