Cierro la puerta detrás de mí, no suena por suerte, no necesito que nos interrumpan, tengo que sacarle la verdad así tenga que torturarlo.
Me adentro en dirección a donde solía dormir, aunque todo ya no está como antes, donde se encontraba el sofá cama está otra máquina y en una zona más oscura se encuentra él, sobre el sofá.
Lo veo sentado con una toalla limpia la sangre de la comisura de su labio y también seca su cabello ahora mojado.
Solo lleva puesto una toalla alrededor de la cintura, le acaban de golpear y está tranquilo después de una ducha, ¿Aquí encerrado?
Está loco.
—¿Realmente no me recuerdas? —Se atreve a cuestionar.
—No. —Miento deliberadamente.
—Entonces... ¿Por qué viniste? —Bufa. —Mentirosa.
Vine por que quiero gritarte y golpearte sin Darrik presente.
—¿Por qué estás aquí? —Me plato frente a él, no puedo verlo bien por qué está en el rincón más oscuro, a pesar que en unas horas va amanecer.
—Por ti.
—Mientes. ¿Por qué estás aquí, Alexer? —Gruño acercándome firme ante él, sus ojos siguen fijos en mi, veo que está cerrado casi todo aquí, ya sabía que Darrik después de sacarme iba a cerrar las puertas de aquí dentro, como el gimnasio y el lugar donde tiene un arsenal.
—Ya te lo dije. —Se pone de pie, odio que sea más alto que yo. —Un día te dije que volvería a ti, siempre lo haría.
—No es cierto. —Niego con la cabeza. Me acerco más a él, levanto mi mano derecha hecha puño y le doy un fuerte golpe, seguido de otro con la otra mano.
Luego de dos golpes, lo empujo, pero no toca el sofá, se vuelve a levantar.
—¡Pégame, hazlo! —Incentiva y murmura. —Si me va doler amarte, que me duela.
Vuelvo a golpearlo nuevamente a cada lado de sus mejillas hasta que en un punto él detiene mi mano, la sostiene con suavidad y utiliza aquello para tirar de mi brazo hasta que mi espalda hace contacto con su pecho duro y desnudo.
Me inmoviliza perfectamente bien, y pega su rostro contra mi cuello, su respiración me produce escalofríos de tenerlo tan cerca.
Sus labios rozan el lóbulo de mi oreja, su respiración se hace más pesada al igual que la mía.
—Todo aquí tiene tu olor. —Lo siento sonreír. —Puede haberte cambiado de nombre, el color de cabello y tu personalidad, pero nunca podrá cambiar este aroma que tanto me encanta.
—Sueltame. —Ordeno.
—No, ahora tú me vas a oír, por qué no lo hice por que no te amaba, al contrario. —Intento forcejear contra su fuerte agarre, pero él es mucho más fuerte.
—No quiero oírte más, voy a matarte.
—Si, claro, calabaza, pero luego de oírme. —Su respiración está hecha un caos, y odio que me respire en el cuello, me da miles de escalofríos. —Todo lo que hice, fue para protegerte, lo sabes, todo fue para ti.
—Cállate.
—Shhh, no seas ruidosa, escúchame. —Siento un poco de ardor en los nudillos, por qué lo golpeé con todas las fuerzas que tenía en el momento, y aún quería seguir golpeándolo. —Más de medio año... Sin tenerte cerca. —Murmura sin aliento. —¿Sabes en donde estuve? ¿Sabes quién me obligó a dejarte y me puso de carnada para que tú sigas viva? ¿¡Lo sabes, Sage Thyssen?!
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DARRIK. [AKDR #3]. ©
Mystery / ThrillerTodo lo que el dragón hace con las manos se vuelve perfecto. COPYRIGHT © 2021 Evadne Reed. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, tampoco se acepta copiar palabras o frases de...