¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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"¿Qué hay de malo en que lo haga? ¿Acaso usaría toda mi buena suerte? Como sea, solo lo haré este día".
El pelirrosa agarró una cuchara grande la cual sumergió en un pequeño bote de miel natural que había comprado recién en una tienda de conveniencia que le quedaba de paso, después le echó un poco de limón amarillo y se zampó la cucharada entera en la boca. Sus mejillas se llenaron del típico dulzor producto de las benditas abejas. Así fue como empezó su día camino a la estación principal de la ciudad. En su recorrido las cosas más pequeñas lo impresionaban, las encontraba magníficas. El sonido de la gente yendo de un lado a otro no le resultaba en lo absoluto irritante. Ni siquiera sentía el peso en su brazo de la bolsa que contenía un par de bebidas de burbujas. Ese día en especial se sentía más feliz que de costumbre, caminaba sobre las nubes; desde que había despertado en la mañana soleada sabía que ese día volaría al cielo, incluso más alto que eso.
Al voltear hacia arriba se encontró con unas cuantas nubes acompañando al sol, esto lo transportó a sus días en su primera preparatoria. Cuando aún era un chico común y corriente e ignoraba muchas cosas que hoy en día como hechicero sabía. Pero no tenía que preocuparse por ello en ese momento.
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Al ver al cielo recién eran distinguibles las nubes oscuras del cielo nocturno. Iba a llover en cualquier momento, cosa que echaba a perder los planes de la mayoría de las personas que iban a salir a festivales o fiestas por el día de Halloween. Itadori realmente deseaba que eso no pasara, llevaba semanas él y sus amigos planeando lo que harían ese día, comer ricos dulces, salir a espantar gente, compartir historias de terror, ver películas o videos que los dejarían con mucho en qué pensar esa noche, en especial justo antes de irse a dormir. Sin embargo, la amenazante lluvia de adviento le quitaba casi la mitad de los planes que tenían.
Tocó la puerta del apartamento. Había quedado en ir a recoger a (TN) para de ahí irse a encontrar con los demás. En el momento que de disponía a llamarla la puerta se abrió sola con un rechinido algo tétrico. El edificio era de dos pisos con unos seis u ocho apartamentos por piso. Algunos estaban a oscuras, probablemente los residentes de esos lugares no estaban en casa por lo que las luces no estaban prendidas, al igual que el departamento de su amiga. Echó un vistazo hacia adentro, todo estaba en penumbras. Le extrañaba que el seguro no estuviera puesto y que las luces no estuvieran encendidas, ni siquiera una lámpara de mesa. Sabía que a la muchacha le daba miedo la oscuridad.
