Capítulo 2: Llaves

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—No te asustes, solo quería ayudar, eres muy ligero...— Yoonji hizo una pequeña pausa, preguntándose internamente si debería de terminar la oración, pero no le dió muchas vueltas —...y también eres muy bonito.

Vio como el omega se sonrojaba ligeramente y reía avergonzado, él le dijo algo pero no logró escucharlo debido a la agobiante sensación de calidez que la invadió en cuanto vio lo bella que era su sonrisa, por lo que tardó unos segundos en volver a la realidad.

—Disculpa ¿podrías repetirlo?— preguntó apenada.

—Sí, gracias por ayudarme, mi nombre es Jung Hoseok— al parecer el omega no se daba cuenta del efecto que causaba en la alfa, porque no dudó en sonreírle de nuevo al momento de extenderle la mano.

—Hoseok— susurró maravillada mientas correspondía el saludo —Yo me llamo Min Yoonji y...

—¡Hija!— a la distancia se escuchó la voz de la señora Min llamando a Yoonji, ella estaba a punto de pedirle matrimonio al omega, pero lamentablemente fue interrumpida por su madre.

Claro, solo venían a dejar algo al almacén.

—Me tengo que ir. Fue un placer conocerte, bonito—se despidió de él mientras se dirigía rápidamente hacia la puerta.

Los hermanos en ningún momento mencionaron a Hoseok cuando volvieron a casa, ignorando totalmente el hecho de que los dos terminaron flechados, tampoco externaron su decepción al ir al día siguiente a la tienda y no encontrarse con él, pero... en algún momento se darían cuenta.

Yoongi fue el primero en salir de su salón en el momento que el maestro dió la clase por terminada

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Yoongi fue el primero en salir de su salón en el momento que el maestro dió la clase por terminada.

Tenía todas las intenciones de volver a casa lo más rápido posible y dormir por lo menos unos minutos antes de tener que ir a trabajar con su hermana a la tienda, pero cruzando la salida, a unos metros de distancia, pudo divisar al omega pelirrojo caminando a paso veloz. Se quedó parado, pensando seriamente en si debería ir hacia él y hablarle o mejor quedarse con las ganas, él realmente quería saber su nombre y conocerlo, pero no quería parecer un acosador.

Estaba en ese dilema cuando notó que al chico se le cayó algo de la mochila, pues estaba mal cerrada. Corrió para recoger lo que estaba en el suelo y sonrió triunfante al ver que se trataba de un juego de llaves —Esta es mi oportunidad— murmuró.

Alzó la vista esperando que el omega se hubiera dado cuenta, pero él seguía caminando lo más rápido que podía, al parecer llevaba mucha prisa, así que ya se había alejado lo suficiente como para fuera inútil intentar llamar su atención a esa distancia.

Yoongi quiso correr pero solo empezó a caminar rápido a la dirección por dónde fue el chico, pero el omega a cada segundo que pasada avanzaba más rápido hasta el punto de empezar a trotar. El alfa bufó e igual empezó a trotar lo más rápido que podía siguiendo al chico, pero por más que intentaba igualar su velocidad, parecía que por cada paso del alfa, el pelirrojo avanzaba dos.

El omega volteó a ver a sus espaldas y Yoongi pensó que se detendría para esperarlo, pero en cuanto vio que el alfa lo seguía empezó a correr de verdad. Eso desconcertó mucho a Yoongi quien empezó a correr también y decidió que sería buena idea gritar.

—¡Oye, chico! ¡Se te cayeron las llaves!— gritó alzando los brazos mientras seguía avanzando, pero el pelirrojo ignoraba sus alaridos.

El omega dió la vuelta en callejón y continúo corriendo, eso hasta que se dió cuanta que el lugar en dónde entró no tenía salida, paró en seco frente a una enorme pared de concreto y pudo sentir los vellos de su nuca erizarse —debe de ser una maldita broma— dijo nervioso.

Era su fin, el tipo que lo seguía iba a atraparlo, descuartizarlo, haría desaparecer sus restos y nadie lo encontraría. Tembló ante sus pensamientos.

Soltó un chillido para nada masculino cuando una mano lo tomó del brazo e hizo que se diera la vuelta, estaba atrapado, el pánico no le permitía moverse y tenía muchas ganas de llorar, incluso empezó a liberar feromonas de miedo. El alfa que lo siguió tenía una mano apoyada en su brazo y la otra sobre su rodilla, tratando de recuperase después de correr tantos metros.

—Oye... tú...corres muy rápido— dijo Yoongi hiperventilando, sacó algo de su bolsillo y el omega casi se desmaya —se te... se te cayeron las llaves— arrastraba las palabras debido a que seguía sin recuperar el aliento.

Yoongi vio como el chico apoyaba la espalda contra la pared y se dejó caer lentamente hasta quedar sentado en el suelo —Eres... eres un imbécil— dijo cubriéndose la cara con sus brazos —¡Me asustaste!

—¡Oh!— él por fin cayó en cuanta de la razón por la que el chico corrió de esa forma al verlo, pensó que le haría daño y eso también explicaba su miedo reflejado en su aroma —¡No! Te seguía para devolverte esto— hizo sonar las llaves y le extendió el llavero en forma de un caballo color morado para que las tomara —perdón por asustarte, pero no tuve otra opción más que correr detrás de tí.

Hoseok se reincorporó y se puso de pie para tomar las llaves, ya un poco más calmado — Gracias— dijo todavía un poco molesto por el susto que le dio ese tipo.

Aunque Yoongi se encontraba sudando un poco, en parte por la carrera y en parte por los nervios de poder por fin hablar con el pelirrojo, se armó de valor y decidió presentarse —Mi nombre es Yoongi.

El omega alzó un poco la ceja, no había tenido la oportunidad de verlo con más detenimiento y cuando por fin lo hizo, notó que se le hacía ligeramente familiar, pero no pudo identificar por qué. No respondió al instante así que el alfa habló de nuevo —¿Tú cómo te llamas...?

—Soy Hoseok— respondió guardando el juego de llaves en su mochila, de dónde jamás debieron caer y esta vez se aseguró de haberla cerrado bien.

Aunque estuviera un poco molesto, aceptó que en parte fue su pánico el que malinterpretó todo, así que se decidió a tratar de aligerar un poco el ambiente, porqué Yoongi no se veía como una mala persona y, aunque el alfa no pareció darse cuenta, empezó a liberar feromonas para tranquilizarlo desde hace un buen rato y eso le pareció muy considerado. Además, no iba a admitirlo en voz alta, pero su olor a café y canela no le desagradó en lo absoluto.

» ¿También vas saliendo del colegio?— preguntó sonando más tranquilo y ligeramente sonrojado al darse cuenta lo fácil que se calmó con el suave aroma del alfa.

—Así es, Hobi. Me iba a casa, pero, me di cuenta que se te cayeron las llaves y tenía que devolvértelas— explicó —además, no sabía que tan indispensables son para ti, tal vez son de tu casa o...

El omega se sonrojó de nuevo por el apodo, pero al alfa estaba demasiado ocupado, divagando y diciendo cosas sin sentido sobre los juegos de llaves y su importancia como para notarlo. Hoseok solo se limitó a sonreír por lo tierno que le parecía el rubio, estaba acostumbrado a convivir con los alfas imponentes y serios. En cambio Yoongi se veía tan distraído y gentil que le pareció muy lindo.

Min vs Min╏YoonSeok╏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora