˗ˏˋ Edward Elric ෆ FMAB ˎˊ˗

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✁・・・ADVERTENCIA: contenido relacionado con la depresión.

✁・・・Pedido por: KarenkaShu 🌟

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           Su viaje comenzó hace un par de años en un día en el que lo salado de sus lágrimas era el único sabor que tenía en la boca. Había caminado quién sabe cuánto bajo pleno sol de verano desde que su madrastra la echó de la casa justo a la semana de que su padre biológico había fallecido. Sus piernas cedieron ante el cansancio y cayó boca abajo en el camino de tierra por el cual deambulaba, fue entonces cuando su llanto se hizo más ruidoso; casi nadie transitaba la zona en ese momento, pero las pocas personas que llegaron a caminar por allí simplemente pasaban de largo a su lado. "Ha de estar haciendo un berrinche", "¿No le dará pena a sus papás?", "Esto pasa cuando no se les pone mano dura", fueron algunas de las frases que escuchó de la gente. La vida con su madrastra realmente era asquerosa, el que una vez fue su hogar ya no lo era más, y ahora que se encontraba completamente sola no tenía idea de a dónde ir o qué hacer, no podía evitar que su mente se llenara de pensamientos lúgubres y pesimistas, después de todo es lo único que había aprendido durante su corta vida.

           No fue hasta rato después de estar ahí tirada que se le acercó un chico que parecía de su edad acompañado de un "sujeto" en una armadura. Alphonse fue quien le hizo notar a Edward sobre la niña que yacía desconsolada en el suelo, se le acercó preocupado de que pudiera estar herida, pero no habían signos de sangre por ningún lado. Intentó llamar su atención con su sola voz, sin embargo aquello no fue suficiente pues la muchacha no parecía querer apartar su frente del suelo. El rubio la tomó por los hombros con gentileza y la sentó, poniéndose él en cuclillas para estar al mismo nivel que ella. Fue entonces que miró el demacrado rostro de la puberta, estaba polvorienta, seguramente lo había recogido del tiempo que estuvo en el suelo, las líneas más claras de su rostro que le recorrían de los ojos al mentón le indicaban por dónde habían estado pasando sus lágrimas, sus ojos y nariz colorados señalaban que estuvo llorando por largos periodos de tiempo, su cabello estaba despeinado y su ropa terregosa.

—¿Qué sucedió? Déjame ayudarte —dijo Edward sin pensarlo dos veces extendiéndole la mano, pero la chica no la tomó, solo miró—. ¿Quieres contarme qué pasa?

           Los lloriqueos de la chica volvieron a hacerse presentes, el rubio no supo distinguir si lo que decía en voz alta era para él o para ella misma.

—No lo soporto más —sollozó a la vez que apretaba sus temblorosos puños—. Quiero dejar de sentirme mal todo el tiempo. No quiero vivir así, no quiero... vivir más, no tengo razón para seguir. Siento que me caigo a pedazos. Y todos los días de mi vida me siento cansada aunque duerma mucho.

           Tal declaración sin vacilo tomó con la guardia baja al chico de ojos dorados. No solo la pesadez de sus palabras lo aturdieron, sino que también la facilidad con las que las soltó. No lo decía por capricho o querer llamar la atención, más bien era un claro grito desesperado por que alguien la escuchara, después de que tanta gente se hiciera de oídos sordos ante su sentir.

LෆVE TRIP ──Anime One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora