¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
🚫 Está PROHIBIDO resubir m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(TN) cubrió las manos de la pequeña Eri entre las suyas, haciendo un intercambio de sensaciones. A la niña le gustaba sentir ese calor de sostener la mano de alguien, especialmente de su cuidadora, que pronto se había convertido en una figura materna para ella; por otro lado, (TN) tuvo la oportunidad de ver cómo le quedaba ese lindo vestido color blanco con florecillas de color rosa y un cinturón del mismo color acompañado de un moño del lado derecho de la cintura.
—Te ves preciosa, Eri-chan —la joven le dedicó una tierna sonrisa y seguido revolvió un poco su cabello azulado blanquecino.
La chiquilla sonrió tímidamente en respuesta, estar con ella la hacía sentir una calidez reconfortante en su corazón.
—Vaya, parece que Mirio ya está aquí —comentó la chica.
Aunque Eri no podía verlo, (TN) sí podía sentirlo, o más bien oírlo, y eso era gracias a su condición. Desde que nació nunca pudo ver nada, cuando era niña siempre se cuestionaba por qué a ella se le tuvo que privar del sentido de la vista, pero con el paso del tiempo sus otros cinco sentidos se agudizaron más que los del resto de personas, en especial la audición y el tacto. No fue hasta unos pocos años más tarde que la vida le dio una oportunidad de poder ver la belleza de lo que la rodeaba, pues fue cuando su don despertó, el cual consistía en que podía ver durante cinco segundos el presente o el pasado de los objetos y personas que tocaba como si fuera una película en stop motion. Cualquiera pensaría que podría usar su don siempre que quisiera para poder ver, pero en realidad solo podía usarlo una vez cada quince minutos, además de que ya estaba acostumbrada a sobrevivir con el resto de sus cuatro sentidos.
—¡Toc, toc! —la voz de Mirio sonó desde el otro lado de la puerta imitando el sonido al tocar la puerta—. ¿Las mujercitas más lindas del país están listas para tener un excelente día?
Al abrir la puerta el rubio presumió la canasta y la manta que llevaba consigo. (TN) agarró a Eri de una de sus manos y con la otra tomó otra canasta llena de comida, al mismo tiempo Mirio agarró a la pequeña de la otra mano. Si algún desconocido los mirara perfectamente podría pensar que se trataba de una adorable familia de tres, e incluso así lo llegaba a pensar Eri. Los días en los que podía estar con ellos dos era como experimentar aquello que nunca tuvo en años pasados.
Mirio extendió la manta que llevaba la cual era lo suficientemente amplia para poder sentarse todos. Era San Valentín, y la joven pareja se había puesto de acuerdo para tener un día de picnic en el bosque cerca de la U.A. junto con Eri. A pesar de que era un día para los novios, ellos no podían pasar un mejor día si no era haciendo sonreír a la chiquilla.
—¡Aquí tienes, Eri-chan! —dijo Mirio a la vez que le daba un globo en forma de animal a la niña, quién sonrió ampliamente al recibirlo.
Las horas habían pasado ya desde que degustaron sus deliciosos alimentos, entre ensalada de frutas con yogurt, sándwiches, tarta de manzana, ramune de distintos sabores, y demás comida típica de un picnic. Togata tenía una sorpresa más todavía, después de haber comido hasta reventar, sacó una bolsa con globos que tenía bien escondida, y frente a ellas comenzó su show semi-improvisado.
—¡Yyyy ahora, para mi acto final!
Mirio agarró una profunda bocanada de aire y empezó a inflar un gran globo de color rojo mientras Eri veía fascinada lo mucho que crecía. Cuando alcanzó su tamaño máximo, se podía apreciar un corazón.
—¿Qué es? —preguntó la chica expectante, para eso Mirio le entregó el globo. La joven paseó las yemas de sus dedos por toda la suave superficie del objeto, su sonrisa se hizo aún más amplia al identificar la forma del corazón.
Tal vez no podía verlo, pero definitivamente podía sentir su amor a través de él.
—Eri-chan, ¿me ayudas?
La muchacha llevó el globo a donde había escuchado que estaba la niña. Ella tomó la cuerda del globo, rodeando la muñeca de la mayor y haciéndole un nudo. Era obvio que no flotaba, pero al menos ahora no lo perdería.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
