capítulo 88

376 39 16
                                    

Una serie de sorpresas:

Narración:

* por qué te rehusaste a contestar mis llamadas cuando volví a México? Tanto te enfadó que por mi culpa te quitaran la licencia para ejercer?

Sin tacto preguntó Serena a Kaito apenas el recuerdo regresó. Todavía estaba conmocionada por lo que hace unos minutos había visto entre su padre y su nana, pero al tener delante suyo al hombre que en el pasado fue su único confesor, estaba sirviendo como distracción.

Kaito puso la mano en su espalda, señalándole que lo siguiera. No iba a resultar bien visto que alguien los viera solos en ese pasillo. Se malinterpretarían las cosas. Todavía no olvidaba la acalorada pelea que tuvo con Darien, cuando se dio cuenta que había puesto los ojos en su mujer.

En silencio llegaron a la entrada del gran salón. No se veía por ningún lado a Darien o a alguno de los parientes de Serena, pero si habían bastantes personas bailando o simplemente bebiendo mientras charlaban. Serena continuó mirándolo en la espera de una respuesta satisfactoria.

* y bien?

* no fue por nada de lo que crees, Serena. De hecho, haber dejado la profesión de psicólogo fue lo mejor que me pudo haber pasado.

Hablaba con la verdad. Hasta que dejó de ejercer supo cuán estresante podía ser escuchar los problemas de gente extraña.

* y entonces por qué lo hiciste? Creí que eramos buenos amigos.

Kaito bajó la mirada para luego mirar de allá para acá. No quería decirle el verdadero motivo pero tampoco quería mentirle. La estimaba todavía. No como mujer, claro, pero el aprecio seguía allí. Había oído todo lo que Serena y su familia tuvieron que atravesar y eso sólo reafirmó que la muchacha era una guerrera. Digna de admiración.

* qué ocurre? Por qué creo que hay algo delicado que no quieres decirme?

Sus ojos se precipitaron al rostro femenino y Serena aprovechó para hurgar en ellos y así encontrar respuestas. Pero fue en vano. Un profesional de la psicología no resultaba alguien sencillo de leer.

* si te lo dijera, podrías reaccionar mal. Pensarías que traicioné nuestra amistad y no fue así.

* por qué habría de hacerlo? No es como si no supiera que por ti Darien supo de mi embarazo y mis motivos para haber huido.

* no, no es por ese motivo.

* Kaito Ace, habla claro o de verdad me enfadaré.

Lo miró con determinación. El hombre suspiró.

* tú ganas. Pero ven, te lo confesaré bailando, aceptas?

«Confesar?»

El ex-psicólogo le ofreció su mano. Serena la miró y a la de tantas aceptó. Estaba comenzando a exasperarse; qué podía ser para que le diera tantas vueltas?
La melodía a continuación era una sonata lenta, pero Kaito, respetando a la bella mujer que tenía delante, únicamente le sostuvo la mano. Apenas tocándola.

* ya me lo dirás?

Giraron y el rubio asintió.

* pasa que, no podía verte más porque... desde el instante en que entraste a mi consultorio quedé prendido de ti. Al principio no fue un problema, pero, en los últimos días...

«Qué? Pero acaso hoy es un día de locos?! Kaito Ace interesado en mí?!»

* no lo entiendo. Tú nunca lo...

* demostré? No, de haberlo hecho, habría faltado a mi código profesional. Además, ibas a ser madre, tenías muchos problemas encima y estabas recuperandote de un rompimiento. Al principio me pareció que la relación de amor y odio entre Darien y tú era algo tóxico, pero conforme te confesabas conmigo, me di cuenta que amabas a ese hombre con una clase de amor puro, y en ese caso, jamás tendrías ojos para alguien más.

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora