Capítulo 29 [Parte I]
Antes de comenzar con el capítulo quiero comentarles que he tenido algunos inconvenientes con la línea del tiempo, por lo tanto, Lina tiene aproximadamente tres semanas desde que Amanda la sacó de la casa, honestamente el libro actualmente tiene muchos huecos, pero no planeo estresarme del todo porque es el primer borrador. Planeo terminarlo, y al hacerlo, editarlo por completo y darles una versión mejorada. Disculpen el retraso, la universidad me corta la inspiración. ♡
Al día siguiente.
Aleck.
El constante golpeteo de algo contra mi pierna me despierta, abro mis ojos irritados y hago una mueca cuando veo a Jay sentando en una esquina del colchón golpeando mi pie con un lápiz.
—Deja de molestarme—balbuceo con voz ronca.
—Que liviano tienes el sueño, no tengo ni un minuto aquí—continúa fastidiándome hasta que me levanto y le doy un manotazo—Amargado.
La palabra remueve un recuerdo que desencadena un sentimiento de calidez en mi pecho, lo hago a un lado, no tengo tiempo para estupideces.
—¿Qué quieres? —pregunto apoyando mi espalda contra el respaldo de la cama, Jay arroja mi celular hacia mi pecho, y frunzo el ceño al ver lo serio que se ha quedado.
Abro mi boca para preguntarle qué le pasa cuando mi teléfono vibra, lo enciendo y al ver los mensajes entiendo su reacción.
Mateo:
Te veo en el Norton Simon Museum mañana a las 2pm.
—¿Me quieres explicar, por qué demonios planeas verte con Mateo? —cuestiona gélido.
Dejo caer el aparato a un lado, y me levanto de la cama sin responderle. Camino hasta el baño y una vez dentro cierro la puerta. No tengo porque explicarle la situación, pero una parte de mi quiere hacerlo, después de todo, Jay es la única persona que conoce la historia completa.
Me desvisto y entro en la ducha, minutos después salgo del baño con una toalla alrededor de la cintura y mi cabello goteando. Jay sigue sentado en mi cama mirando su teléfono, pero voltea a verme con fijeza. Muerdo el interior de mi mejilla tomando unos pants y una camiseta sin mangas.
—Dijo que quería hablar sobre Sam—explico colocándome el bóxer. Jay aprieta la mandíbula al escuchar ese nombre. Su mirada se encrispa cuando ve que no digo nada más.
—Y tú eres lo suficientemente imbécil para creerle—rechista molesto—Mateo te odia desde lo que pasó en la fiesta, te hizo la vida cuadros cuando aún vivía en California. ¿Qué te hace pensar que cambió?
Intento responder, pero vuelve a hablar.
—No, déjame reformular la pregunta. ¿Por qué demonios crees que va a dejar de lado sus ganas de asesinarte solo para hablar de un fantasma?
—Porqué lo vi en sus ojos—murmuro y no es hasta que las palabras salen de mi boca que me doy cuenta lo imbécil que sonó eso.
Jay alza una ceja.
—Aleck, ¿Qué tan tarado estas? —cuestiona con acidez.
—Estoy hablando en serio, Jay. No tenía cara de estar bromeando, y, en definitiva, solo por Sam dejaría su odio de lado—remarco la última parte mientras termino de ponerme la camisa manga corta, sin embargo, Jay no borra su cara de desaprobación.
—Supongamos que Mateo ya no te desprecia. Se encuentran, te da la "supuesta información", ¿Qué pasa luego? —no paso por alto la ironía en su voz.
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El encanto de Lina
Teen Fiction**Este es un borrador, contiene errores** Imagínate dos mundos completamente diferentes; uno es radiante, osado, rebosante de luz, alegría y diversión... En cambio el otro es un tanto más distinto; reservado,oscuro, cuidadoso y muy, pero muy, amarga...