Tres días después.
Aleck
– Aleck.– Me removí incómodo entre mis sábanas al oír que me llamaban a lo lejos.
– Aleck.– Volvieron a insistir. Joder de por sí siempre me levantaba a las cinco de la mañana para que vengan y me despierten. Me separé de mi almohada de mala gana abriendo los ojos con dificultad, observé el reloj que yacia a un lado de mi cama y ví que eran las cuatro de la madrugada.
Mis ojos pasaron a la puerta que se encontraba abierta con la figura de mi padre apoyada en el marco de la misma.
– ¿Qué?.– Le pregunté bostezando.
– Mañana tendremos una cena importante con una de nuestras empresas asociadas.– Estaba medio dormido así que no entendía en qué me afectaba esa dichosa cena.– Así que necesito que lleves a tu hermana de compras hoy por la tarde, despues de que salgan del instituto.
En ese momento el sueño se me fue.
– ¿Que haga que cosa?.– Pregunté ya un poco más despierto que antes.
– Me escuchaste bien, ella necesita un vestido.– Explicó.
¿Un vestido? Tamara tenía cientos de vestidos en su closet.
– Tamara tiene suficientes vestidos en su closet que se ponga uno de esos y que deje de joder.– Le respondí de mala gana.
– Ella quiere uno en especial.– Me habló en el mismo tono.
– Estaré ocupado, dile a tu chófer que la lleve.– Me excusé cansado de esta conversación, volviendo a acostarme en mi cama.
– ¿En qué estarás ocupado? ¿Viendo alguna película vieja? ¿Releyendo el mismo libro de siempre? Si sabes que hacer esas cosas no la traerán de vuelta ¿No?.– Apreté mi mandíbula con fuerza calmando las ganas que tenía de mandarlo a la mierda.
– La llevaré, ahora lárgate.– Le dije y el tono hostil no pasó desapercibido. Al cabo de unos segundos escuché como la puerta se cerraba.
[...]
Media hora después de que me despertarán intente volver a dormirme pero no pude hacerlo así que me levanté de mal humor y me di una ducha, me vestí con solo unos pantalones de algodón y baje a la cocina. Mi padre ya no estaba, se había largado hace unos minutos y podía ir por la casa sin encontrarmelo, era demasiado imbécil para mí gusto ¿Comprarle otro vestido a Tamara? Un vestido que probablemente se pondría una sola vez y luego lo dejaría tirado en alguna parte de la casa.
Llegué a la cocina y abrí el refrigerador sacando la leche, luego busque en tazón y el cereal. Me senté a desayunar mientras miraba a la nada, como detestaba no poder dormir hasta tarde como una persona normal. Todos los días me despertaba a la misma hora, soñando con la misma persona, torturandome con en el ¿Habría podido evitarlo?
Negué con la cabeza levantándome a colocar el tazón ya vacío en el lavavajillas. Camine hasta la sala y encendí el televisor seleccionando una película, me estiré en el sofá poniéndome cómodo, solté un bostezo cuando la película comenzó dándole paso a la protagonista que no era nada más y nada menos que una pelirroja, rodé los ojos al recordar a la zanahoria andante que me había arrojado de una avioneta y que ahora era mi compañera de clases. Sus ojos eran verdes una extraña combinación teniendo en cuenta de que su cabello era rojo/anaranjado y su piel era blanca con pequeñas pecas que adornaban su rostro.
Alguién le ha estado poniendo mucha atención a la pelirroja.
Claro que no, solo es interesante a simple vista, esa chispa en sus ojos y las ganas de querer hacer las cosas de una manera completamente distinta a los demás, la firmeza en su caminar pero suele ser torpe algunas veces y debo agregar que está buena.
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El encanto de Lina
Teen Fiction**Este es un borrador, contiene errores** Imagínate dos mundos completamente diferentes; uno es radiante, osado, rebosante de luz, alegría y diversión... En cambio el otro es un tanto más distinto; reservado,oscuro, cuidadoso y muy, pero muy, amarga...