48. | Extra. #1 |

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DANIELLE BASSETT.

Veo el sobre negro en la puerta de la casa, sostengo mi vientre abultado, desde hace unos meses me enteré que es niña, y ya tengo el nombre perfecto para mi pequeña.

Abro el sobre casi con nervios, nunca he recibido uno así antes.

Desde que llevo viviendo bajo el nombre de Alizée Lemoine y mi padre me protege con todas sus influencias, sin embargo aún no me siento segura, algo me falta y es mi familia.

—¡Alizée! —Escucho a la única amiga con la que he pasado todo el embarazo, mi padre se decepcionó y está enojado con Kyler por no cuidarme como quedamos todos para salir del manto protector de mi padre. —¡Mira lo que encontré para la bebé!

Leo lo primero de la carta y mi corazón casi se detiene.

Danielle Bassett, ¿Cómo va tu embarazo? Espero que bien, tengo un trabajo para ti como miembro de la organización. ¿Quieres tranquilidad, paz y una vida tranquila con tu nueva identidad? Dejaré a un lado el hecho de que tienes muchos delitos que pagar.

Serás absuelta de tus delitos, con solo eliminar a una persona, será fácil, nadie sospechara de una embarazada.

Tu objetivo es; Kyler Dust.

Mis piernas flaquean, ¿Quieren que mate a mi primo? Está casi muerto en ese maldito hospital y quieren que lo remate?

—Espera aquí, tengo que hacer algo. —Subo inmediatamente a mi habitación y con cuidado recurro a la pistola que llevo escondiendo durante mucho tiempo.

Si no lo hago, enviarán a otro a hacerlo, tengo que ir al hospital.

—Tengo que ir al hospital, para visitar a mi hermano. ¿Recuerdas? No tardo, espera aquí. —Salgo como alma que lleva el diablo, me subo al primer taxi con rapidez, le digo la dirección del hotel y me aseguro de que la pistola solo sea captada por las cámaras.

Así verán que lo haré.

Al bajar pago con un billete grande y corro por los pasillos, nadie se me puede adelantar, de lo contrario todo será una mierda.

Llego a la habitación del último piso donde se encuentra la de Kyler, en estado de coma inducido para que no se mueva mientras se recupera de los balazos.

Lleva mucho tiempo y es hora de despertarlo, por suerte durante mi embarazo pude estudiar y aprender un poco sobre enfermería y cosas básicas como estas, tengo que inyectarle un medicamento para retirarlo del coma, por suerte hace unos días indiqué que es mejor que no le sigan poniendo más sedantes para mantenerlo en el coma.

Es mejor que esté despierto, inducir por mucho tiempo al coma tiene sus riesgos y no quiero que mi primo los sufra.

—Kyler. —Murmuro inyectando rápidamente el líquido que traigo siempre en la cartera, desde la semana pasada que fue la última vez que lo visité estuve debatiendo en mi mente sobre despertarlo o no.

Los efectos son suaves, ya no está tanto en un coma, si no dormido al bajarle las dosis de la enfermera.

Luego de aproximadamente 45 minutos insistiendo en que despierte abre lentamente los ojos, sonrío alegremente, si ella estuviese aquí él se sentiría en el paraíso, en cambio, en vez de una sonrisa lo veo observar la habitación y fruncir el ceño.

—No fue mi idea. —Aclaro. —Tengo algo importante que decirte, me mandaron a matarte, no lo haré, solo quería mantenerte sobre aviso, ya que cuando se enteren que no lo hice empezarán a perseguirnos de nuevo y tenía que asegurarme de que estés bien.

Le entrego la pistola, tendré que volver con mi padre para mantener la protección de mi bebé.

—¿Cuanto a pasado? ¿Quién te envío? —Intenta levantarse pero lo detengo.

—Han pasado más de 6 meses, ya estás casi recuperado pero no te esfuerces. —Él se fija en mi, nota el gran vientre que me cargo. —Es niña, escucha... Lo siento mucho, ¿De acuerdo? Si quieres luego de que nazca te ayudaré a buscar a Sage si es posible debajo de las piedras.

—Olvídalo, no tienes que arriesgarte. —Sostiene mi mano y deja un apretón reconfortante. —Se siente extraño... ¿Sabes algo de ella? ¿Lo sabes?

—No, me cambié el nombre por Alizée Lemoine y creí que nadie sabría mi verdadera identidad, pero me llegó un sobre hace más de una hora, donde menciona mi embarazo, mi nombre y los delitos que cometí, me ofreció borrar mi registro criminal a cambio de matarte y sabes que nunca haría eso.

—Lo sé... Mierda. —Gruñe, tiene todo exactamente igual, me encargué la semana pasada de ayudarlo con su cabello que había crecido demasiado, aún permanecen las ojeras bajo sus ojos solo que menos visibles.

Conociéndolo pronto estarán como antes si no la encuentra.

—Tienes que irte, ve con tu padre, en cuanto la encuentre querrá verte sana al igual que a tu bebé. ¿De acuerdo? Ve.

Asiento lentamente, espero sinceramente que no le suceda nada a ambos, he recibido ayuda por la depresión en la que me dejó... Ni siquiera puedo mencionar su nombre en mi mente, me duele recordarlo y que no estará más con nosotros.

—Cuidate, Kyler y ve por ella después de recuperarte, tengo miedo de que le suceda algo por qué debe estar sola.

Mis palabras hacen tensar su cuerpo y su mandíbula, aprovecho en retirarme para darle su espacio, sé que ahora todo va por su cuenta pero si quiere sufrir lo querrá hacer en soledad, no conmigo presente.

Él es así, siempre ha sido así desde que somos unos críos nos hemos tratado como hermanos y no va a cambiar por nada del mundo.

Sé que lo primero que hará ahora, es querer buscarla, no está mal pero espero sea capaz de cuidarse aunque sea un poco, nunca le ha importado su vida y es lo que me tiene mal, perdí al amor de mi vida y no quiero perder a Kyler que es casi mi hermano directo.

Cruzo la recepción, debo ocultarme de nuevo, al menos hasta que nazca Darelle y pueda protegernos mejor.

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DARRIK. [AKDR #3]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora