DARRIK. [AKDR #3]. ©

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Frunzo el ceño mirándola llamarme por mi nombre, como si se lo hubiese permitido, bien, ahora tengo una especie de molestia con ella por haberme apuntado, gritado y casi dispararme.

—No te permití tutearme, señorita Evadne para ti que no estamos al mismo nivel, pudiste dispararme si no tuviera más capacidad que tú.

—¿Que carajos? —Una voz masculina llama la atención, se queda observando a los guardias tendidos en el suelo.

—Hey. —Atraigo su atención. —¿Quien le dio una pistola? Es como dar navidad en pascuas, necesita más entrenamiento, ¡Por poco me dispara!

—Quien te crees para... —Camina hacia nosotros, su mirada queda fija en mi, es un tipo mayor que yo y me refiero a la edad, por qué en cuanto altura; está en unos 1.49, con Darrik tengo que levantar la cabeza y con Arturo bajarla para poder verle.

Se me queda mirando hasta que por fin reacciona. —¡Oh mierda! ¿Que carajos hace ella aquí? Señ...

—Cuida tus palabras, Arturo. —Darrik toma mi brazo y me coloca a su lado. —Ella es mi...

—Evadne Maksiem. Y mujer de Darrik.  —Esto último lo digo en un tono bajo, no me agrada tanto la idea de una presentación así.

—¿Evadne? —El señor parece confundido y aterrado, hago una mueca por como tiene su mirada sobre mi.

—Si, Evadne. —Le resto importancia. —¿Ella qué es? No me diga que es seguridad de aquí por qué me echaré a reír.

—Te equivocas, soy la mujer de Arturo, conocido como Don Arturo para todos. —Thalie se encarga de informarme su "rango"

No fue una oponente digna, debí soltarle un tiro.

Que no te tiemble la voz para mandar a alguien a la mierda.

—Ah. —Respondo con simpleza, hasta que recuerdo que dijo "te equivocas" y no "usted se equivoca" —Ya veo por qué no tienes idea de la función de una pistola. Debes saber qué no siempre se enseña una pistola para intimidar, se muestra para realizar y poner fin. ¿Quieres que te la muestre por no hablarme con respeto?

—Evadne es suficiente. —Darrik interviene.

—No me dirás qué es suficiente para mí. —Susurro mirando al tal Don Arturo. —Y bien, Arturo. —Pronuncio el nombre del sujeto lentamente mientras veo a los ojos a Thalie, desde que la vi claramente, sentí un odio recorrer mi cuerpo, no sé por qué, pero me satisface descargar el odio que ella misma me hizo sentir contra sí.

—También debe respetarme, estamos al mismo nivel, es la mujer del socio de mi marido.

Eres superior a todos.

—No, no. Te equivocas, soy su mujer porque en fin, pero eso no es lo que me califica, me califica el que puedo pintar la pared de atrás con tu sangre, si me lo propongo. —Me atreví a amenazarla, si en un principio Arturo se mostró asustado por mi presencia, debe saber o conocer a mi padre, tal vez fue por eso su reacción.

Entonces no va a prohibir que me exprese libremente.

—Y ningún guardia podría impedirlo. ¿Seguimos o mejor desapareces de mi vista? —Añado mostrándome jalando del carrizo del la pistola que tiene un pequeño sello de una serpiente, claramente le estoy dando una advertencia, eso se hace para que las balas suban en automático y dispare las veces que quiera.

—Thalie, será mejor que vayas a supervisar a las muchachas. —Arturo habló, como si fuese una orden, ella no quería retirarse, pero al final lo hizo por insistencia en la mirada del señor.