capítulo 28

417 44 23
                                    

Promesa:

Narración:

* aún sin ninguna noticia, cierto?

* no... No, Setsuna. Han trascurrido seis días desde la desaparición de Serena, y todavía no se logra nada.

Le contestó Darien dejándose caer en su sofá individual; se encuentra muy cansado, toda la noche hasta hace un par de horas atrás estuvo buscando a Serena por un sin fin de calles y callejones con la esperanza de que hoy sí daría con ella pero nada!

Derrotado y sin noticias buenas para llevar a casa, decidió visitar la tumba de su leoncito para pedirle que lo ayudara. Luego de una larga suplica en donde toleró el nudo que tenía su garganta, allí se le ocurrió que debía ir con Setsuna, para de una vez llevarse a su hijo. Así al menos con el pequeño no se sentiría tan vacío cuando regresara al frío hogar...

* oh, Darien, al menos has desayunado algo? Tienes un aspecto terrible. Imagino que tampoco has dormido.

Quiso saber al ver el estado que traía. Los ojos de Darien tenían un gran círculo oscuro alrededor de ellos, sus labios lucían deshidratados, su semblante estaba exhausto, en fin. En general se notaba a leguas que el pobre hombre ya no podía ni con su alma.

* ni siquiera siento hambre. No siento sed, sueño ni nada que no sea el dolor por no tener a Serena conmigo!

* pero tienes que cuidar de ti, Darien. Si sigues así, te enfermarás y...

* es que aunque lo intente, aunque me obligue, no puedo! Me es imposible Dormir porque de inmediato las pesadillas me asaltan para torturarme! Sueño cosas terribles sobre lo que le pueden estar haciendo esos malditos a mi novia y yo sin poder defenderla!

Confesó dejando caer la cabeza en el respaldo y luego pasándose una mano por el pelo con aire torturado. Setsuna sintió que el corazón se le rompía al verlo así. Ni siquiera en esos años que Serena estuvo en Nueva York, él se había puesto de esa manera.

* sonará estúpido mi comentario, pero imagino que la extrañas terriblemente...

Bajó la mirada para no ver la cara que pondría ante unas palabras tan obvias y casi fuera de lugar. Sin embargo, para su sorpresa, Darien en lugar de mirarla o reaccionar mal, asintió y dijo con voz casi nasal por las lágrimas que sigue rehusandose a dejar escapar:

* más de lo que te puedes imaginar, Setsuna. La extraño como un maldito condenado y ni siquiera esas palabras le hacen justicia a lo que siento; cómo te lo explico? Serena... Serena me hace falta como el aire que respiramos, como el agua para poder seguir viviendo..., como si fuera una parte esencial de mi ser...! Sabes? Cada que entro a nuestra habitación o miro algún objeto que es suyo, siento como si me apuñalaran el corazón sin piedad. Como si me mataran lenta y tortuosamente... Ah.., lo que daría para poder verla una vez más, poder estrecharla muy fuerte entre mis brazos mientras la beso. O ya al menos oír su risa. Esa risita tan dulce y espontánea...

Dos lágrimas escaparon de los ojos de Setsuna: escuchar de la propia voz de Darien cuánto ama a Serena era muy difícil de digerir. Pero, aún así, y escondiendo esas lágrimas, levantó la mirada, se puso de pie y fue al lado de Darien. Poniendo la mano en su hombro derecho, encima de la chaqueta de cuero que Darien llevaba puesta, le dijo con una sonrisa sincera:

* no pierdas las esperanzas, Darien, y usa ese amor tan grande que le tienes, como un incentivo cada que salgas a buscarla. Mira, sé que es algo terrible pero, con lamentarse e imaginar lo peor, no se logra nada más que lastimarnos a nosotros mismos. Y tú menos que nadie puede permitirse pensar así; tus hijos te necesitan ver bien. Verdaderamente bien...

El Verdadero Amor Perdona 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora