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Me ofrecen un vaso azul con una bebida media verde en el interior, la recibo pero no la bebo.

—¿Y, Jake? —Pregunta Ryland. —¿Haden y el puto? ¿Donde se metieron?

—Cálmate, deben estar en la barra. —Raymond toca su hombro, aunque más bien creo que están ligando en la fiesta y ellos tienen que cubrirse mutuamente.

Observo más de cerca la bebida, es como un gas disolviéndose, o algo extraño que en el interior burbujea combinándolo con el líquido.

Tiro el vaso y tomo de la mano a Raymond.

—A bailar.

—No... Uhm, no soy bueno en esto.

—Solo tienes que seguir el ritmo, quiero verificar algo rápido, y necesito que bailes conmigo. —Asiente no muy convencido, me pongo de espaldas a él, llevo sus manos a mi cintura y empiezo a mover mis caderas junto al nuevo ritmo de la música, cambia la música todo el tiempo.

Busco con la mirada entre todas las personas, y veo a un tipo con capucha negra en un extremo, está fumando un cigarro de color azul.

Y se acerca un chico, hacen un intercambio luego de tomar sus manos y se alejan como si no se conocieran, ese es el que vende la droga, no hay duda.

Y, quieren drogar a todos.

—¿Tomaste alcohol? —Me giro y sigo meneando mi cuerpo al ritmo de las personas.

—No, a penas llegué. ¿Por qué?

—Alguien está metiendo droga a las bebidas, tienes que avisarles, ahora vengo.

No es por salvarlos, quizá a Raymond si y Kalissa, pero los demás no me importan, yo solo quiero comprar si ese que está ahí todo cubierto y de negro es quien tengo en mente.

Me alejo de Raymond en cuanto lo capta y él va con los demás, una vez que esa persona se percata de mi, que lo veo fijamente se gira e intenta alejarse, acelero mis pasos, saco la pistola del bolso de tira y lo detengo cuando está por una puerta de incendios.

—Tranquila, si quieres más te la puedo vender, tengo más. —Murmura asustado, le quito la capucha y veo unos rulos negros y cara de drogadicto. —¿Quieres de la azul? O el polvo de angel. Tengo de los dos.

Empujo su pecho contra la pared.

—¿Quien te envío? ¿Sabes que son menores de edad? No puedes vender droga aquí.

—No te entrometas, no sabes con quién te estás metiendo, si fuera tu cerraría la boca.

—¿Quién te envío? ¿De donde sacaste el polvo de angel? —Con la aguja del tacón golpeo detrás de sus rodillas para que caiga sobre ellas. —Responde o voy a matarte.

—Si crees que una simple mujer me va a sacar la información porque me golpeó desprevenido, estás equivocada. —Gruñe. —No voy a hablar contigo sobre mi jefe.

—Entonces tendré que usar las uñas.

—¿Me vas a arañar como una gata? Hazlo, que ridícula. —Tiro del cabello arriba de su nuca para atrás y acerco mis uñas por su garganta.

—Requiero saber quién es el jefe y como tiene la droga que hace Don Arturo. —Deslizo las esquinas afiladas de mis uñas por su cuello, tengo que poner más fuerza para lograr hacer algunas rasgaduras más graves.

—No te diré.

—Ya que no quieres hablar... Tendré que cortarte la garganta. —Deslizo con fuerza y presión en el cuello, intenta gritar pero se resiste, sabe que perderá por qué tiene mucha droga en los bolsillos. —Aún estás a tiempo de hablar.

DARRIK. [AKDR #3]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora