Capítulo 12: Pelea y regalos

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Quedaba una semana para Navidad y el palacio ya estaba decorado con toda clase de adornos navideños.

Las chicas estaban muy emocionadas por pasar las fiestas en el palacio, pero también querían pasarlas con sus familiares.


Estas serían las primeras vacaciones que Paula pasaba sin Edward, no quería ni imaginarse que haría su hermano ya que todos los años estaban solos, aunque siempre mandaban y recibían regalos de la familia de su madre en España.

Paula conocía muy bien a su familia, a pesar de la distancia, eran alegres y cariñosos con ella y su hermano, sobretodo su abuela, que siempre quiso que ambos se fueran a España para vivir con ella, pero la custodia la tenía su padre, así que no habían vuelto a verla desde que murió su madre.


Pensó en mandarle un regalo, probablemente sería un poco más difícil enviarselo desde el palacio, así que decidió mandarlo a su casa para que Edward lo enviase.

Al ser una chica muy previsora, había comprado todos los regalos antes de irse, a Sarah le había comprado un juego interactivo para aprender español porque siempre decía que de mayor hablaría tan bien como ella. A Leah le había comprado una camiseta de su grupo favorito.

A Edward le había comprado una guitarra nueva, ¿se había pasado?, puede ser, pero no le importaba, porque en parte estaba allí por él, porque él nunca dejó de creer en ella, y se lo merecía más que nadie. Lo mejor de todo es que no tenía ni idea de que se la había comprado, porque le había pedido a Leah que la guardara en su casa.

Finalmente, había decidido escribirle a su abuela un libro con las recetas de su madre, sabía que era muy típico, pero también sabía que a su abuela le encantaría.


Aprovechando que hacía un día muy soleado decidió escribirlo en el jardín. Siempre que podía, pasaba el tiempo al aire libre, le encantaban los días soleados, era como si los necesitara.

- ¿Qué haces aquí bichito?- preguntó Byron acercándose a ella.

- Eso mismo iba a preguntarte yo, ¿no tienes que trabajar?- le dijo Paula extrañada de verlo.

- Mi padre está en una reunión con no sé quien de Nueva Asia, no creo que deba estar allí así que he venido a dar una vuelta por los jardines- dijo con una sonrisa pícara.

- Byron, ¿cómo puedes pensar que no debes estar en esa reunión? ¡Todo lo contrario! Seguro que si vas tu padre te lo agradece un montón y verá que le pones interés- dijo Paula amonestando al chico.

- Solo iré con una condición- dijo en un tono arrogante.

- Es tu obligación y no me hables así porque no me quieres ver enfadada- dijo Paula empezándose a hartar del comportamiento del chico.


Últimamente no se veían demasiado, Byron tenía que ver a otras chicas y de vez en cuando lo veía pasear y hablar en el jardín con otras y usaba ese mismo tono de arrogancia y las chicas se reían como tontas. Además, no le gustaba cuando las chicas cuchicheaban de sus citas con Byron, porque cada vez se ponía más y más celosa, y no era para menos, ya había besado a algunas chicas, pero a ella no la había tocado ni con un palo.

Paula no lo admitiría, pero tenía muchas ganas de besarlo, él en cambio, parecía como si no escuchara las indirectas de la chica y eso hacía enfadar más a Paula.


- ¿Oye por qué te comportas así?- preguntó molesto Byron- Solo te iba a pedir una cita.

- Pues resulta que hoy no tengo ánimos para tener una cita- le dijo Paula cortante.

Si te lo contara ya no sería un secreto (La Selección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora