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3 AM.

—¿Le dijiste lo que tenías que decirle? —Pregunto a Brandon que trae la maleta del intercambio.

—Le dije que tenemos DEEP de los Brunswick y Hells Angels, ya sabes, "Droga Especial En Proceso" aún no enviada al mercado, accedió feliz a cambio de todo lo que le dieron los Rediell.

—Sabe que no pierde. —Observo por la ventanilla del auto, esperamos a que llegue, ojalá no con sus perras, estamos puntuales y ese aún no llega.

—Escucha, no va a revisar la maleta estoy seguro por qué te verá, sabe quién eres entonces eso nos da ventaja de que podemos huir con la otra maleta, eso sí, nosotros si la vamos a revisar.

—Obvio. —Por fin veo asomarse dos autos negros, en la entrada del garaje viejo baja el señor junto a dos hombres con armas grandes y pesadas. —Vamos a por ello.

Ambos bajamos del auto y empezamos a caminar elegantemente hasta llegar frente a ellos, somos miembros de la OMC y soy quien lo representa, tengo que demostrar mi seguridad y el control que llevo.

—Llega tarde. Creí que le importaría reunirse con la dueña de la organización. —Comento desagradablemente, él desvía la mirada, apenado y aunque parece que no le gusta seguir órdenes se contiene.

—Ya estábamos por irnos, ella no está para desperdiciar su tiempo. —Añade Brandon.

—Evadne querida... —Murmura intentando parecer amable.

—Sage Thyssen. —Corrijo, cree que no sé que ya sabe quién soy. —¿Trae lo que le pedí? Quiero absolutamente todo, no me haga tener que buscar con los recursos de la OMC, lo que le tenemos vale oro puro, como 300 mil arcones, es droga de la buena y aún no está a la venta.

Brandon se apresura a la mesa, coloca el maletín sobre la mesa, Don Arturo da la señal para que uno de sus hombres coloque el otro maletín junto al nuestro.

Nos costó conseguir una mierda que no tenga olor fuerte, ya nos veíamos ridículos en la plaza siguiendo algún perro que quiera darnos un poco para el intercambio.

—Puede revisarlo. —Brandon sugiere.

—Confío en ustedes. —Empuja suavemente el otro maletín, por el lado de Brandon él si lo revisa, hay varias cosas de valor, se ve el oro puro, deja otro maletín sobre el nuestro, Brandon lo revisa de reojo, no puedo ver aún su contenido por su gran espalda.

—Bien, fue un placer hacer negocios con usted. —Brandon culmina tomando los dos maletines, camina en mi dirección y hecha la cabeza en dirección a la salida.

Hora de irnos.

—Ah, salude de mi parte a Vasco y le dice a sus perras que Sage ha vuelto. —Sonrío complacida, él asiente algo nervioso, en cuanto llegamos al auto, vemos de reojo que ya vió nuestra sorpresita.

—¡HIJOS DE PUTA! —Grita luego de ver a Brandon, subo rápidamente al auto al igual que mi acompañante, no sé si se debate en hacer que sus hombres nos disparen.

Esperan la señal que no tarda en llegar, las balas resuenan en el establecimiento abandonado.

—¡Pronto le llegará un regalo de mi organización! —Alzo la voz con la ventanilla semi abierta, Brandon retrocede para que no nos lleguen las balas. —¡Considérese exiliado de la OMC y su territorio!

Doy la señal, Brandon acelera, con precisión le apunto a uno de los hombres de Don Arturo, la bala le atraviesa el pecho, era el hombre que más cerca estaba de su jefe.

Una clara amenaza de que pudo caerle a él, pero no lo quise así.

—Es genial como tú y yo somos un gran equipo. —Sonríe moviendo el volante, reposa su mano sobre mi pierna cubierta por el pantalón de cuero.

DARRIK. [AKDR #3]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora