11

1.7K 219 107
                                    

Darrik pega sus manos a mi cadera, impide que me mueva por qué no quiere despertar a su otra cabeza, Regina se queda de pie a lado del sillón donde Arturo toma asiento, empuja un portafolio hacia nosotros y un lapicero para la firma.

—Vasco es un niño muy adorable, espero que lo estén tratando bien. —Darrik se inclina pegando su pecho en mi espalda, toma el portafolio y empieza a leer para luego firmar.

Arturo me mira con una expresión que no puedo descifrar, como asombrado y emocionado.

—Thalie hace su mejor esfuerzo. —Arturo mira a Regina. —Regina, trae la caja fuerte.

Ella asiente en silencio luego de observar a Darrik, se retira, sus tacones resuenan en todo el salón. ¿Que tienen con mirar mucho a Darrik? Si es por sus ojos puedo entenderlo, estaría igual, pero aún así no quiero que lo miren.

Un ligero dolor de cabeza me invade, Darrik coloca el portafolio en la mesa y me entrega el lapicero, cuando voy a firmar Arturo recibe una caja de metal un poco grande, la cual coloca en la mesa y me detiene con una señal de mano.

—Usted no tiene que firmar, el negocio es de los Rediell, para usted Evadne Maksiem, le tengo una ofrenda por su presencia hoy, mi hijo quedó encantado con su presencia y le manda a obsequiar uno de sus colgantes. —Veo que mira de mala gana a Regina, como si estuviese cansado de hacerlo siempre.

Ella se aparta y él abre la caja junto con su código, de ahí mete ambas manos y saca una caja pequeña, negra con adornos dorados, la deja sobre la mesa y empuja con suavidad en mi dirección.

—Este es de parte de Vasco. —Sonríe amablemente. —Y este, es de parte mía, no acepto un no por respuesta.

Coloca sobre la mesa una caja cuadrada, de color rojo abierta, dejando a la vista un brazalete con cristales verdes, bañada en oro.

—Aprecio el gesto. —Me levanto cuando Darrik aprieta más su agarre en mi cuerpo, él se levanta también.

—Fue un gusto hacer negocios, pero debemos irnos. —Toma mi brazo, me despido con un suave apretón de manos con Arturo y salgo junto a Darrik.

—Ahí le agradece a Vasco el detalle. —Añado antes de salir de la gran casa, observo ambas cajas, abro la de Vasco, este tiene un hermoso colgante con un símbolo de cuervo junto a dos colgantes con piedras brillantes.

Antes de cruzar las grandes puertas de la entrada.

—Adiós, Evadne. —Thalie se detiene detrás de mi, veo por sobre mi hombro luego de oírla despedirse, cuando sus ojos se encuentran con los míos, ella levanta su mano y mueve los dedos despidiéndose, seguido de una sonrisa sin mostrar los dientes.

Por último retrocede luego de mirarme con esa sonrisa maliciosa, termina por retirarse.

—Adiós, Thalie.

Había olvidado detallar que llevaba un vestido rojo que para ser sincera le quedaba bien por ser rubia y tener bonito cuerpo pero eso no cambiaría mi odio por ella.

Darrik me lleva consigo de regreso al auto, una ves dentro, guardo los regalos y observó a mi aparente novio que no ha encendido el auto.

—¿Por qué tenías que armar escenas con cada mujer que se te cruzaba?

—¿Eh? ¿Cada mujer que se me cruzaba? Te recuerdo que una estuvo así —Junto mi dedo índice al pulgar, dejando una mínima de espacio entre ambos y se la muestro. —De dispararme y la otra me llamó prostituta y proxeneta. ¿Querías que me quede callada? Lo siento, pero no puedo, no estoy hecha para aguantarme y quedarme callada.

DARRIK. [AKDR #3]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora