¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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El tercer año de preparatoria; bien distinguido por el estrés que los alumnos solían experimentar ya que era visto como el tiempo límite para escoger una carrera universitaria. Los afortunados ya sabían desde hace tiempo a qué se querían dedicar, pero también existían las pobres almas en pena que tenían el tiempo como agua al cuello, pues no tenían nada decidido sobre su futuro. Eran momentos bastantes duros, en especial si no se tenía una pasión en específico.
Este era el caso de (Tn), compañera de Saiki, que era conocida por la mala suerte que la perseguía. Siempre que se le dejaba sola algo le debía salir mal en menor o a mayor medida. Sus padres ya le habían dado el ultimátum de que les dijera qué carrera universitaria elegiría, pero todavía no tenía una respuesta. El de cabello rosado notó su tensa aura durante todo el periodo escolar; el mal presentimiento que experimentó desde que la vio entrar al aula en la mañana se intensificó cuando se acercó a él en medio pasillo con una sonrisa forzada al acabar las clases.
—¡Saiki! ¿Estás libre esta tarde? Escuché por ahí que no habías elegido una carrera aún.
"Ni siquiera he dicho nada al respecto." Pensó Saiki.
—¡Pero no te preocupes! Tengo una idea para que podamos decidirnos por algo.
"No gracias."
—¡Vayamos a visitar distintos sitios de la ciudad! —mostró una tarjeta de identificación que expide la escuela para que dejen a los alumnos practicar en ciertos locales como parte de la orientación vocacional— ¡Creo que ver a las demás personas ejercer su vocación nos ayudará!
El psíquico permaneció en silencio por unos instantes para después darse media vuelta y caminar rápidamente en otra dirección ignorando completamente la oferta de la joven.
—¿Es eso un no? —exclamó, aunque sabía bien lo que quería decir—. Demonios... —susurró.
Procedió a agarrar su sombrilla que casi siempre llevaba consigo, pues no le gustaba que los rayos del sol pegaran directamente con su piel. Miró la hora en su celular y se preocupó, pues tenía que sacar lo máximo posible de ese día, por lo que corrió hacia las escaleras donde torpemente pisó mal el primer escalón de bajada provocando que su paraguas saliera volando hacia el suelo. Habría caído directamente en la sombrilla de no ser por cierto pelirrosa que la sujetó firmemente de la muñeca antes de que cayera.
"¿No puedes andar sola por cinco minutos sin meterte en problemas?"
En realdad no le habría pasado nada más que el golpe de la caída. Su paraguas era aprueba de tontos, pues la parte superior por donde sobresale el palo de la sombrilla era una esfera de plástico especialmente pensada para que el dueño no se lastimara con ella y que hasta un niño pudiera usarla sin peligro.
