❝Jeon Jungkook intenta demostrarle a Lee Yehyun lo que es un buen amor, pero jamás espera que su vida comience a correr peligro cuando el mayor narcotraficante, conocido como V, al cual busca desesperadamente, se obsesione con Yehyun.❞
Hermosa porta...
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❝PELIGRO❞
Yehyun se encontraba en el restaurante con los brazos apoyados en la barra, su barbilla apoyada en la mano, y con una sonrisa en su rostro, embobada al recordar la noche que había pasado junto al policía. Yoongi mientras llevaba los pedidos miraba desconcertado a su mejor amiga, sin duda le preocupaba que se estuviera de esa manera.
—¿Qué hiciste anoche? —la sorprende apoyando los brazos en la barra frente a ella—. ¿Probaste alguna sustancia rara? —la mira fijamente entrecerrando los ojos, tratando de adivinar—. ¿Tienes fiebre? —toca su frente.
—¡Quítate! —saca su mano mirándolo molesta.
Rápidamente aquel semblante de molestia se borró de su rostro, siendo reemplazado por la sonrisa al ver a Jungkook.
—Hola —su voz sale más aguda de lo normal, por lo que Yoongi hace una mueca de desagrado.
El pelinegro al notarlo no pudo evitar sonreír, mientras trataba de soportar las ganas de saludarla con un beso en los labios, los cuales se le hicieron adictivos desde que los probó. No había dejado de pensar en ella, por lo que en su hora de almuerzo le pidió a su mejor amiga que lo acompañase a Ambross para poder verla, la cual aceptó encantada de que al fin comenzara a distraerse del trabajo.
—Buenas tardes.
Se acercaba lentamente, por lo que ella se acercó más esperando que le diese un beso en los labios, pero le dio uno en la mejilla haciéndola sonrojar por haber sido tan obvia. Yoongi al notar aquel momento se cubrió la boca para no soltar una carcajada, pero al voltear y encontrarse con una mirada intensa se asustó.
La chica de cabello corto se encontraba frente a él, lo miraba con una gran sonrisa en su rostro y en cuanto sus miradas se conectaron ella movió su mano en forma de saludo.
—Es mi hora del almuerzo, así que decidí venir a verte —admite Jungkook.
—Me parece bien —murmura tímida—. También tenía ganas de verte.
Aquellas palabras lo hicieron sorprender y a su corazón brincar de emoción, habían sido un motivo para que su día se alegrara.
—Entonces, ¿tú también estabas pensando en mí? —sonríe.