Capítulo 41: Darse por entero

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- ¿Estás segura?- dijo Byron siguiendo a la chica que subió varios escalones para estar a su altura y se dio la vuelta para mirarlo.

- Claro que sí.- dijo Paula atrayendo al rubio hacia ella. Él le dio un beso apasionado y luego la estrechó entre sus brazos y apretó sus labios contra la piel de la morena.- Byron.- gimió Paula.

- No sabes cuánto autocontrol he tenido.- susurró él haciendo que Paula riera.- No me lo has puesto fácil.

- Ha sido bastante admirable.- terminó de decir Paula para tomar su vestido y subir deprisa las escaleras con Byron.


Al llegar a la puerta de la habitación del chico, Byron la acorraló contra esta mientras buscaba el pomo y cuando lo encontró la levantó en sus brazos. La dejó en el colchón y no dejaba de mirar cómo se quitaba la tiara y se apoyaba en los codos mientras veía como Byron se quitaba el uniforme.

Paula sacó la lengua para humedecerse los labios, se sentía extraña, pero tampoco quería disimular cuánto deseaba a Byron y eso le volvía loco.


- ¿Estás segura? Puedo esperar, no pasa nada, no quiero pasarme y tampoco quiero hacerte daño- dijo Byron nervioso con los pantalones medio desabrochados, pero Paula podía ver que estaba deseando verla totalmente desnuda se incorporó un poco más.

- Estoy segura Byron, y no me vas a hacer daño, sé que no lo harás.- dijo la morena haciendo que el príncipe le diera un rápido beso haciendo que sus codos flaquearan y se quedase totalmente tumbada, su respiración se volvió acelerada.


Byron pensó que no había nada más increíble que las facciones del rostro de la chica ruborizada por el deseo. El pelo de la chica se estaba soltando de las horquillas y el príncipe las quitó todas rápidamente para poder ver su cabello moreno, espeso y rizado. Con una mano le acarició la mejilla con el dorso de los dedos, la cual bajó por el cuello de Paula erizándole la piel.

El vestido estaba completamente desabrochado y Byron se lo quitó rápidamente, Paula se puso colorada de la vergüenza. El rubio la miró un momento admirando todas sus perfectas curvas y empezó a darle besos en la cicatriz que le había dejado en la cintura el último ataque, y luego subió para darle besos cerca del pecho, donde tenía la cicatriz de la operación del corazón, y soltó un gemido.

- Qué preciosidad.- murmuró mientras besaba la cintura de la morena.

- Qué tonterías dices...- dijo Paula con timidez.

- No digo ninguna tontería, toda tú eres maravillosa, podría pasarme horas mirándote y no me cansaría nunca, ¿a caso no te has visto? Y si no me crees mira como me has puesto.- dijo lleno de deseo, haciendo que se pusiera roja.


Se inclinó hacia delante y atrapó a Paula en un beso breve pero lleno de pasión, Byron tocó los pechos de la morena y esta arqueó el cuerpo separándose un poco del colchón. Paula se le quedó mirando cuando él se elevó para ponerse a cuatro patas sobre ella, era totalmente cautivador y le hacía sentir la chica más bonita de todo el mundo.

- Bésame.- dijo Paula, llena de deseo, a lo que Byron no tardó en acercarse a ella y mientras le besaba pasaba la mano por todo el cuerpo de la chica, haciendo que ella gimiera al notarle duro.

- Llevo demasiada ropa, ¿no?.- susurró Byron de una forma seductora

En cuanto estuvo totalmente desnudo, encontró la mirada de Paula, sus ojos estaban más oscuros de lo que ya eran y estaban llenos de admiración mientras le miraba de arriba abajo. Tenía el cuerpo muy tonificado, el pecho tenía una excelente musculatura, los brazos y las piernas poderosos, y su...

Si te lo contara ya no sería un secreto (La Selección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora