Capítulo 3

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- Esto es una mala idea Lin.- Advirtió Saori, pero no le preste atención, comencé a estirar el plástico del tobogán mientras que Sao lo conectaba a la bomba de aire, revise que quedará cerca del balcón que estaba justo enfrente de las escaleras de la casa, está casa fue diseñada por mi madre, y como ella ama el cielo diseño un perfecto balcón abierto para poder observarlo, el mismo queda justo enfrente de las escaleras, dónde dos enormes puertas de cristal se ciernen en la entrada de el. Ella lo creo para poder observa la luna y estrellas, pero ahora yo lo utilizaré a mi favor.

- ¿Cuando compraron este tobogán?.- Pregunto mi mejor amigo al ver que lo estiraba para que quedara pegado al filo de la piscina.

- Fue hace años.- le respondí con sequedad, no siguió con el tema así que termine de ajustar el tobogán y fui a activar la bomba.

El plástico tomo la forma de un verdadero tobogán, la entrada del mismo quedaba perfectamente colocado contra la pared del balcón, y en la de la piscina.

- ¡Si! Ahora vamos por las bebidas.

[...]

El patio de la casa parecía un verdadero parque acuático, la piscina era grande, y tenía una cascada al final de la misma, el tobogán le daba ese toque que le faltaba, la espuma estaba en el tobogán y el césped, las personas habían empezado a llegar hace como media hora, la barra de bebidas del jardín estaba llena de chicos y chicas en trajes de baño, la piscina estaba llena de personas al igual que el balcón, lo más probable es que a mí madre le daría un infarto, pero ella no iba a llegar hasta mañana, Liam se iba a quedar a dormir en la casa de su amigo, y Sue volvía mañana también, la casa era solo mía.

La voz de Rihanna inundaba toda la casa, pero a un volumen no tan alto para que los vecinos no se quejaran, Saori estaba hablando con una chica que es obvio que quiere con el, así que me fui hacia la cocina, estaba tomando un vaso de algún licor cuando sentí que un brazo se pasaba por mi cintura.

- Como está mi hermosa pelirroja.- La voz gruesa y sensual de Jacob me hizo sonreír.

- Tu mismo lo has dicho.- Quito su brazo y me doy la vuelta para encontrarme con sus ojos cafés que miran mi cuerpo sin vergüenza alguna.- Hermosa y pelirroja.- Le sonríe, Jacob trata de besarme pero me aparto.- ¿Cuando vas a entender que no te veo de esa manera?.- Le dije cansada de que siempre intentará lo mismo.

- Permíteme hacerte cambiar de opinión.- Me pidió, acercándose a mi con cuidado, su rostro estaba justo frente al mío, debía admitir que Jacob era muy lindo, pero no me gustaba.

- Sigue intentándolo Lorens.- Le dije mientras me apartaba para salir de la cocina.

- Caerás Stuart, lo harás.- me grito desde la cocina, rodé mis ojos y me senté en la sala, habían varias personas allí, pero la mayoría estaba en el patio y el balcón, tomé mi trago y entonces comenzó a sonar una canción, esa canción. Die for You de the weekend inundó la sala, estaba inmóvil en mi lugar, una punzada llegó a mi pecho, esa canción no era de todo mi agrado, me recordaba muchas cosas, me lo recordaba a el.

Me levanté de mala gana y fui hasta el sonido para cambiar la canción, pero para mí mala suerte tuve que tomarme con Haylie.

- ¿Por qué la cambias? A todos nos gusta The weekend.- Dijo con un tono de molestia al ver que la cambie, su cabello rubio cae a los lados de su cara, y sus ojos azules me miran esperando alguna respuesta de mi parte, pero decidí ignorarla, ella no me agradaba por lo que no iba a perder mi tiempo con ella, cuando me di la vuelta para regresar a la sala volvió a hablar.- Te estoy hablando Lil.- Me pare en seco, mi respiración se volvió pesada y el nudo en mi garganta se hizo presente.

Por más que me afectará que se atreviera a llamarme de esa manera no le iba a dar el gusto de verme mal, y decaída

- Y yo te estoy ignorando Hail.- Ella odiaba que la llamarán así, y a diferencia de mi ella si mostraba cuando le molestó aquel nombre.

- Eres una...- Me fuí antes de que terminará, puede que sea una persona “calmada” pero sabía que si me quedaba ahí iba a explotar, mientras entraba a la cocina por un trago de Ron decidí ir a sentarme en las escaleras, de camino a las mismas varias personas me saludaban y les sonría, pero honestamente ni siquiera las conocía.

Cuándo llegué a las escaleras no había nadie, así que me senté mientras tomaba el contenido de mi vaso, me empecé a hundir en mis pensamientos que no note que había alguien sentado a mi lado.

- ¿Aaron?.- Le llamé al ver que solo observaba pasar a las personas, solo dirijio su mirada hacia mi y sonrió.

- No quise interrumpir tus pensamientos.- Me dijo con voz monótona.

- No lo hiciste.- susurré. No respondió, el silencio se colo entre los dos pero no era incómodo, solo raro teniendo en cuenta que no habías vuelto a hablar desde...

- Me sigo preguntando por qué vengo a las fiestas si las odio.- Dijo interrumpiendo el hilo de mis pensamientos, haciendo que volteara a observarlo.

- Porque las odias pero amas mis fiestas.- Dije con una sonrisa arrogante, el soltó una carcajada que hizo que mi sonrisa creciera más.

- Ahí tienes un punto, es que eres una anfitriona que vale la pena ver.

- ¿Yo? ¿Acaso solo vienes para verme?.- Le pregunté siguiendo su juego.

- Pues claro, no siempre se ve a una linda pelirroja extrovertida con curvas exuberantes.- Dijo haciendome reír con lo último mencionado.

- Claro, sobretodo las curvas.- Me di cuenta de que he pasado la mayor parte de la fiesta sumida en mi mente algo que no me gusta hacer todo el tiempo.- Ven.- Dije levantandome mientras tomaba la mano de Aaron para comenzar a subir las escaleras.

- No me voy a acostar contigo Stuart.- Dijo haciendome reír. 

- Quisieras Waeter.- Le dije avanzando en dirección al tobogán.

- Oh no, eso no.- Dijo negando con la cabeza a medida que nos acercamos.

- No me digas que le tienes miedo a las alturas.- Lo rete mientras me quitaba el vestido transparente, su mirada seguía en mi rostro.- Vamos Aaron, al menos disfruta de la fiesta.

Este asintió rindiendose, y procedió a quitarse la camisa y pantalón, su torso estaba perfectamente trabajado, sus músculos marcados y su boxer no dejaba mucho a la imaginació, quite mi mirada de su cuerpo al ver se dió cuenta de que lo observaba con fijeza. Aaron soltó una carcajada y me jalo en dirección al tobogán.

- Pensé que le tenías miedo.- Le dije con gracia.

- Tu sueles contagiar a las personas con tus colores Stuart, haces que la vida sea más divertida.- Me detuve ante lo que dijo.

- ¿A qué te refieres?.- Le pregunté con curiosidad.

- No pensé que fueras tan lenta.- Dicho esto me jalo con el y los dos caímos sobre el tobogán en dirección a la piscina.

El encanto de LinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora