Capítulo 18 [Parte II]

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Aleck.

Los murmullos por parte de los invitados no tardaron en llegar al ver que la luz había desaparecido, mi primer instinto fue tomar la mano de Tamara quien la acepto con algo de duda en su agarre. Los gritos de la madre de Lina ordenando que la dejarán pasar fueron en vano porque los guardias de seguridad se negaban a dejarla levantarse de la silla, las luces de emergencia se encendieron dejando todo en una semi oscuridad mezclada con diferentes tonos de colores.

Espuma empezó a salir de las ventilaciones a la vez que gotas de pintura neón fueron cayendo por medio de los estractores logrando una lluvia de color, haciendo que la mayoría de los invitados se levantaran de golpe para evitar llenarse con ella, solté un gruñido cuando un la espuma mojó mis zapatos y la pintura ensució mi traje, cabello y rostro.

Joder.

– ¡Carajo!.– Escuché que alguién gritó. Los socios junto con sus esposas se escondieron debajo de las mesas para evitar ensuciarse, mientras que sus hijos se quedaron de pie observando con diversión el desastre de espuma y pintura.

Mi padre intentaba que dejarán pasar a Amanda, dialogando con los de seguridad pero estos se mantenían firmes en su lugar. Todos los que no se ocultaron de la lluvia de pintura (A mí incluyendome) quedaron completamente manchados, Tamara hizo una mueca de diversión al ver su vestido antes blanco, convertido en un arcoiris, mi traje negro ahora era una mezcla de muchos colores.

Demasiados colores. Iug.

Si, iug.

Luego de unos segundos la lluvia de neón cesó y un DJ apareció con su consola sobre el escenario. Las puertas del salón fueron abiertas dándole paso a un montón de adolescentes, entre esos; Hera, Elliott, Josh, y otros que reconocí como estudiantes del Élite.

¿Qué carajos?

– ¡Qué lindos se ven con otro color que no sea el negro!.– Exclamó una voz bastante conocida. Alcé mi rostro para encontrarme a la zanahoria a un lado del DJ, ya no traía el vestido ni los tacones, ahora llevaba puesta una camisa blanca de tiras, un short de blue jeans color azul y unos convers, tanto ella como su ropa estaba llena de pintura y su cabello dejo de estar en una trenza para traerlo suelto.

– Está cena era demasiado aburrida y sin color. Por lo que yo, como la buena y solidaria persona que soy.– Dijo con diversión.– Decidí que era hora de ponerle color, diversión y alcohol.– Guiñó un ojo y sonrió con entusiasmo.

Amanda se levantó furiosa logrando apartar a los hombres de seguridad que se habían negado a dejarla pasar, caminó con pasos firmes hasta la tarima dónde estaba su hija y el ambiente se tenso por un momento.

– ¡Eres un jodida decepción Lina Stuart!.– Gritó. Y todo el salón quedó en silencio mirandolas con atención. Un chico de rasgos asiáticos seguido por uno que había estado con la pelirroja más temprano se acercaron a ella y su madre pero Lina les hizo una seña para que no siguieran.

Sentí una punzada en mi pecho al ver cómo su propia madre era capaz de llamarla decepción, sin embargo, la sonrisa de Lina no perdió fuerza, al contrario, creció.

– Soy una decepción cuando no hago lo que tú quieres. Y sí para tener tu aprobación tengo que cambiar, entonces me gusta ser una decepción.– Sus palabras fueron detonaron firmeza y seguridad.

Amanda la jalo del brazo con demasiada fuerza haciendo que mi mandíbula se tensara y no se muy bien por qué, la llevó a la parte de atrás del escenario pero antes de eso Lina giró su cabeza en dirección a el chico asiático y le hizo una mueca, él asintió y subió al escenario tomando el micrófono pidiéndole al DJ que aumentará el volumen de la música.

El encanto de LinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora