DARRIK. [AKDR #3]. ©

Prefacio.

JUNE STEWART.

—Darrik, se ve fatal. —Admito observando como la abstinencia la ha llevado a la locura.

—Puedo curarla. —Asegura preparando las inyecciones, y claro que puede, Darrik lo puede todo. —Aider la llevó a esto, quería vengarse de Dage y ahora me toca reparar sus mierdas.

Observo a la chica, está mojada y echa bola en una esquina, se ríe como una desquiciada, murmura cosas que no puedo oír y tampoco entender.

—Me encargaré de ella, me mostraste lo inútil que eres en las sesiones, así que estás fuera de las sesiones de esta paciente, no me arriesgare a que se muera como las demás que dejaste morir.

—Pero... —No puede dejarme fuera, tengo que estar dentro de las sesiones, no puedo permitir que él lleve a cabo todo sin mi, o ella podría ser la diferencia de las muchas chicas. —Darrik, yo soy buena ocupándome en esto, te prometo que está chica no será como las demás.

—Y no lo es, pero es tiempo de que te tomes un descanso, mañana llega tu suplente, retirate, June.

—Pero Darrik, no..

—June, hazme el favor de retirarte, tengo cosas que hacer y no necesito que me estorbes. —Gruño retrocediendo, veo que va hacia ella, y siento mi sangre hervir.

Salgo de la pequeña clínica, cruzó el laboratorio de los Rediell y salgo a tomar aire libre, ahí se encuentran las furgonetas donde llevan a las mujeres que murieron en medio de las pruebas, me acerco para revisar que ningún necrofilo se le ocurra malgastar los cuerpos que le pueden servir a Dante Rossetti, vendedor de órganos.

—Le dicen a Dante que va de mi parte, no demoren. —Ordeno, me giro para ir en dirección a la mansión, tantos años y no conseguí que Darrik me utilizara en sus pruebas.

Tantos años saboteando sus pruebas y sesiones para nada.

Al pasar por la clínica escucho un fuerte grito, desgarrador y de dolor, es ella.

Él ha empezado.

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