capítulo 100

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Travesura inesperada, parte dos:

Narración:

* los voy a matar... Los mataré.

Anunció Darien con humor negro y dicho y hecho se lanzó en dirección a sus hermanos. Y es que las sospechas de Serena no eran infundadas; a Darien también le tendieron una trampa para darle su fiesta de despedida. Seiya con sus cómplices que no resultaron ser otros que los hermanos y Kakeru, lo llevaron casi a rastras al club más cercano. Club que por cierto, después de las diez se tornaba nada familiar. Vaya que supieron interpretar su papel los muy canijos.

Entre risas, varios de los hombres corrieron a detenerlo, y luego, al ver que el festejado se iba a dar a la fuga volvieron a someterlo hasta dejarlo caer en un mullido sillón negro que yacía delante de una pista circular iluminada por luces estroboscópicas. Pista que por cierto, ahora sólo ocupaban las sensuales gogos encargadas de animar el club. El sitio era grande y a juzgar por la cola esperando allá afuera, muy demandado. Suerte que habían arreglado todo con anticipación.

* por qué...? Por qué hacerlo? Zafiro, de ti me sorprende y más ahora que tu matrimonio se está recuperando.

Disgustado pidió una explicación.
Su hermano sentándose a su lado le contestó todavía riéndose:

* dos cosas. Mi matrimonio no corre peligro, Rini ya sabía sobre esto. Además, aprovecho para informarles que acudiremos con un profesional para que nos guíe hasta que su depresión se esfume...

Se sacó el teléfono para ponerlo en modo vibración y continuó.

* ... Y en cuanto a lo otro, en serio no creiste que Taiki y yo lo dejaríamos pasar, luego de que fuiste partícipe para que no nos pudiésemos zafar de las bailarinas exóticas cuando fueron nuestras despedidas?

* nos la debías.

Añadió Taiki con malicia. Darien bufó meneando la cabeza. Al mirar a su izquierda pudo ver que Edward y Seiya le decían algo a una de las gogos. Ya se podía dar una idea sobre qué sería. Demonios!

En cuanto a los demás caballeros, Asanuma junto con Kakeru y Neflyte esperaban ordenar las bebidas. Habían varias parejas en la barra antes que ellos.
Rubeus telefoneaba a alguien cerca de la salida de emergencia. Debía ser importante porque su rostro era solemne.
Por último pero no menos importantes, Nicolás, Yaten y Haruka los alcanzaron diez minutos después. Se habían quedado atrás buscando un buen lugar para dejar los vehículos.

* siempre apoyo las buenas bromas, pero, en cuanto me envíes una clave morse, te ayudo a salir de aquí. No quiero que la cabeza de bombón te desolle en cuanto se entere.

Ese fue Haruka sin temor a que todos lo oyeran. Yaten rió y comentó antes de que Darien pudiera decir pío:

* no seas aguafiestas, cuñado; las mujeres también la van a pasar... No, para que lo digo si ya se imaginarán.

Darien sudó frío. Qué? Oyó bien? A su dulce Serena también la someterían a una fiesta de éstas?!

«Ay, hermanos, donde sus locas mujeres le lleven algún estríper, dense por muertos», pensó con nada de humor. A cada minuto encontraba menos divertida su bromita.

El resto de los hombres se unieron al grupo. Seiya y Edward con un par de las gogos. Una rubia de buenas curvas y la otra un poco más exótica por su tono de piel chocolate y ojos grises. Estas saludaron al festejado con sus sensuales voces y, con un guiño coqueto, le hicieron saber que por la próxima hora bailarían exclusivamente para él. Darien se puso rojo y cuando aquellas comenzaron con su contoneo de caderas y sus miraditas sugestivas, trataba en lo más posible mirar a otra parte mientras buscaba la manera de huir y luego vengarse de esos canijos. El ofrecimiento de Haruka era real pero Darien dudaba que dos pudieran más que todos ellos.

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora