- ¡Buenos días señorita! Debe vestirse para el desayuno- dijo Abby abriendo las puertas.
- ¿Puedo desayunar aquí?- preguntó Paula muerta de sueño, pues su abuela le había hecho un interrogatorio hasta altas horas de la noche.
- Pero su abuela y su hermano le están esperando abajo- comentó Daphne sacando un vestido del armario.
- Solo le está esperando la abuela- dijo Edward entrando en la habitación de su hermana pequeña.
- ¿La has dejado por ahí sola?- preguntó Paula nerviosa.
- Tranquila, está esperando con Amanda y su familia.
Paula les hizo un gesto a sus doncellas para que se retiraran.
- Veo que te cae bien Amanda...- comentó Paula mientras pasaba al baño a cambiarse.
- Es agradable- contestó Edward alzando un poco la voz para que su hermana le oyera.
- ¿Es agradable? Edward, estuviste toda la noche hablando con ella y bailasteis tres veces. ¿De qué hablabais?
- Pues mayormente de medicina y otras cosas...
- Mejor no quiero saberlo, pero Edward, no intentes nada con ella, al menos por ahora. Además, es amiga mía y no quiero que le hagas ninguna de tus jugarretas porque no quiero que lo pase mal y menos por tu culpa- dijo la morena cruzándose de brazos cuando salía del baño.
- A ver enana, no voy a hacer nada hasta que no salga de aquí- dijo Edward sentándose en la cama de la morena- Pero como sé que no le puedo mandar cartas... ¿Podría mandarlas con tu nombre y tú se las das a ella?
- ¿Estás loco? ¡Podríais meteros en un buen lío si alguien se entera!
- Por favor Paula, hazlo por mí- dijo su hermano poniéndose de rodillas suplicando a su hermana pequeña. Ella lo miraba con los brazos cruzados- Venga enana, que soy tu único hermano, no te pido algo difícil.
- Primero, no me digas enana, ya sabes cuánto me molesta. Y segundo, si se da el caso de que te ayude, ¿me prometes que no ilusionaras a Amanda si realmente no quieres nada con ella? Porque me encanta nuestra amistad y no quiero que se estropee por culpa del lerdo de mi hermano.
- ¡Te lo prometo!
- Está bien, lo haré- cedió Paula finalmente soltando un suspiro, a lo que su hermano respondió dándole un abrazo enorme.
- ¡Eres la mejor! Te espero abajo para desayunar...
- Quieto ahí- dijo Paula cogiendo a su hermano por la muñeca- La abuela me dijo anoche que hablaste con Byron, ¿de qué hablasteis si se puede saber?
La chica estaba nerviosa, no sabía si realmente quería escuchar lo que su hermano iba a decirle.
- Me buscó él, quería conocerme un poco más, es muy extrovertido y gracioso, creo que una persona como él te vendría bien para soltarte un poquito más- dijo con una sonrisa pícara el mayor.
- ¡Edward!
- Oh y hablamos de ti, pero eso era obvio- vio que su hermana ponía los ojos como platos y antes que dijera algo Edward dijo- No te voy a decir nada, si quieres pregúntale a él aunque no creo que te diga nada.
- Vamos Edward, puede que te haya hecho el favor de tu vida- dijo Paula suplicándole a su hermano.
- Ni lo sueñes, después me lo agradecerás.
Y dicho esto Edward salió de la habitación de Paula casi corriendo porque sabía que su hermana no iba a cogerle. Llegaron abajo y los dos se reían como dos niños pequeños que acababan de hacer alguna trastada, Silvia les miraba escandalizada, su abuela les miraba con desaprobación pero parecía divertida y la reina America intentaba no reírse.
Estaban esperando a que les sirvieran el desayuno y al ver que dejaban trozos de brownie Paula se puso pálida. Miró a Byron sin ningún tipo de descaro y vio que este empezaba a comer su trozo mirándola.
- ¿Y esto lo has hecho tú? Imposible- preguntó el rey a su hijo, mientras que sus hermanos lo miraban atónitos.
- Me ofendes padre, te creía más listo- dijo con una voz dramática fingida, pero se llevó un zape por parte de su hermana.
- ¡No digas eso de papá!- dijo Amberly que adoraba a su padre.
- Amberly contrólate, si quieres molestar a tu hermano, debes decirle algo molesto, no pegarle- dijo lo reina totalmente tranquila mientras su hija la miraba con atención- Byron, los ofendidos somos nosotros porque nos estás mintiendo, no has batido un huevo en tu vida.
Todos en la familia real estallaron a carcajadas, todos menos Byron que se había cruzado de brazos como un niño pequeño.
- ¡Es verdad! Lo hice con Lady Paula anoche, ella me ayudó- comentó Byron alzando la voz haciendo que todas las familias la miraran.
- ¿Es eso cierto Lady Paula?- preguntó la reina sorprendida.
- Eh... Sí Majestad- dijo Paula nerviosa alzando un poco la voz para que la escuchara- Su Alteza ayudó bastante, no quemó nada ni rompió nada- dijo Paula con una sonrisa tímida.
- ¿Veis? No se me da nada mal, aquí está la prueba- dijo Byron señalando tranquilamente a su plato.
La reina pasaba los ojos de la morena a su hijo hasta que finalmente dijo.
- Lady Paula, ha conseguido que mi hijo haga otra cosa más que ni yo ni mi esposo nos esperábamos, la felicito- dijo la reina America sonriendo a Paula haciendo que esta le diera una amplia y dulce sonrisa.
Una vez todos estaban a lo suyo y nadie miraba a su hermana, Edward le susurró.
- ¿Se puede saber qué hiciste anoche?- preguntó su hermano inquisidor.
- Lo que has oído, era mi regalo de cumpleaños para Byron- dijo un poco a la defensiva Paula, sabía que le iba a decir de todo.
- Paula, no puedes ir a las tantas de la noche con un chico por ahí- la morena y su abuela lo miraron con una ceja enarcada- Oh venga, no me miréis así, yo no hago eso.
- Si tú lo dices... Además fue una idea mía.
- Creo que será mejor que no le lleves la contraria a tu hermana- dijo su abuela pellizcando la mejilla de su nieto- Y ahora come, que estás muy delgado.
Edward puso una mueca y Paula se reía de su hermano sin parar.
Byron la miraba de reojo hasta que su hermano le dijo.
- Se le cae la baba alteza- dijo divertido Shalom y Amberly puso una servilleta en su cara.
- ¿Queréis parar?
- Tampoco están muy equivocados- dijo el rey Maxon poniendo una mano en el hombro de su hijo- ¿Verdad querida?
- Claro que no, y no me llames querida- dijo la reina divertida a su marido- Amberly cielo, ven un momento.
La princesa se levantó y se acercó a su madre extrañada.
- ¿Qué le gusta hacer a Lady Paula? Quiero hablar con ella para conocerla un poco mejor y quiero que se sienta cómoda.
La princesa le dijo a la reina las cosas que le gustaba hacer a Paula y ambas dos hablaron un largo rato con la mirada atenta de Byron encima.
ESTÁS LEYENDO
Si te lo contara ya no sería un secreto (La Selección)
أدب الهواة20 años después de La Selección donde America y Maxon acabaron felizmente juntos, es el turno de una nueva Selección de elegidas para ser princesa junto al príncipe Byron. La Selección es una oportunidad que se presenta una vez en la vida y Paula Gr...