Hasta la luna roja (James Hetfield / Metallica)

San Francisco VII

Se sentía como estar en un dulce sueño el cual no me queda despertar, pero había que ser realista, me tendría que ir y nuestro destino no era estar juntos.

-por qué no quieres estar conmigo entonces?- preguntó él de repente como si me hubiese leído la mente.

Porque somos de tiempos diferentes estúpido.

-porque... Tu eres la clase de chico que le gustan muchas chicas y yo soy diferente- inventé.

El me apartó cogiéndome de los hombros haciendo que nuestras miradas se conectaran.

-No! No lo entiendes Liz, no eres como las otras chicas que he conocido, eres diferente y ahora solo mi mente está pensando en tí cada día-

-pero que me asegura que algún día no te cansarás de mi e irás con otras?- pregunté.

-confía en mi, el amor se trata de eso no? Dame una oportunidad, que podemos perder? Si te hago daño juro desaparecer- dijo él con sinceridad.

Que me estás haciendo James?

-venga no trates de negar de nuevo lo que sientes- dijo el rubio acariciando mi labio inferior con su pulgar.

Por qué él podía ser tan hipnotizante?

-me lo pensaré- respondí sincera sin poder quitar mis ojos de los suyos.

El esbozó una gran sonrisa.

-genial-

-sabes que eso no es un si verdad?- dije riendo.

-para mi lo es- contestó él.

---------------------------------------

-Que dices de esta?- preguntó James con una flying v negra en sus manos.

-es preciosa- admiró Kirk quitándosela de las manos.

-eh! La había cogido yo idiota- replicó el rubio frunciendo el ceño.

-ahora es mía- respondió en rizado mientras yo reía por la escena.

-esta bien, no me pelearé por una estúpida guitarra- respondió el chico levantando las manos.-de todos modos hay muchas-

Si, de hecho nos encontrábamos en una tienda enorme de música porque los chicos necesitaban nuevas guitarras, me sentía como en el paraíso rodeada de tantos instrumentos.

James suspiró y empezó a pasear por el pasillo mirando las demás guitarras con algo de recelo pues la mayoría tenían diseños muy glam, vamos, todo lo contrario a él, y no encontraba nada de su gusto.

Fue cuando una idea iluminó mi cabeza y me dirigí a la persona que nos había reservado la tienda a los tres, ser metallica tenía sus grandes ventajas.

-disculpa, tienes guitarras ESP?- pregunté.

-ESP? Si, de hecho ayer mismo llegó un nuevo diseñó muy innovador con un sonido increíble para el metal, espera un segundo- respondió el encargado desapareciendo por una puerta trasera.

Después de unos 5 minutos el hombre volvió con una caja de cartón enorme entre sus brazos.

-teníamos pensado sacarla para exponerla , pero como acaba de llegar sigue en los cartones-

Yo asentí emocionada y lo ayudé a abrirla, al hacerlo quitamos la envoltura de plástico de protección y por último el estuche de la guitarra. Al abrirlo me quedé maravillada al poder ver por fin la icónica guitarra que James utilizaría para el resto de su carrera.

Su forma tan singular y poco común, su color blanco puro que con los años pasaría a un amarillento, y el espacio vacío donde las iniciales "EET FUK" quedarían grabadas.

La cogí entre mis brazos maravillada observando cada detalle.

-podría conectarla? Creo que a James le va a gustar- dije.

Él asintió y rápidamente trajo un cable y lo conectó al amplificador Marshall más cercano.

La tienda era tan grande que los chicos estarían no sé dónde.
Me dispuse entonces a recorrer los largos pasillos hasta reconocer la cabellera rubia que buscaba.

-James, ven- dije llamando su atención.

El volteó y me dedicó una sonrisa.

-a donde? No he terminado mi búsqueda de mi guitarra princesa-

-ven hazme caso- respondí tirando de su brazo.

-mira esa guitarra- dije señalando la ESP cuando estuvimos frente a ella.

Los ojos de James se iluminaron por completo como si de un juguete se tratase.

-wow, donde estaba? No la había visto antes- dijo mientras la cogía y la analizaba detalladamente.

-la pedí yo, sabía que te iba a gustar-

El me sonrió y colocó bien los volúmenes y tonos de la guitarra a su gusto para probar tocando unos cuantos riffs.

Fue como magia, él estaba en su mundo y parecía que se comunicaba con el instrumento y no le hacían falta las palabras. Lo estaba disfrutando y se podía ver en su rostro.

Kirk apareció con asombro.

-wow donde estaba eso viejo?-

-no sé, la pidió Liz- respondió el rubio contento.

-he encontrado la guitarra de mi vida- dijo el chico esbozando una gran sonrisa.

-se la va a llevar señor Hetfield?- preguntó el encargado.

-si-

-bien y usted señor hammet?-

-me quedo con esta- dijo el rizado señalando una tipo strat negra.

-listo entonces-

-no quieres una?- preguntó James de repente mirándome.

En mis sueños me hubiese imaginado eso, la oferta era tentadora pero negué.

- segura?-

-segura- contesté convencida.

Después de pagar las guitarras y guardarlas cuidadosamente para llevarlas a la mansión James y yo salimos un rato juntos a pasear por la cuidad, me gustaba el ambiente de San Francisco, era bastante ajetreado pero siempre me había parecido una ciudad de ensueño, sus grandes edificios, sus luces, los bares donde habían millones de bandas underground.... Cuando era apenas una niña de 15 años soñaba con toda esta vida tan bohemia y libre, tocar en una banda y viajar de un lado a otro conocimiento lugares fue mi sueño, con el tiempo se desvaneció al ver que la música ya no era lo de antes, la gente ya no componía por pasión, lo hacían todo por dinero, las canciones del futuro eran todas iguales solo con diferentes letras hablando sobre cosas sin importancia. Las pocas bandas de rock que quedaban nadie las escuchaba, en resumen, todo en general era un pop mal hecho sobreproducido que no pasaba de los tres primeros trastes de una guitarra.

Ahora me sentía feliz de estar aquí, cumpliendo mi sueño con James a mi lado.

Miré nuestras manos entrelazadas y no pude evitar sonrojarme, realmente nunca me había sentido tan enamorada como lo estaba ahora, amaba a James, no lo iba a negar.

El rubio se volteó para mirarme, me dedicó una gran sonrisa de esas que él solo sabe dar.

-Que?-

-te amo-

Continuará.....