¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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Arrastraba sus pies por todo el desgarrador paisaje postapocalíptico que recorría sin rumbo. Edificios, calles, automóviles y señales destruidos siendo devorados por la corroción del tiempo era todo lo que veía. Estaba completamente exausta, le dolía la cabeza, tenía hambre, sentía como si los rayos del sol empezaran ya a perforar su piel con cuando los animales son marcados con hierro. Su tanque de oxígeno estaba a punto de agotarse, no tenía idea de cuántos kilómetros había andado desde que partió hace días, solo seguía adelante; el refugio donde vivía se convirtió en una anarquía y solo tenía dos opciones, quedarse y morir en opresión, o huir y morir por el voraz mundo exterior. Al menos la segunda opción le daba un poco de esperanza en esa tempestad. Aunque ahora no estaba tan segura de si realmente lograría algo, su cuerpo no daba para más.
En el momento que su fe estaba por esfumarse como humo, pudo visualizar lo que ahora se le llamaba una frontera o guardia. En realidad era un edificio en muy mal estado, podría ser de cualquier cosa, en este caso se había topado con una fortaleza hecha en un centro comercial. Éstas marcaban el territorio de otro refugio de humanos, también denominados "pequeñas naciones", debido al recelo con el que cada pueblo protegía sus provisiones, era bastante difícil ser admitido en una sin alguna recomendación, y los ataques sorpresas de espías que sucedían en otros refugios no ayudaban nada.
Aunque la palabra "refugio" podría dar a entender que solo se trataba de un solo edificio, en realidad se trataba de una zona que podría ir desde el tamaño de un pequeño pueblo perdido en un desierto o montaña, hasta el tamaño de una ciudad chica. La mayoría estaban protegidos por un domo especial que proveía lo necesario de la naturaleza para sobrevivir, por lo que la única forma de entrar era por la frontera, ya fuera de manera pacífica o en una invasión enemiga, por lo que de igual manera eran altamente vigiladas y protegidas con armas.
Pequeñas piedras se incrustaron en las rodillas de la joven al caer derrotada. La frontera estaba a tan solo unos metros de ella, no esperaba que la acogieran, pero llegada a este punto no tenía otra opción; sin embargo, sus piernas ya no se movían, sus ojos enrojecidos observaron la bandera negra que ondeaba en el asta, tenía un símbolo dorado en el medio, y a sus costados habían escritos un kanji a cada lado que no podía leer, abajo en letras diminutas parecía decir la traducción, pero no logró leerlas, todo a su alrededor se escureció y su cuerpo se estampó en el suelo.
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