capítulo 37

327 40 7
                                    

Un corazón dividido:

Darien:

Ciudad de México...

Tres meses ya. Hace unos días se cumplieron tres meses de que Serena y mis hijas se fueron de mi vida dejándola casi totalmente vacía y a mí muerto en vida! Si no fuera por Armandito, el único hijo que ahora me queda, no sé en dónde estaría o que estupidez ya hubiera cometido para ponerle fin a mi pena y dolor. Ahora solo vivo para él, ya que desde que me quedé en cero sobre el paradero de mis tesoros, todo perdió sentido para mí. Morí. Volví a morir; Serena se encargó de eso al haber ocultado muy bien sus huellas. De verdad no quiso que la encontrara.

Dios sabe que moví cielo, mar y tierra para encontrarlas, y aunque pudimos hallar unas pistas sobre que viajaron supuestamente a Francia, nada sirvió para traerlas de nuevo a mí. Juro que no me quedé de brazos cruzados a pesar de la terrible e impactante noticia que fue para mí escuchar que Serena está o estaba embarazada de...Él. Entré en shock, sí, lo admito y por casi una semana me mantuve así, como si hubieran apagado algo en mi interior y solo estaba vivo porque mi cuerpo en sí no estaba herido. Pero cuando reaccioné, cuando pude salir de ese estado de trance, me movilice y nuevamente mi motocicleta fue mi compañera en la búsqueda; no obstante, no dio frutos porque esta vez nadie secuestró a nadie. Nos consta porque en una grabación que pudimos conseguir del aeropuerto, ahí se captó como Serena únicamente con nuestras hijas compró los boletos y luego pasó a la siguiente ala. En ningún momento se le vio acompañada o como si alguien la siguiera. Ni una mínima señal que nos hiciera creer lo contrario.

No se sabe si abordó el avión o no, ya que en la cámara que filma a quienes están apunto de subir al avión, no se logra ver mucho. Ese día mucha gente viajó y más de una mujer rubia fue captada sola o con niños. Y las otras cámaras, como las de salida, en ningún momento se vio que saliera del aeropuerto. Es raro. Muy extraño.
Por instinto también decidí averiguar por carretera. En todas las casetas para ser preciso, pero ni ahí la vieron. Ninguna mujer con las descripciones que les di les resultó familiar. Fue como si la tierra se las hubiera tragado.

Intenté nuevamente hacer publicidad pero no pude por dos razones. La primera: al no tratarse de un secuestro, no es legal hacer ese tipo de cosas. Y en segunda: porque me hicieron ver que al reportar que se había marchado, los secuestradores, si es que no sabían gran cosa, los pondríamos en alerta e irían detrás de ellas. 
También intenté hacer otra cosa, aunque algo descabellada. Quería demandar a Serena por llevarse a mis hijas sin mi consentimiento; tenía la esperanza de que así la policía haría algo al respecto y las traerían a mí de inmediato. Pero no fue posible. Kakeru me hizo saber que cuando la madre es quien se lleva al hijo, no es delito. Por lo tanto esa tampoco era una opción...

Tantas trabas, saber que todo este tiempo el bastardo estuvo acosando a Serena aún dentro de nuestro hogar, que Serena estuvo callando su embarazo y demás, me hizo perder la poca cordura que tenía. Me desquicie al grado de correr a todo el mundo de mi casa y de mi vida. Rompí todo lo que tenía a mi paso sin detenerme a pensar que en su mayoría eran objetos de Serena y de mis hijas. La casa quedó irreconocible igual que yo. Igual que mi alma...

Desde ese día que mi vida dio todo un giro de ciento ochenta grados, nada en mí a vuelto a ser lo que era. Me he convertido en un hombre resentido que cuando puede prefiere estar de lleno en el trabajo sin dormir ni comer. Soy un maldito tirano con mis empleados, cuando antes solía tratarlos por iguales. Muchos ya me renunciaron y no me sorprendería que un día de estos hagan una huelga o me demanden por lo que les hago y por como les grito.

Con mi propia familia, a excepción de Armandito, me porto como una bestia amargada que ya no le interesa si están bien o no. Rara vez los veo, y eso porque la preocupación los puede más y vienen a verme a mi casa e intentan hacerme entrar en razón. Un día de estos voy a cambiarles las cerraduras para que ya no vean esta cara, que según ellos, ya se cansaron que tenga.

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora