Capítulo 27 [Parte II]

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Solo pude revisarlos una vez, espero no tener tantos errores. ¡Qué lo disfruten!

Lina

Tarareo el ritmo de la canción que suena en la radio mientras Aaron conduce a la casa de Morgan. Contemplo las estrellas hasta que me doy cuenta que Aaron toma la vía contraria a la fiesta, de hecho, se dirige a mi urbanización.

—¿A dónde vas? — pregunto confundida.

—A buscar a Sao— contesta distraído.

—¿Qué? — una amarga sensación se asienta en mi estómago y trato de mantenerme calmada, ¿No es para tanto, o sí? Tal vez sea lo mejor, hablar con él en un ambiente ligero y divertido, arreglar nuestro inconveniente tomando cervezas y festejando como solo nosotros dos sabemos hacerlo.

Cada recuerdo que tengo con Saori invade mi mente y el sentimiento de nostalgia me golpea, vale, quizás si lo extrañaba un poco, es mi mejor amigo después de todo. El auto se detiene delante de la casa de Sao y me giro en dirección a la puerta para decirle que no es un idiota y que lo extrañé, pero lo primero que se sube al coche es una cabellera rubia.

Olvídenlo, si es un idiota. Un idiota mil veces.

Vuelvo mi vista al frente cruzándome de brazos, frunzo el ceño cuando Aaron me hace una seña para que salude, niego con la cabeza y le subo volumen a la radio. El aire se torna tenso y no necesito girarme para saber que tengo los ojos de Saori clavados en mí, decido ignorarlos, pero comienzan a hablar y me enfoco en la canción que está sonando.

No la conozco, pero el ritmo es triste, perfecto. La tensión en mi cuerpo es cada vez más grande, sin embargo, la mano de Aaron se posa en mi rodilla dándole un suave apretón, relajándome. Levanto mi mirada hacia la suya y él me guiña un ojo consiguiendo que sonría un poco, descruzo mis brazos, dejando caer mi mano sobre la suya entrelazando nuestros dedos.

La molestia desaparece de mi cuerpo a medida que Aaron acaricia mi rodilla con sus dedos, y por un momento, quisiera saber qué es lo que me ocurre. Él me hace sentir tantas cosas, y son tan lindas, todo a su alrededor es hermoso y dulce, pero Aleck, Aleck hace que todas esas cosas se conviertan en polvo cuando me toca.

¿Por qué siento algo así con alguien que no está destinado a mí?

Aparto mi mano de la suya cuando se estaciona delante de la casa de Morgan, Aaron me mira confundido, pero me apresuro a salir del coche. No podía respirar bien con tanta tensión.

Rodeo el Audi, acelerando el paso hacia la entrada cuando Saori me llama.

—Lina, espera.

Suelto el aire que no sabía estaba conteniendo y volteo, hago una mueca al ver que trae puesta la camisa roja que le regalé el día de su cumpleaños, la cual combina con mi top.

—Debemos hablar, por favor— asiento clavando una mirada fría sobre Haylie, Aaron pilla la indirecta y se la lleva, alegando que entraran primero para darnos espacio, pero soy capaz de escuchar la queja de Haylie.

Blanqueo mis ojos y me acerco a Saori hasta quedar frente a él.

—Te escucho.

No quiero seguir dándole vueltas al asunto, y tampoco quiero perder mi amistad con él por... Mmm, esa. Saori rasca su nuca y cierra los ojos por unos segundos, contengo una sonrisa, hace eso cuando está nervioso.

—Lamento haberte ocultado mi relación con Haylie— hago otra mueca al oír su nombre—No pongas esa cara, sé que no te agrada y precisamente por eso no te lo dije.

—Esa no es excusa para ocultarme algo así por meses, Saori. Me estuviste mintiendo desde las vacaciones—replico indignada, puede que su relación me moleste porque es con la estúpida de Haylie, pero lo que me escuece es la mentira.

El encanto de LinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora