Capítulo 9

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El Uber nos dejó en la casa de Saori que estaba a unas cuadras de la mía, luego de ver la película y ser echados del cine por culpa de Saori, fuimos a los carros chocones y a comer helado, mi teléfono no había dejado de sonar, pero solo lo ignore estaba a unos pocos pasos de llegar a mi casa cuando los gritos de mi madre me hicieron querer devolverme.

- ¡ES EL COLMO! ¡LOS CONTRATÉ PARA QUE LA VIGILARÁN PAR DE INÚTILES!.- Estaba muy molesta.

Aún así seguí mi camino y abrí la puerta de la casa haciendo que la atención de todos los presentes recayera sobre mi, la mirada de mi madre se torno molesta, bueno más de lo que ya se encontraba, su mandíbula estaba tensa al igual que sus hombros, los guardaespaldas estaban rígidos e inmóviles en sus asientos. Mis ojos chocaron con los de mi madre y le dí una sonrisa divertida, eso fue lo que hizo que explotará:

- ¡¿DÓNDE CARAJOS TE METISTE?! ¡TE DIJE CLARAMENTE QUE NO TE FUGARAS LINA STUART! ¡ERES UN JODIDO PROBLEMA!.- Sus gritos eran graves y cargados de ira.- ¡JODER! ¡¿NO TE CUESTA UNA MIERDA DEJAR DE SER TAN PROBLEMÁTICA?!

Solo rodé mis ojos y avance en dirección a las escaleras.

- ¡Ni pienses que vas a huir!.- Me gritó.

- No lo hacía, estaba esperando a que terminarás de gritar, tu voz me da jaqueca.- Me queje y masajee mi frente, el rostro de mi querida madre se volvió rojo.

- Te lo advertí Lina.- Me apunto con su dedo, y me dió la espalda por lo que comencé a subir las escaleras, pero cuando iba por la mitad de estás su voz volvió a llenar la casa.

- Desde que nació ha sido un problema.- Una punzada se presentó en mi pecho.- Si ella no hubiera nacido, el aún seguiría aquí, el estaría con vida.- Su voz salió fría y llena de dolor cuando lo dijo, mis ojos se llenaron de lágrimas involuntariamente, el dolor y la culpa querían envolverme pero me negué, no iba a permitir que ella me arruinara el increíble día que había tenido. Por el contrario, solo me daba más fuerzas para seguir viviendo como lo hacía, al máximo.

Aleck.

«- Me gusta el gris.

- Y a mi los colores.»

Esas palabras seguían rondando en mi cabeza por más que intentará sacarlas de ahí, es que simplemente se negaban a salir de mi mente, era como un recordatorio de que una loca de cabello rojo me había arrojado de un avión a 200 mil pies de altura. No era que me asustara, es solo que como dije no me gustaba tomar riesgos que podían poner mi vida en peligro, pero esa chica era tan rara, se le veía con tanta seguridad y se lanzó sin miedo a morir, y cuando aterrizó la sonrisa en su rostro era deslumbrante.

Ya basta. 

Me obligué a cambiar de pensamiento, estaba acostado en mi cama con un libro en mis manos, hace unos minutos deje de leer por estar pensando estupideces, mañana comenzaban las clases en el internado Elite High School, era una de los internados más exclusivos y con un gran nivel de seguridad una escuela donde solo entraban las personas con un estatus social alto, sin duda tenía los mejores profesores y era un pase garantizado a las mejores universidades del país. Tamara y yo habíamos estudiado en el desde primer año de secundaria, yo por mi parte comenzaría el último año mientras que a Tamara aún le faltaban dos para terminar.

Mi uniforme estaba perfectamente colgado y planchado en mi closet, me gustaba ser puntual y tener el control era una de mis cosas favoritas, no me gustaba llegar tarde. Tomé mi libro intentando volver a leer pero la chica de cabello rojo seguía pasándose por mi mente, era realmente insoportable, era tan colorida, joder me causaba jaqueca.

- Lo que escuchaste, se nota que no eres bueno haciendo amigos.

Joder, era tan intensa, prepotente, e insoportable, ¿Qué no soy bueno haciendo amigos? Joder tengo muchos amigos, cerré el libro con fuerza y lleno de frustración al recordar que dijo que no era bueno haciendo amigos, ¿Qué mierda sabía ella? Ni siquiera me conocía, tomé mi teléfono y llame a Elliott.

El encanto de LinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora