Lina.
La fachada de la casa de los hermanos Jouns es simple pero hermosa; con detalles pequeños y pintura blanca. El imbécil se acerca a abrir la puerta por lo qué mi rostro queda contra su espalda dándole paso a su perfume que se cuela en mi nariz y contengo un suspiro mientras intento regular los latidos de mi acelerado corazón. He estado así desde que me tomó de la mano en el centro comercial, es algo que trato de ignorar pero por una alguna razón no puedo.
Siento un leve deseo de estirar mi brazo y tocar su nuca pero lo reprimo, él se hace a un lado para dejarnos pasar a mi y a Tammy, una vez entro mi boca se abre por dos cosas; asombro y admiración. La casa es justo como su fachada; simple pero hermosa, es enorme, el color blanco, gris y azul abunda en las paredes, los cuadros, lámparas, todo tipo de decoración increíblemente cara pero preciosa está aquí. Sin embargo, no se siente del todo cálida, es como si le faltará algo, amor tal vez.
Tammy me jala del brazo llevándome hasta la cocina, mierda está casa es... Joder.
- Deberías enseñarla el ático Tammy.- Sugiere Aleck una vez llega a la cocina. Tammy ríe y niega con la cabeza, yo frunzo el entrecejo al no entender la broma pero me enfoco en admirar el lugar.
Espaciosa, una isla de mármol se encuentra en medio, largos y anchos mesones con muchos gabinetes de madera, la nevera es de dos puertas y la estufa es de seis hornillas. Hay muchos electrodomésticos y pequeños detalles decorativos muy lindos, está casa es wow y solo he visto la entrada, el recibidor, y la cocina.
Siento que alguien me mira y giro mi rostro encontrándome con Aleck; me está viendo con detenimiento y puedo ver cierta chispa en sus ojos, trago grueso al sentir la intensidad que desprende de su cuerpo.
- Mis ojos están arriba.- Digo al ver que su mirada se quedó en mis piernas.
Alza sus ojos hacia mí y puedo ver qué se notan más oscuros que de costumbres una leve corriente me recorre y niego con la cabeza al sentirla. Aleck me mira por unos segundos más hasta que me da una media sonrisa cargada de sarcasmo para luego ignorarme pasando su atención a su teléfono. Se tensa por completo y me da la espalda dirigiéndose a su habitación con rapidez mientras le grita a Tamara que no quiere que lo molestemos.
Que humor tan volátil.
Ni que lo digas.
- ¡Bien Lin te tengo que mostrar todaaaaaaaa la casa!.- Dijo Tamara con emoción. Sonreí y asentí con mi cabeza, que comience el recorrido.
[...]
Mierda.
¿Mierda?
Sí, mierda.
Mis ojos se pierden en sus músculos, su espalda, y su rostro. No puedo apartar mi vista de él por más que lo intento. El subir y bajar de sus brazos me hace tragar grueso al sentir mi saliva aligerarse: su espalda está tensa y sudada al igual que el resto de su cuerpo, puedo ver cómo la transpiración le recorre la piel mientras él sigue haciendo ejercicio. Tiene la mandíbula apretada, el cabello se le pega a la frente y, el repentino deseo de quitarlo de ahí con mis dedos me invade logrando que mi piel se erice.
Deja de mirarlo Lina.
Me ordeno pero no soy capaz de lograrlo, mi respiración es un desastre y solo puedo concentrarme en el chico que se ejercita. Cada movimiento lo hace con más intensidad, suelto un suspiro en el momento que se detiene girando su rostro hacia mí, conectando sus ojos con los míos.
Azul... Un azul muy profundo.
Por un segundo, ninguno de los dos corta el contacto visual. Mi corazón se acelera y mis manos pican, ¿Qué mierda me está pasando? Intento sostenerlo un poco más pero su mirada se torna más intimidante, más oscura. Apartó mis ojos de él, reacciona Lina, reacciona.
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El encanto de Lina
Teen Fiction**Este es un borrador, contiene errores** Imagínate dos mundos completamente diferentes; uno es radiante, osado, rebosante de luz, alegría y diversión... En cambio el otro es un tanto más distinto; reservado,oscuro, cuidadoso y muy, pero muy, amarga...