Abro lentamente los ojos para encontrarme con un Darrik dormido, dirijo mi atención a la pequeña ventana con las cortinas, en los extremos se puede ver si hay luz del día, está amaneciendo, el chico de la heterocromía roja duerme tan tranquilo mientras a mi me tiembla todo el cuerpo al intentar girarme y no puedo siquiera moverme mucho.
—Maldito, Darrik. —Gruño haciendo el intento de levantarme, todo mi cuerpo estaba con marcas de anoche y hasta huellas de sus manos al azotarme.
Utilizo mis puños para arrastrarme sobre la cama, veo su cuerpo, desnudo bajo las sábanas, está boca abajo, con su cabello negro totalmente despeinado cubriendo sus ojos, debe estar dormido.
Siento como si estuviese en peligro, una vez más siento mi mente hecha un caos, mi mente murmura muy en el fondo.
Peligro, peligro, peligro, huye, huye, huye del peligro.
Y otra cosa se cruza por mi mente.
Mátalo.
Niego con la cabeza repetidas veces, observo a Darrik dormido, su espalda tiene algunas extrañas marcas que son casi invisibles, son como... De quemaduras, solo que ya ni se notan por las marcas de... Arañazos.
Ya lo hice, debo largarme de aquí, es la oportunidad perfecta para dejar de estar bajo su maldito control, también... Tengo miedo, yo nunca tengo miedo, pero algo dentro de mí me produce miedo de estar aquí, una parte de mi... Sufre, por haberme acostado con Darrik.
Dejo salir el aire que no sabía que estaba conteniendo, veo mi ropa interior tirada en el suelo a mi lado de la cama, por suerte a mi alcance, me siento destruida.
Pero aún puedo mover mi cuerpo, me las arreglo para colocarme la ropa interior y el vestido, en todo momento observo a Darrik, que está totalmente dormido, apoyo mi mano en el pequeño sillón para mantener el equilibrio, me coloco los tacones negros de diseñador, eran algo incómodos por qué me sentía como una gelatina.
Dejo el brazalete que me regaló Don Arturo y solo me coloco el obsequio de Vasco, quería darme un baño pero eso despertaría a Darrik o daría tiempo a que se le vaya el sueño, por último tomo la pistola de la mesa de luz.
Salgo de la habitación intentando hacer el más mínimo ruido, una vez fuera de la habitación me pongo rígida intentando mantener mi postura de siempre, el frío viento a estas horas del día me congela por completo, siento mi piel erizarse.
Veo una puerta entreabierta al otro lado del pasillo, en una de las habitaciones, sin pensarlo dos veces, solo tengo la pistola en la mano, y el cielo azul aún oscuro no permite que la pistola entre mis manos sea visible, llego a la puerta y la empujó con lentitud, levanto un poco la mano apuntando con la pistola.
Una vez estoy casi dentro, observo el interior y me encuentro con unos ojos verdes con cabello cenizo.
—Hola. —Fuerzo una sonrisa, él sigue estupefacto ante mi presencia. —¿Cuál es tu nombre? Solo vengo por una...
Hago silencio mientras aún apuntándole con mi otra mano abro el armario que por suerte está a un lado de la entrada, encuentro unos abrigos de color blanco, rojo.
—Raymond. —Por fin responde el chico con rasgos tiernos, parece aún asombrado.
—Bueno... Raymond, solo vengo por un abrigo. ¿Puedes prestarme uno? De preferencia que sea negro.
Me detengo unos segundos, lo observo sentado en su cama, con medio cuerpo dentro de las sábanas, se encuentra con la espalda apoyada en el respaldar.
Entrecierro los ojos en él y luego sonrío señalándolo.
—Ese me gusta. —Veo su abrigo con capucha, negro con diseño de rayas blancas en los brazos.
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DARRIK. [AKDR #3]. ©
Mystery / ThrillerTodo lo que el dragón hace con las manos se vuelve perfecto. COPYRIGHT © 2021 Evadne Reed. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, tampoco se acepta copiar palabras o frases de...