capítulo 38

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Llamada:

Serena:

* puedo oler su colonia, siento su peso, siento su... Nooooo!!

* tranquila, tranquila, Serena. Está a salvo. Aquí nadie le hará daño...

Sobresaltada me hago un ovillo en el diván. Mi pecho sube y baja tan rápido que pareciera que me va a dar algo... Oh, Dios! Eso ha sido horrible! No debí aceptar que la psicóloga practicara en mí la hipnosis... Fue como haber regresado en el tiempo y nuevamente estar ahí, maniatada de pies a cabeza siendo violada!

* respire... Tome.

Me pasa un vaso con agua y un pañuelo. No sé para qué hasta que siento correr una gota de sudor que me llega a la barbilla. Cielos! Estoy empapada en sudor!
La mujer serenamente espera a que me recomponga mientras hace anotaciones en su habitual libreta. Los minutos corren hasta que yo misma rompo el silencio.

* no me vuelva a pedir hacer eso.

Ella levanta la mirada lentamente y con semblante de lo más relajado sonríe diciendo:

* Serena, aunque lo dude la hipnosis es muy recomendable en pacientes como usted. No porque la primera vez haya sido nada agradable experimentarla, significa que...

* revivir lo que me hicieron no me ayudará en nada! Se supone que me ayudaría a superar mis miedos y mis recuerdos, no a refrescarlos!

Levanto la voz y comienzo a andar por todo su despacho con aire desesperado. Es la primera vez que vengo. Normalmente ella es quien me visita en el departamento de Kaolinet, pero hoy no pudo ser así. Mis niñas en este momento están en la salita de espera cuidadas por Kaolinet y la recepcionista. No quería que se quedaran solas.

* entiendo su enfado y tiene todo el derecho de expresarlo.

Volteo a verla furibunda. Ja! Claro, qué más puede decir? Como no fue a ella a quien ultrajaron por casi dos semanas.

* no me mire así, Serena, que yo no soy su enemiga.

* pues lo pareciera! Desde que me está atendiendo no hace otra cosa que hacerme sentir mal por mis decisiones y ahora esto!

Menea la cabeza al mismo tiempo que se quita sus costosas gafas. Todo en ella es costoso además de frío. Su formal vestimenta lo dice a gritos igual que sus recatados peinados. Debí intuir que su físico hablaba por sí solo. Debí saber que una mujer como ella no me entendería.

* yo solo soy honesta y le hago ver sus errores para que los enfrente, no para que se enfade. No sé qué clase de profesionales estuvieron viéndola anteriormente, pero queda claro que en lugar de ayudarle lo único que hacían era tratarla como a un bebé.

* se equivoca! Nadie me trató con pinzitas porque de lo contrario no estaría aquí, recurriendo a usted. Y sabe qué? La sesión terminó, junto con el resto. Le agradezco su tiempo, el cual le fue bien remunerado, pero a partir de este momento ya no es más mi psicóloga. No la necesito: para torturarne con recuerdos me basto sola.

Sin más voy hasta la puerta y al salir lo hago dando un portazo.

* señorita, la sesión aún...

Interrumpo a la recepcionista anunciándole que para mí ya se acabó este show. Kaolinet se acerca para saber qué me pasa. Como quiero serenarme y no hacer un espectáculo delante de mis hijas y de quienes esperan, le digo que luego le platico. Hay que irnos ya.

En el elegante y bonito coche de mi ex jefa no se habla de nada que no sea cosas que le interesen a mis niñas. Ambas están contentas. Naiku porque le prometí darle una sorpresa más tarde...
Cuando hemos llegado al imponente edificio, justo al poner un pie fuera del coche me viene un fuerte dolor en el vientre y nuevamente nos vamos al hospital, tal como lo hicimos antier, tres días antes de ese y otros más antes de. Resulta que algo no marcha bien con mi embarazo. No saben bien qué es, porque ni guardando reposo se me calman esos dolores, y no me pueden estar haciendo tantas ecografías porque pueden ser dañinas para el bebé...
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* descanse, señora. Le vendrá bien dormir un poco.

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora