cuarto epílogo, segunda parte

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Narración:

Tres días después...

Era sábado por la tarde, por lo que Darien se hallaba en casa con su esposa. Los mellizos y Artemis no estaban porque era el día en que sus hermanos los visitaban para llevarlos a pasear. Normalmente la pareja suele ser partícipe pero hoy ninguno se encontraba de humor para salir. La razón era obvia. Serena se sentía mal porque ya eran tres días que Elián no daba ninguna señal de vida y Darien, además de sentirse mortificado por su hijo, odiaba ver a su mujer así de preocupada. Claro, esto no se lo dijeron a sus hijos, no querían angustiarlos antes de tiempo...

* tesoro, estaré un momento en los establos. Hay asuntos que debo tratar con el capataz.

Le comunicó Darien a una Serena echa un ovillo sobre la cama y fue a darle un beso en la frente.

* te alcanzo en un momento. Quiero seguir mirando fotografías.

Señaló la tablet a su lado. Allí tenía las fotos de sus hijos cuando estos apenas eran unos bebés. Ah, que tiempos aquellos en los que todo se resolvía con reprimendas o una visita al parque.

* no hace falta. Mejor trata de descansar. Le diré a Esperanza que te suba un té y algo para comer, de acuerdo? Desde el miércoles apenas pruebas bocado.

* Darien...

Le dio una mirada de agotamiento. Lo menos que le apetecía era comer.

* nada. Es eso, o mando a llamar a tus padres. Tú decides, tesoro.

Serena no quería preocupar a Jedite, Kakyuu ni a Kara. Ya no estaban en edad para esa clase de tensiones, así que no tuvo de otra que ceder.
No trascurrieron ni cinco minutos que Darien se había marchado cuando el celular sonó en la mesita de noche. Creyendo que podría ser su hijo, Serena enseguida lo alcanzó para responder sin ni siquiera mirar el remitente. Que horrible decepción se llevó cuando en lugar de la voz de barítono escuchó a la de su hermana.

* Mina... Oh, hola. Cómo... Cómo estás?

* atareada! Ya sabes, como siempre. Pero hace días que no nos llamas y quería saber cómo está tratandote la vida, hermanita. Alguna novedad? Pronto Darien y tú se convertirán en suegros tal vez?

«Qué cómo me está tratando? Pues pésimo! Pero no tengo porque agobiarte con mis problemas».

* no, todo igual que a ti. Entre el trabajo y mis responsabilidades como esposa y madre... Ah, no te aburriré con esas cosas. Mejor dime, Minako está por ahí? Me gustaría saludarla.

Fue muy obvio que no deseaba hablar del tema, sin embargo Mina continuaba siendo tan despistada que ni siquiera se dio cuenta.

* no. Yaten quiso darme un break y se la llevó a campar, aprovechando que Seiya y Ángela nos visitaron. Ya los conoces, ese par no quisieron tener hijos propios pero como acaparan a los ajenos!

Serena sonrió ligeramente al recordar a la pareja y su firme decisión de no cambiar su estilo de vida únicamente para limpiar pañales, idear castigos y pagar colegiaturas. Nunca fue lo suyo.

* cuando vuelvan saludame a todos, sí? Especialmente a mi sobrina.

Adoraba a Minako y no porque fuese una replica de su hermana, sino porque era un amor de niña. Sin duda el carácter lo había heredado de sus difuntas abuela y bisabuela.

* claro! Y tú a los míos. Por cierto, cómo están? Se supone que hoy los mayores los visitan, no es así?

Su hermana no quería mentirle contestando que bien cuando probablemente en ese momento Elián estaría padeciendo hambre y frío. Que horror! Pero para su fortuna no hubo necesidad, ya que en ese mismo instante Esperanza apareció con la bandeja llena de comida y así Serena pudo ponerla de pretexto para poder colgar.

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora