capítulo 132

280 44 14
                                    

Rubíes heridos:

Diamante:

En el instante en que el jet despega, todos los recuerdos de estos cuatro meses que pasé trabajando con Meioh llegan a mi memoria. Joder, fue la puta locura...

*
( HACE CUATRO MESES ATRÁS )
*

Mi instinto nunca me falla y una vez más aquí la muestra. El mequetrefe apellidado Estrada únicamente deseaba aprovecharse de Meioh. No sólo en lo físico, también en otros aspectos. El jodido bastardo había escuchado de las influencias que Setsuna ahora tenía gracias a lo que le dejó la relación con su difunto prometido y pretendía sacarle provecho para así obtener ese poder que no se puede conseguir solamente con dinero. Lo descubrimos ayer, a tan sólo unos cuantos días de haberlo enviado a vigilar. Al principio todo fluyó en orden; Akiral y su gemelo no notaron nada extraño durante la entrevista. Sin embargo yo no me quedé conforme y los envié a vigilarlo por separado. Que se mezclaran en su ambiente, con sus amistades, etcétera. Lo que ya saben hacer cuando requiero de información.

Para no extenderme, en determinado momento el cabrón citó a Meioh en su casa, y al recibir una natural negativa, se atrevió a visitarla a altas horas de la noche. Por lo que tenía entendido, Setsuna ya no tiene más seguridad y ahora vive solamente con Armando. De ahí que ni siquiera se asomara para exigirle al pelafustán que se largara de su jardín. Muy prudente por su parte.
El bastardo pretendía insistir usando un lenguaje que... Prefiero omitir esa parte. El punto es que Akiral y Kiral se lo llevaron de ahí para darle "amigablemente" una lección sobre cómo tratar a una dama y, luego de sacarle toda la verdad, le hicieron la advertencia de que no lo querían volver a ver cerca de Meioh. Haría la donación que prometió y fin del "trabajo". Aún es pronto para decir que dio resultado, así que lo seguiré teniendo bajo el microscopio. Si tiene algo de inteligencia verá que más le vale acatar sin llamar la atención. De lo contrario ahora tendrá que enfrentarse conmigo.

Alguien llama a la puerta de mi habitación.

* señor, el chofer ya ha llegado. Cuando usted diga partimos.

Es Akiral. Le contesto un sencillo está bien y continuo en lo mío. Ante el espejo del closet luna me ato la corbata azul marino a juego con el traje de dos piezas y sigo con el saco. Hoy iniciaré ese ansiado proyecto con Meioh, por lo que quedamos de vernos en las oficinas de su institución a las ocho en punto. Seré honesto, el proyecto es lo menos que me interesa; lo que me llena de adrenalina es que por una incierta temporada estaremos trabajando codo a codo. Dependiendo de lo que suceda en el trascurso lo definirá todo porque si con esto no me gano su confianza mínimo como un amigo, querrá decir que jamas lo haré. Fuera de las reuniónes que ofrecen los Chiba Tsukino no nos une absolutamente nada para que pueda seguirla frecuentando.

En esta ocasión no llevaré portafolio, así que luego de aplicarme un poco de colonia para después de afeitar dejo la habitación. Al pasar por la puerta del balcón los aun débiles rayos del sol que se cuelan en completa libertad a través del cristal me abrazan por breves instantes. Como una amorosa esposa deseándole a su marido tener un buen día. Antes de bajar llamo a la puerta de Peruru y abro sin esperar respuesta. Debo cerciorarme que ya se haya conectado para tomar sus clases.

* buenos días, señor Black.

Me saluda con un deje de sarcasmo ante mi poca educación hacia su persona. Ya se encuentra presentable y estaba apunto de ir a sentarse en su escritorio.
Meneo la cabeza en reprobación al ver que a un lado del ordenador tiene el desayuno. Le he dicho que se levante más temprano para que desayune primero pero no entiende.

* sólo quiero asegurarme que te dejo estudiando. Volveré a eso de la una para que comamos juntos.

* tantas horas le tomará organizar ideas con la mamá de Armandito?

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora