capítulo 59

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El juicio de una hija:

Darien:

Padre e hija se miran fijamente sin decirse nada o siquiera moverse un milímetro. Ambos con rostro totalmente indescriptible. Por Serena lo entiendo pero no en Jedite. Será que hemos llegado en mal momento?

Yo tampoco me he movido y apenas respiro, pero eso es porque me he quedado en blanco. Todo está sucediendo tan natural, que se me ha olvidado lo que quería decirle a Jedite cuando lo volviera a ver. Había formulado todo un discurso y ahora heme aquí, de pie como un tonto solo mirándolos a ambos sin saber qué hacer. Cuando Kakyuu y Elliot que venía con Jedite comienzan a notar el extraño silencio, más personas aparecen y no son otros que Mina y Yaten. Él empujándola en su silla de ruedas.

* Serena! Darien! Pero qué sorpresa es esta?!!

Chilla Mina con una radiante sonrisa en el rostro matando a el silencio. Haciendo que el tiempo vuelva a caminar y todos recordemos en dónde estamos. Como por acto reflejo, voy al lado de Serena, la aferro a mi costado y saludo educadamente a todos los presentes. A Serena le cuesta volver en sí pero lo logra y no duda también en saludar, solo que a Mina con un beso.

* no los esperaba tan pronto. Qué pasó? Papá, tú llamaste a Darien?

* no, hija, estoy tan sorprendido como tú.

Le contesta Jedite metiendo las manos en los bolsillos y vuelve a mirarnos. Parece nervioso o es mi imaginación?

* yo soy el culpable por guardar silencio. Entre ellos y yo planeamos esta visita para sorprenderte, cariño. También a usted, Kakyuu.

Declara Yaten guiñando el ojo. Serena y yo nos miramos. Creo que estamos pensando lo mismo.

* es una hermosa sorpresa, joven. Lo que son las cosas! Precisamente anoche estaba pensando en usted, señorita.

Alternadamente mira a Serena y a Yaten demasiado feliz para alguien que únicamente fue una nana. A excepción de Elliot y su jefe, las reacciones de todos lucen muy naturales. Cómo decirlo? Como si para ambos algo hubiese detrás de todo esto. No sé pero algo extraño pasa aquí. Tengo esa sensación. Tanto así que no puedo evitar decirles:

* esperamos no ser inoportunos. Nosotros solo queríamos...

* para nada! Y qué hacen allí parados? Kakyuu, por qué no les has ofrecido un poco de café? Deben necesitarlo con este frío!

* cielos, lo siento, señorita... Ustedes disculpen pero es la emoción... Limpiaré esto y ahora les llevo algo caliente.

Se apresura a intentar levantar el desastre, pero Serena y Jedite se ofrecen al mismo tiempo a ayudar casi ocasionando que sus cabezas se rocen. Mina y Yaten se ríen discretamente y entonces Elliot dice:

* yo lo haré. Kakyuu, encargate de lo demás.

Ella asiente sin protestar y somos todos conducidos al salón, o eso creo. El piano que recuerdo sigue allí, decorando gran parte de la pieza. Todo está reluciente como si nunca se hubiese quedado sola la mansión. Las alfombras se ven tan limpias, que casi siento pena pisarlas. Serena con discreción también observa, aunque ella con aire ausente.

Cada uno tomamos asiento en las bonitas sillas victorianas. Serena y yo en una misma para dos personas. Yaten jala la suya para estar al costado de la silla de ruedas de su prometida. Ella le sonríe y no repara en demostrarle su cariño delante de Jedite. Él no parece notarlo porque no deja de mirar a Serena. Sé que es a ella porque si fuese a mí lo sabría...

* y cómo estuvo su vuelo? Cuándo vinieron? Cuenten todo porque después hablaré yo y nada podrá hacerme callar.

Advierte Mina muy sonriente luego de que Kakyuu nos sirviera las bebidas calientes acompañadas de diminutas galletas. Todos sonríen y decido ser yo quien conteste, ya que mi tesoro continúa algo reticente.

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora