N/A: Paso por aquí para dejarles el nuevo prólogo de la historia, ya estoy trabajando en el siguiente capítulo. Besitos <3
Sostengo el dinero entre mis dedos sin apartar la vista de la ventana. Mi corazón golpea contra mi torax con fuerza y por un segundo, solo por un segundo, la necesidad de decirle al taxista que de la vuelta aparece en mi cabeza.
No
Suelto un suspiro.—Señorita, ya llegamos— el señor de cabello blanco me sonríe con amabilidad y le devuelvo la sonrisa mientras le entrego el billete.
Él lo acepta,— Jovencita, ¿Está segura de querer estar aquí? Puedo llevarla devuelta si así me lo pide, no es un buen lugar para una chica como usted—hay cierto tinte de preocupación en su voz, logrando que el nudo en mi garganta crezca y aunque una parte de mi desea volver a casa, no puedo.
Niego con la cabeza susurrando un pequeño agradecimiento. Salgo del auto y una corriente eléctrica se desplaza por mi columna, el frío eriza mi piel, y trago saliva volviendo a dudar. Ajusto el gorro de lana– aquel que oculta mi cabellera naranja– y me resguarda del viento, obligo a mis pies a moverse y avanzo por la solitaria calle. Es una de las peores zonas de todo el estado; faros parpadeantes, edificaciones cayéndose a pedazos, vagabundos en las esquinas y esa horrible sensación de que las cosas que suceden aquí, nunca se resuelven.
Estrellas, su luz resalta en el cielo y me permito apreciarlas ya que al estar tan lejos de la ciudad es más fácil notar su brillo.
Creo que las personas somos como las estrellas. Para que una estrella pueda nacer ocurre un proceso dentro de las nebulosas, las cuales son nubes de polvo constituidas por hidrógeno. A lo largo de los miles de años, la gravedad provoca que las cavidades de materia densa dentro de la nebulosa colapsen bajo su propio peso causando la primera etapa naciente de una estrella. Obviamente, es un poco más largo de explicar pero, lo que quiero decir es lo siguiente;
A medida que crecemos vamos experimentando y viviendo diferentes ambientes, variedades de personas, situaciones alegres, tristes e incluso traumáticas. Para mí, cada una de ellas representa los elementos que hacen posible el nacimiento de una estrella, nos van moldeando y mostrando partes de la vida que de una u otra forma debíamos conocer. Colapso, al menos una vez en toda nuestra existencia pasamos por uno de ellos, algunos les dicen 'Tocar fondo" pero, yo no lo llamo así, dicen que la única opción que tienes al estar en el fondo es subir, sin embargo hay dos elecciones; subir o quedarte ahí. La mayoría escoje la segunda, porqué a sus ojos es más sencillo vivir de forma automática y sin ningún tipo de propósito, mientras que los que se deciden por la primera lo hacen con fuerza y aunque tambalean siguen de pie, avanzando.
Somos estrellas porque cada vez que una mala experiencia nos deja al borde del precipicio y salimos adelante sin dudarlo, es la señal de que ya colapsamos, le dimos paso a la creación de nuestra propia luz. Aquella que a pesar de la oscuridad que nos rodea sigue brillando, y aumenta su luminosidad cuando superamos un momento cargado de tristeza, dolor y sufrimiento.
‹‹Las malas circunstancias solo aparecen en la vida con el propósito de reforzar nuestro carácter, volvernos más fuertes.››
Así que cada que tú mente te susurré comentarios negativos, o tu día, semana, mes e incluso tu año no vaya como esperabas, recuerda que solo están ahí para hacerte brillar. Déjate caer y colapsa, desmoronate, no es tu destrucción, es tú nacimiento.
He tenido muchos nacimientos, los cuales solo han aumentado mi luminosidad, y cambiado mi forma de ver la vida, de ver el mundo.
Le doy fin a mis pensamientos y me detengo frente a una enorme puerta de madera roja, esta podrida y floja. Trago saliva y suelto un suspiro, calma, intento controlar mis nervios– lo cual me resulta imposible–, pero el recuerdo de lo que me trajo hasta aquí es suficiente para que deje mi idiotez de lado y coloque mi mano en la perilla.
El miedo es una sensación, no es real.
Abro la puerta y con algo de recelo avanzo al interior de la casa, contengo la respiración presenciando las paredes rasgadas, los cuadros rotos y los muebles llenos de suciedad. A pesar de eso, sigue igual que en mis recuerdos...
No puedo, no puedo.
Si puedes
No...
Si, esto no es por tí, hazlo
Niego con mi cabeza y el temblor en mis manos aumenta de forma repentina, joder no debí venir sola. No puedo enfrentarme al monstruo, no puedo.
Si puedes
Quiero darme vuelta y salir corriendo pero mis pies siguen caminando por el pasillo, recordándome que esto no es por mí, yo puedo. Escucho un chillido y mi respiración se vuelve un desastre, sin embargo no me detengo y llego a la habitación, a esa habitación.
—Llegas tarde, como siempre—su voz fue gélida, consiguiendo paralizarme en el marco de la entrada.
—Sabes que la puntualidad no es lo mío—las palabras brotan de mi garganta antes de que pueda controlarlas.
Una risa agria deja sus labios consiguiendo que un escalofrío me recorra, trago saliva mirando por toda la habitación buscando lo que me trajo aquí, pero no lo veo.
—¿Buscas algo?—preguntó burlón.
Mis ojos chocan con los suyos, y aunque quiero apartarlos, no le doy el gusto de intimidarme.
—¿Dónde está?—pregunté con la voz sorprendentemente firme.
—¿Qué? ¿Tu poco sentido del humor? No lo sé, parece que nunca lo has tenido— ignora mi pregunta y sonríe con inocencia.
—¿Qué demonios quieres para que esto termine?—voy al grano, lo único que necesito es que me devuelva lo que vine a buscar.
Cualquier pizca de diversión o burla desapareció, siendo remplazada por una mirada oscura y firme. Colocó sus manos en el escritorio de madera–el cuál seguía intacto, al parecer los años no le habían hecho nada– todo su cuerpo está tenso y las facciones de su rostro me contemplan con seriedad.
—Tu sabes lo que quiero, y me lo vas a dar—sentenció.
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El encanto de Lina
Teen Fiction**Este es un borrador, contiene errores** Imagínate dos mundos completamente diferentes; uno es radiante, osado, rebosante de luz, alegría y diversión... En cambio el otro es un tanto más distinto; reservado,oscuro, cuidadoso y muy, pero muy, amarga...