capítulo 133

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Una boda, los recuerdos y mi adiós:

Narración:

El día de bautizar al pequeño Artemis había llegado. Con el sol brillando a raudales sobre sus cabezas, el clan Aino, los Tsukino y los Chiba alegres y cordiales esperaban a los invitados restantes. Incluidos los respectivos padrinos. Darien ya había hecho su elección, y no fue otra que Setsuna. A muchos extrañó con esta decisión, sobre todo a Serena, puesto que ya una vez su esposo había dejado claro que no involucraría a la mujer más de lo necesario. No le molestaba en lo absoluto pero, es que no dejaba de ser algo inesperado. Le preguntó las razones?

Sí. Por supuesto que sí y el azabache se las dio, aunque no las verdaderas. Se inventó que quería romper la tradición. La que ambos habían acordado sobre que únicamente los amigos más cercanos o familia serían los elegidos. Qué planeaba realmente? Por qué darle una mentira piadosa a su mujer? Lo que pasa que Darien sí se percató de las intenciones de Black con Setsuna y, en sencillas palabras, quería echarle una mano al abogado desde las sombras. Es un hombre listo y supo que con esta peculiar elección de padrinos Diamante y Setsuna quedarían unidos de por vida. Se tendrían que ver sí o sí cada que el pequeño Artemis celebrara algún acontecimiento importante en su vida. Ya no había retorno porque ya todos estaban ahí. Meioh no iba a ser capaz de negarse a esas alturas...

* ok, hagamos esto. En dónde está la criatura albina?

Varias cabezas giraron en dirección al hombre arrolladoramente apuesto que venía subiendo las escaleras de hormigón. Enfundado en un traje negro sin corbata y su acostumbrada melena algo larga y suelta. Serena al verlo sonrió por dentro y fue a recibirlo replicando:

* ya te había dicho que no es albino! Sólo tiene el cabello, pero es más mexicano que Darien y yo juntos.

Black se alzó de hombros.

* da lo mismo. No deja de parecer albino... O alemán, si prefieres. Ya veremos si más adelante también saca el carácter.

* si lo dejamos a tu cargo, no lo dudo.

Comentó Darien yendo a unirseles. Con su traje color gris y su enigmática vibra, el abogado no iba a ser el único apuesto en la iglesia.

* de eso se trata, que no? O no me hubiesen elegido.

Replicó Black haciendo alarde de sus cualidades. No pudo evitarlo.
Serena le dio un golpecito en el pecho.

* si te elegí fue porque ayudaste a mi esposo mientras yo daba a luz. Te dije que con nada iba a poder pagártelo, pero creo que con esto saldo la deuda y me quedas debiendo. No cualquiera tiene el privilegio de ser padrino de mis hermosos bebés.

Darien rió por dentro porque aunque su esposa no mentía, sabía que también lo hizo porque estimaba al hombre. Tanto por su historia, como también por lo que hizo por Dafirot en todos esos años.

* eso me recuerda: ya me dirán quién es la madrina?

Inquirió bajando el tono. Ayer había regresado a México y cuando fue a visitarlos apenas bajando del jet ni Serena ni Darien le dijeron nada. Ella porque lo de Edward la tenía despistada y el esposo porque quería que fuese una sorpresa.

* no lo sabes todavía? Creí que Darien te...

* no, tesoro. No se lo dije... De todos modos se acabó la espera. Ahí viene la madrina.

Interrumpió el azabache, señalándoles con el mentón por donde llegaba Setsuna.
Joder! Fue verla y el abogado casi perdió el equilibrio, pues todos los pensamientos que le estuvieron haciendo papilla el cerebro durante su partida, regresaron abruptamente. Mezclándose fastidiosamente con la sorpresa y el impacto de volver a tenerla a tan sólo unos cuantos metros. Setsuna tranquilamente se dirigía a los escalones de la gran iglesia mientras charlaba con Hotaru, cuando en eso alzó la vista y lo vio. Resultó sencillo reconocerlo de entre todos los invitados que deambulaban afuera. Su reacción no fue mejor que la de Diamante; perdió el aliento y casi se petrificó en el acto. Oh, no! Otra vez!

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora