capítulo 105

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Incertidumbre:

Darien:

Los minutos se me se estaban haciendo una espantosa eternidad mientras que mi cabeza no paraba de torturarme mostrándome los últimos instantes que compartí con Serena, mi único y verdadero amor. Una y otra y otra vez... Ahí estábamos, yo protegiéndola del demonio mientras ella con su infinita bondad y valentía intentaba controlar la situación. Como siempre. Pero luego todo se fue al carajo. De un momento a otro ya había sucedido lo que tanto temí. Pálida, sangrante y asustada la vi desplomarse poco a poco entre mis brazos, y yo... Yo no podía creer lo que mis ojos me mostraban. No podía ser realidad que sin miramientos se interpusiera para recibir la bala en mi lugar.

Mucho decíamos dar la vida por el otro, sin embargo, nunca profundizábamos en el tema y yo di por hecho que Serena primero pensaría en nuestros hijos antes que en mí. Nunca lo dijo y yo no quise pregúntarle, pero para ella antes de ser mujer estaba ser madre. Lo demostró en varias ocasiones incluso. Por eso no me entra en la cabeza que se sacrificara!

Si no fuese porque en estos momentos me encuentro perdido bajo el manto del terror, a nada de perder la razón y a ella no me permiten verla porque yace en una plancha siendo operada, ya estaría blasfemando y gritándole por la enorme estupidez que cometió! De todas las tonterías y riesgos que esa esposa mía siempre hizo o tomó, esta sin duda se lleva el premio gordo!

Maldita sea, maldita sea! Si tan sólo por lo menos me permitieran mirar desde afuera... Ni siquiera pude decirle algo más, luego de que Asanuma casi a punta de calmante me la quitara de los brazos. Todavía tengo borrosas esas imágenes, de lo único que me acuerdo bien es que de un instante a otro Asanuma estaba delante nuestro, revisándola. Tenía cara pálida y semblante grave y eso para nada ayudó a que yo dejara de creer que mi esposa se fue sin mí, sin ni siquiera decirme adiós o un te amo. Con el corazón destrozado apretujaba su cuerpo que era lo único que me quedaba de ella. No me lo podían quitar!

Eso desesperó a mi amigo y entre tanto y tanto, lo siguiente que supe fue que se la llevaron en una ambulancia y a mí en otra. Ignoro quién las llamó o lo que ocurrió mientras tanto. Cuando volví a tener uso de conciencia, fue cuando ya habíamos llegamos al hospital. Lo hicimos al mismo tiempo.

Todavía alcancé a mirar como trasladaban el cuerpo sangriento de Serena en una camilla con un montón de personas vestidas de blanco a su alrededor. Asanuma los lideraba mientras él y los demás parecían decir algo con rostros preocupados. No pude oírlos, mis sentidos estaban colapsando, y de todos modos, de haberlo hecho creo que no hubiera entendido nada.

Corrí, quería tomar su mano y darle un último beso para que pudiera ir a alcanzarla en paz, ahora nuestro Dafirot nos tendría a ambos, no obstante, unas fuertes manos me detuvieron por detrás. Imploré agonizante que me soltaran, creo que hasta solté algunos golpes. Carajo, hice de todo pero esas manos jamás cedieron y entonces sólo pude observar como todo el mundo con el cuerpo desaparecía tras unas puertas dobles. Derrotado caí de rodillas llevándome las manos a la cara y... y desde entonces no me he movido...

Sé que debería estar invocando a todas las deidades que existen para que alguna se apiade y le salve la vida a Serena, mi razón de existir, pero por ahora no tengo fuerza ni para eso. Además, alguna vez he sido escuchado? Cuántas veces van que me encuentro al borde del abismo y nada de lo que imploro sucede? Al menos no como lo pido. Rogué porque Neherenia saliera de nuestras vidas, y aunque lo hizo, fue a costa de la vida de uno de mis hijos. Rogué encontrar a Serena y aunque di con ella sucedió cinco años después, además de que no quería saber nada de mí por un buen tiempo. Y rogué para que sus secuestradores me la devolvieran, pero me fue concedido luego de que la violaran. Así o más claro?

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora