Capítulo 5: Yuna

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La semana pasó rápidamente y de repente ya era lunes de nuevo.

Hoseok estaba esperando a que el profesor terminara de explicar algo relacionado con las evaluaciones que tendrían, el alfa se tomó la libertad de usar unos minutos extras después que terminara la clase porque era la última del día. A muchos no les importó, pero Hoseok se encontraba realmente desesperado y miraba disimuladamente el reloj en la pared cada 30 segundos (cada eternidad para él).

Tenía que llegar a casa en un lapso de 20 minutos si quería despedirse de su hermana, ese era exactamente el tiempo que le tomaba caminar de regreso. Se lo prometió a Yuna desde que sus papás residieron transferirla a esa escuela, todos los lunes sin falta llegaba a despedirse de ella.

Yuna tenía 10 años, con su cabello increíblemente oscuro y enormes ojos era adorable, pero eso no les impidió a sus padres mandarla a una especie de internado en dónde se quedaba toda la semana, Hoseok intentó evitarlo de todas las formas posibles, pero no pudo hacer mucho.

Por un momento se refundió en sus pensamientos y solo reaccionó cuando Tae le sacudió el hombro —Oye, Hobi. El señor Chan ya acabó.

El salón ya estaba casi vacío, y el pelirrojo recordó que tenía que llegar lo antes posible con Yuna, tomó su mochila, se despidió rápidamente de su amigo y prometió ir a verlo más tarde. Después, salió a paso apresurado del salón.

Yoongi estaba parado junto a la puerta de entrada

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Yoongi estaba parado junto a la puerta de entrada. En toda la semana no había podido hablar con el omega como era debido pues, cómo prometió, no se acercaba mucho a Hoseok en la tienda. De cierta forma eso le dió tiempo para pensar en el próximo paso que daría para ganarse el cariño del pelirrojo y llegó a la conclusión que debía disculparse con él otra vez por el comportamiento que tuvo junto con su hermana, la disculpa que le dieron anteriormente no estaba mal, pero quería asegurarse que Hobi no estuviera molesto.

Le daría un lindo peluche del mismo personaje que tenía como llavero; un caballo morado un poco extraño pero muy lindo, el cual tardó días en encontrar y tal vez, solo si el omega así lo quería, irían por un helado.

Sonaba perfecto.

Sonrió cuando vió al omega salir apresuradamente, pero el pelirrojo lo pasó de largo y se veía con mucha prisa, por un segundo Yoongi recordó que la semana pasada sucedió algo similar. Pero esta vez no perdió tiempo, antes de que se alejara más, corrió hacia él y lo tomó del brazo.

—Hola, Hobi— saludó.

—Hyung, no puedo hablar ahora, de verdad tengo mucha prisa— dijo Hoseok viendo la hora en su teléfono.

Yoongi no le dió tantas vueltas al asunto antes de volver a hablar —Yo podría llevarte a dónde necesites, Yoonji se adelantó y tengo el auto, si tienes mucha prisa yo... solo... digo— su voz fue disminuyendo en volumen mientras terminaba la oración y rio nervioso, no sabía que respuesta esperar del omega.

Hoseok de verdad necesitaba llegar así que terminó aceptando, aún si no conocía del todo al alfa, su hermana lo estaba esperando.

El viaje fue de aproximadamente diez minutos, diez minutos en los que el omega pidió que acelere más veces de las que Yoongi podía recordar, Hoseok le daba indicaciones desesperado sobre las calles que debía tomar y el alfa solo obedecía, un poco nervioso por la actitud de Hoseok, pero también felíz por poder ayudarlo.

—¿Aquí es?— preguntó cuándo vió a la distancia una casa con la descripción que le había dado hace dos minutos el pelirrojo, grande, blanca y con un amplio jardín delantero.

Había un auto estacionado enfrente y un hombre subiendo una maleta en la cajuela, vio a quien probablemente era la madre de Hoseok, salir de la casa tomando de la mano a una niña. En cuanto se estacionó del otro lado de la calle, Hoseok bajó del auto rápidamente casi tropezando y camino hasta la niña y le dió un asfixiante abrazo.

Los adultos veían con desconfianza el coche en el que llego Hoseok, pues nunca antes habían visto a su hijo llegar acompañado de alguien que no fuera Taehyung y ese vehículo definitivamente no era del omega, pero no mencionaron nada.

Tampoco dijeron nada al ver al alfa rubio bajar del auto y apoyar su espalda en la puerta del copiloto.

—Hoseok, hijo. Se nos está haciendo tarde, tenemos que estar ahí antes de las tres— dijo la señora Jung, ella se parecía mucho a Hoseok, rostro delgado y perfilado, solo que no tenía el cabello teñido de rojo.

Se acercó el alfa a su esposa y vió como su hijo mayor tenía abrazado fuertemente a Yuna, la pequeña apenas y podía respirar, pero en ningún momento se quejó —Ho, suficiente— soltó el alfa totalmente serio.

El omega sabía que nunca sería suficiente, pero para no empezar una discusión soltó a su hermanita y cuando lo hizo vió que ella tenía los ojos ligeramente llorosos y las mejillas rosadas —Nos vemos el viernes, Hobi— dijo Yuna que parecía un poco más estable que su hermano.

—Pórtate bien, o cuando vuelvas tendré que pellizcarte las mejillas hasta que te queden muy rojas— dijo sorbiendo la nariz y dejándole un pequeño pellizco a las mejillas de su hermanita, sabía lo mucho que odiaba eso, pero en ese momento poco le importaba hacerla enojar.

—¡No!— se quejó con falsa molestia, haciendo un puchero divertido cuando su hermano la soltó. Luego, Hoseok se agachó y le dió un último abrazo en forma de despedida —nos vemos el viernes, pequeña— le susurró.

Yuna y sus padres subieron al auto y desaparecieron de la vista de Hoseok segundos después. Él se quedó parado observando el lugar por donde se fueron y luego paseó su vista alrededor notando que Yoongi seguía parado ahí, apoyado sobre su auto y mirándolo con interés. Las calles estaban vacías así que avanzó tímidamente sosteniendo sus manos por detrás de su espalda, hasta donde estaba Yoongi, del otro lado de la calle.

Esa simple acción al alfa le pareció encantadora, y no despegó la vista en ningún momento del omega hasta que llegó enfrente de él, mirando el suelo y con los ojos levemente llorosos por la reciente despedida. Yoongi no sabía como era posible que se viera así de hermoso con su nariz rosada y mejillas sonrojadas, pero la imagen era preciosa.

—¿Estás bien?— preguntó el rubio tratando de resistir las ganas que tenía de estrechar a Hoseok entre sus brazos, tenía que controlarse.

—Sí, todo bien. Solo que soy un poco sentimental, le prometí que me despediría de ella y tenía miedo de decepcionarla— dijo sinceramente, no consideró necesario darle más explicaciones porque había visto toda la escena y no era difícil deducir lo que pasó, y en verdad el alfa lo entendió de inmediato.

Yoongi asintió comprensivo y fue entonces que se acordó del peluche que tenía en su mochila, rápidamente lo sacó del coche bajo la atenta mirada del omega y se lo extendió sonriendo ampliamente. —Esto es tuyo, es una muestra sincera de lo apenado que estoy por lo que te hice pasar la semana pasada.

Hoseok estaba confundido, así que sacó de su mochila rápidamente un muñeco idéntico al que le estaba ofreciendo el alfa.

Yoongi abrió los ojos sorprendido —Pero, ¿c-cómo?

—Yoonji.

Min vs Min╏YoonSeok╏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora