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—Tú le dices sobre esta mierda y te voy a destruir con todo lo que tengo. ¡Te lo advierto! —Se acerca lentamente a la cama. —A ella solo puedo lastimarla yo, nadie más. ¿Oíste? Nadie. Más.

—Eso me gusta de ti, pero ahora quiero a tu amigo también. ¿Sabes? Tengo una propuesta para ti, te doy un millón si lo traes a una reunión conmigo.

—¿Realmente crees que haría eso? Puede que te haya casi vendido a Meredith Lewis, pero mis amigos, que son casi mis hermanos, no te los voy a entregar.

—Es una lástima... ¿No lo harías ni por tu hermana que está refundida en prisión?

—No hables de mi hermana. ¿Quieres volver a verme? Consigue el dinero que te pedí. —Sin más lo veo irse y cerrar con fuerza.

No pasan ni 5 minutos que Ana sale corriendo detrás de él luego de colocarse su blusa nuevamente.

—¡Jake! —Hora de actuar.

No puedo salir de la habitación de aquí, puede volver y no sabría donde meterme si la niña me ve.

Con una mano me sostengo del metal y estiro mi cuerpo para pisar la baranda del balcón de la otra habitación, hago fuerza para pasar lo más rápido, dirijo la mirada abajo y veo que el guardia de ahí está por despertar, no puede hacerlo.

Caigo de pie en el balcón, abro la puerta y entro en la otra habitación, sigo mi camino hasta la puerta con mucho cuidado y al abrirla ojeo el pasillo que no se encuentre ninguno, ya tengo lo que necesitaba, las fechas y ahora debo conseguir entrar al edificio que estoy segura que no es sólo un hospedaje para los criminales de la organización disfrazado de compañía.

Bajo corriendo las escaleras y antes de entrar al despacho para dejar la agenda veo de reojo por la ventana que da a la calle a Jake con la mirada perdida mientras Ana le habla.

Dejo rápidamente la agenda sobre el escritorio y salgo rápidamente por la puerta trasera, encuentro al tipo de pie y de espaldas a mi tomando su cabeza entre sus manos, le suelto otro golpe en la nuca y cae nuevamente, sigo el camino por el qué me guió el trabajador de Cuervo.

Lo encuentro esperándome con desesperación, al verme se alivia.

—No pude detenerla, me dijeron que volvía en 15 minutos, lo siento jefa.

—No hay problema, ¿Por dónde puedo salir? —Me urge ver a Cuervo, tengo que descartar las ideas de mi cabeza.

—Oh si, ahorita usted se esconde por aquí, les diré que el compañero no se siente bien y todos irán a auxiliarlo, ahí podrá salir de la casa, cuidado con la cámara no lo olvide.

—Bien.

—————

—Ahí estás. —Murmuro al verlo sentado en el sillón frente a mi cama, trae una bebida en la mano y las luces están apagadas, todo se ve oscuro menos su silueta.

—No la mataste, ¿Verdad?

—Tengo que hablar contigo, sobre algo importante. —Me acerco y enciendo la luz de la lámpara. —¿Por qué lo hiciste?

—¿Mhm? ¿Hacer qué?

—¿No tienes algo que decirme? —Recargo la pistola sobre mi regazo mientras lo veo de reojo. —Tú enviaste a esa mujer para qué les dispare a mis chicos. ¿¡Por qué lo hiciste?!

—¿Qué? ¿Desconfías de mi? —Bufa levantándose, lo veo llevar una de sus manos a su cadera y con la otra acariciar el puente de su nariz. —¿Esto de verdad? No puedo creerlo. ¿Crees que haría algo como Alexer o Darrik?

DARRIK. [AKDR #3]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora