25

1.3K 195 62
                                    

Darrik señala con la cabeza a la entrada de la puerta que se encuentra entreabierta, segundos después me entrega una pistola.

—Dispara y te diré la verdad sobre Dage. —Asegura observando mis manos, sin querer recibí la pistola.

—¿Por qué yo? ¿Por qué no lo haces tú? Darrik Rediell, yo no soy una maldita sicaria, soy una asesina si, pero no una que siga tus órdenes.

Intento regresar a la habitación por donde vine, a mitad de camino él carraspea atrayendo mi atención.

—Te traicionó y no quieres dispararle? —Comenta burlón. —¿Es qué me mentiste, Sage?

—¿De qué estás hablando? —Gruño regresando a él, me planto frente a frente. —¿Por qué lo haría? ¿Le tienes celos por que es un ex del pasado?

—Es como mi hermano, pero traición se paga con sangre, aunque cueste. —Gruñe contra mi rostro. —Solo tienes que ir y jalar del gatillo, no es difícil. A cambio, traeré a la mujer que usurpó el puesto de tu madre, para ti. ¿No es un buen trato? —Desvío la mirada de él a la puerta, él se burla y luego me obliga a verlo a los ojos. —¿O es que sientes algo por él?

—¿Como vas a traerla? —Eso si me interesa, tenerla frente y hacerla sufrir por mi propia mano sería un sueño hecho realidad.

—¿La quieres viva o muerta?

—Viva.

—Entonces, quiero oír que lo hagas. —Murmura acercando su rostro al mío amenazante, lleva su mano a mi oído donde siento que deja algo. —Estaré gustoso de oír su último suspiro.

No era buena idea confiar en que va a traer a la mujer que no deja huellas no rastros para perseguirla, lleva muchísimo tiempo en esto.

Recargo la pistola y la escondo en mi espalda baja cerca a mi cadera, tomo una bocanada de aire y voy a por ello.

Cierro los ojos con fuerza al imaginar que volveré a verlo, no quería llegar a eso, mucho menos a tener que dispararle, pero mi mente, siempre me ayuda en eso, para no sentirme mal recuerdo cuando él se fue y con quién lo hizo.

Aprieto los dientes y lo veo revolviendo su cabello sin verme, se ve frustrado.

—Alexer. —Atraigo su atención.

Él detiene sus movimientos en cuanto me escucha, se gira lentamente hasta que veo su rostro que realmente me hizo sentir un vacío, aunque al parecer, Darrik lo había vuelto a golpear, pero parecía no importarle.

La gravedad de su mirada se convierte en un velo de y arrepentimiento, se ve terrible, aunque es hermoso, se ve mal.

—Sage, escúchame. —Gruñe acercándose a mi, me toma de los hombros, me quedo de pie rígida. —Tú me das fuerzas y, sobre todo me haces sentir y ser una mejor persona, pero a la vez me debilitas, es por eso que pienso en tu bienestar y es por eso que hice...

—Alexer. —Vuelvo a llamarlo, de algún modo esto me destroza por dentro. —Tengo qué...

—Solo hazlo, deja las palabras. —Interrumpe Darrik a través del micrófono.

Me mira fijamente con esos ojos azules, tristes y suplicantes. No sé qué espera de mi, que espera de este monstruo sediento de muerte y destrucción.

Sin esperarlo Alexer cae sobre una rodilla frente a mi, con la cabeza baja, su cabello rubio está hecho un caos por todas las veces que lo revolvió como signo de frustración, un jadeo de sorpresa escapa de mi al verlo en ese estado.

—¿Que haces? —Murmuro observando que tiene la mano en la sien.

—Perdóname. —Pide con un tono desesperado.

DARRIK. [AKDR #3]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora