Min vs Min╏YoonSeok╏

Capítulo 29: Amargo

El descanso del salón de Yoongi coincidió con el de Hoseok y ahora ellos se encontraban sentados en una de las tantas mesas de la cafetería, uno al lado del otro diciéndose palabras cariñosas y besándose cada que tenían oportunidad, ignorando totalmente la presencia del pelinegro junto a ellos.

La sonrisa que tenía Hoseok en la cara desde que empezó a salir con Yoongi era imposible de pasar por alto, se notaba que era muy feliz conociendo al alfa y todos estaban muy contentos por él, sobre todo Taehyung.

Pero a nadie le agradaría ser ignorado de esa forma.

—¿Pueden detenerse?— dijo haciendo un mohin —Me hacen sentir tan solo.

—Pero si no estás soltero, Tae. Tienes a Namjoon— Yoongi desvió su mirada unos segundos de Hoseok para decirle eso al otro omega.

—Lo sé, pero mi novio no está aquí ahora y ustedes no paran de derramar miel, no es justo— aventó con poca delicadeza su botella de agua en la mesa y cruzó los brazos en forma de berrinche —Necesito a mi alfa— parecía un niño berrinchudo, pero eso lo tenía sin cuidado, tampoco le importaba haber hablado por teléfono con él hace solo unas horas.

—Bien, estaremos tranquilos— el pelirrojo no se había dado cuenta de que la forma en la que hacían sentir a su amigo, y cuando lo hizo se propuso prestarle atención a partir de ese momento.

—Gracias— agradeció sinceramente —Además, ya tendrás tiempo después, estás todo el tiempo con tu novio, tanto que a veces pienso que te estás olvidando de mí— Taehyung era un experto en el drama, y su técnica de actuación era impecable, así que no le costó nada de trabajo mostrarse herido por el abandono de su amigo.

Yoongi le creyó y se sintió ligeramente culpable.

Pero Hoseok lo conocía mejor que nadie y sabía que estaba exagerando, así que solo le aventó una servilleta hecha bolita.

Sin embargo, no fue solo eso lo que le llamó la atención de lo que dijo, también el hecho de que se refiriera a Yoon como su novio %Él y yo todavía no somos novios— le aclaró. Y se sorprendió ante sus palabras, estaba dándose cuenta por primera vez que su relación en con Yoongi en sí, no tenía nombre.

—Pero, se comportan como si lo fueran, incluso ya follaron y todo— argumentó.

Hoseok casi se atraganta con si propia saliva, Yoongi tuvo que darle algunos golpecitos para que se calmara y es que las palabras de Tae lo tomaron desprevenido.

De hecho no habían tenido relaciones.

—No nos hemos acostado, Tae— dijo en voz baja.

—¿En serio? Lo siento, cualquiera pensaría que sí, pero volviendo al tema ¡Pensé que ya se lo habías pedido ser tu novio, Yoon!— las palabras fueron dirigidas al alfa presente y nadie pareció darse cuenta de que por un muy corto momento la sonrisa de Hoseok desapareció.

Por otro lado, Yoongi solo rio un poco por lo ofendido que se notaba Taehyung, él en realidad tampoco había pensado en eso —Creo que solamente no lo hemos hablado— dijo levantando los hombros y restándole un poco de importancia.

No es que no quisiera que Hoseok fuera su novio, al contrario, era lo que más quería en el mundo. Solo que para Yoongi lo que realmente importante era que estuviera a su lado y nada más, lo demás podía esperar.

Pero no sabía lo que rondaba la cabeza de Hoseok con respecto al tema, y si lo hubiera identificado tal vez habría pensado mejor en la importancia que le dió al comentario de Taehyung. No se dió cuanta que Hoseok si lo consideró algo importante, solo que trató de ocultarlo y sonrió como si nada.

Después el tema cambio radicalmente y dejaron ese por el momento.

Una vez que salieron de la universidad, Yoongi acompañó al omega hasta su hogar, como ya era costumbre.

Después de dejarlo en la puerta de su casa sano y salvo, se despidió de él con un beso corto y prometió llamarlo después, luego se marchó sin tocar el tema que quedó a medias en la cafetería.

Él en realidad no estaba pensado en eso, pero Hoseok estaba lleno de preguntas.

Así que una vez que aventó su mochila en algún rincón de la sala, se dejó caer con pesadez sobre el sillón, necesitaba pensar mucho.

Y es que el pelirrojo era feliz con Yoongi, de eso no había duda, pero jamás había pasado por su mente que la forma en la que sucedieron las cosas fue bastante rara.

Y apenas caía en cuenta de eso.

Desde que empezó a ser cortejado por los gemelos Min, Hoseok sabía que quien en realidad le gustaba siempre fue Yoongi, y cuando las conversaciones y salidas con el alfa se hicieron constantes, se convenció de eso, por esa razón el tiempo que estuvo alejado de él debido al malentendido que ocasionó su hermana fue sumamente doloroso.

Pero cuando todo se hubo aclarado, cuando supo la verdad y dió rienda suelta por primera vez a todas sus emociones, las cosas sucedieron demaciado rápido.

Su omega estaba vuelto loco y le decía a gritos que no había nada que pensar, que Yoongi era su alfa y que no había nada de malo en dejarse llevar.

Y así lo hizo.

Apenas le confesó a Yoon que correspondía a sus sentimientos, empezaron a avanzar en una relación de la que jamás se dieron el tiempo de hablar.

Pasaban todo el tiempo juntos, salían, hicieron lo que su corazón y sus lobos le pedían, e incluso conocieron a sus familias presentándose como 'la persona con la que salgo'. Y estuvo bien al principio porque ese era el caso.

Pero ha esas alturas ¿Qué era salir con Yoongi con exactitud?

Aunque un mes no era mucho tiempo, Hoseok pensó que eso era suficiente para que Yoongi se decidiera a hacer algo más formal de su relación, pero la respuesta y la actitud que demostró cuando Taehyung le recriminó por eso demostraba que no tenía prisa por pedirle que sea su novio y tenía miedo de preguntarle la razón.

Ni siquiera habían tenido sexo, a Hoseok no le importó ese detalle hasta que recordó que Yoongi siempre se detenía cuando iban a llegar más lejos con el pretexto de que no era el momento.

¿No lo deseaba?

¿Acabo no lo quería lo suficiente?

¿No tenía planeado estar tanto tiempo con él?

Hoseok creía conocer a Yoongi pero le confundía no saber la respuesta a esas preguntas, y el hecho de que el alfa no hubiera dado tanta importancia como él a la posibilidad de formalizar, lo estaba volviendo loco.

Sin darse cuenta, el omega estaba llenando su cabeza de un sinfín de ideas negativas sobre el rubio, pero no pudo evitar la avalancha de esos pensamientos sobre su confundida mente. Odiaba esa parte de su personalidad que lo obligaba a darle tantas vueltas a un pequeño e insignificante pensamientos hasta convertirlo en algo más grande que le impedía pensar en otra cosa, pero no podía evitarlo.

Esa tarde pasó lentamente y el pelirrojo dedicó el resto del día a pensar en el tema, cayó la noche y se fue a dormir con una amarga sensación asentada en su pecho.