capítulo 86

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Una hazaña algo arriesgada:

Serena:

A paso apresurado mi prometido y yo subimos a la segunda planta. Pero no lo hacemos de manera nada aburrida, no... Lo hacemos entre besos fervorosos y caricias nada aptas para el público. No sé qué me pasó, pero de un momento a otro lo miré y el deseo que me despertó desde que estábamos en casa, ya no lo pude controlar por más tiempo. Fui hasta donde estaba, tiré de su chaqueta y desde entonces su boca y sus manos tampoco pudieron soltarme. No nos importó que Yaten estaba ahí o que a Gilberto lo dejé en medio de la pista. Pretendía presentarlos pero ahora tendrá que esperar para más tarde.

* ah, Darien!

Exclamo por lo bajo, cerca de su oído cuando nos detiene en medio de un pasillo poco iluminado por luces azul neón. Está asaltando dentro de mi vestido sin importarle si nos ven o no. Qué importa, si él es el dueño del club y yo su mujer!

 Qué importa, si él es el dueño del club y yo su mujer!

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* por Dios, Serena, me estás volviendo loco!

Se contiene de ir más lejos para volver a caminar. En esta parte cuesta ver un poco más por donde pisamos, por lo que no nos alejamos mucho de la pared. Con pasos y movimientos torpes en medio de nuestro idilio, giramos a la izquierda y recorremos otro largo pasillo para posteriormente detenernos delante de una puerta negra. Creo que es su oficina, ahora no recuerdo bien. Con urgencia busca sus llaves, y en dos segundos, nos adentramos.

Las luces parecen ser automáticas porque se encienden al instante. Pero luego, Darien las apaga con tan sólo aplaudir una vez y vuelve al ataque, cerrando la puerta con el pie. La música aún se escucha pero no lo suficiente para ser molesta.
No me importa la oscuridad porque todavía lo puedo ver gracias a las luces de los edificios lejanos y a la luna que se cuelan por el enorme ventanal que pareciera en lugar de eso una pared de cristal. Como aquí nada contrarresta, nuestros reflejos se ven a la perfección. Mi corazón salta en regocijo al ver allí la cara de deseo de Darien mientras me besa. Ansía estar conmigo tanto como yo.

Enrosco los brazos alrededor de su cuello para tomar impulso y así subirme en horcajadas encima suyo para atraparlo con mis cuatro extremidades

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Enrosco los brazos alrededor de su cuello para tomar impulso y así subirme en horcajadas encima suyo para atraparlo con mis cuatro extremidades. Eso le gusta porque gruñe. En lugar de gemidos Darien suele gruñir como un león.

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora