¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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De un momento para otro, la concentración de Reki en ir más rápido sobre su patineta se vio interrumpida al divisar a una joven que andaba hacía la izquierda del camino. De manera en absoluto disimulada se quedó viéndole tanto así que perdió el equilibrio y terminó chocando de cara contra un poste para después caer sobre su trasero en el cemento.
La chica a la cual había dejado unos dos o tres metros atrás se percató del incidente y se apresuró a acercarse al pobre muchacho adolorido.
—¡Ay, dios mío! ¿Estás bien? —se puso en cuclillas a su lado— Déjame ayudarte.
El pelirrojo se llevó rápidamente sus manos a la nariz, se había golpeado justo ahí y comenzaba a sangrarle. Al percatarse de esto la muchacha sacó de entre los compartimentos de su mochila una servilleta con la cual limpió la zona lo mejor que pudo, después le ofreció otra servilleta para que Reki mismo se la pusiera en el orificio nasal para evitar que la sangre goteara.
Con vergüenza levantó la vista y se encontró con los ojos de la contraria. Se había quedado sin aliento, aunque no estaba seguro si fue por estrellarse contra un poste o si era la chica frente a él quien le robaba el aliento. Por alguna extraña razón su mirar lo hacía sentir ingrávido y eso le agradaba, aunque le confundía.
—¿No quieres pararte? El concreto debe estar caliente... —comentó la muchacha con una media sonrisa y una ceja alzada al notar como ninguno de los dos decía nada después de varios minutos.
—¡S-Sí! —respondió él poniéndose de pie velozmente. ¿Cómo es que no le había incomodado lo caliente del suelo? Después de todo era verano, lo caliente debió haber hecho que reaccionara en algún momento, pero no fue así.
De hecho, se sentía algo mareado y le costó un poco volver a sus cinco sentidos. Fue entonces que le sucedieron dos cosas: primero, sintió vergüenza por haberse accidentado frente a una chica linda y desconocida; segundo, se dio cuenta de que su uniforme era el mismo que el de su preparatoria.
—Parece que vas a la misma escuela que yo —comentó Reki para después panquear nuevamente—. ¡N-No lo digo por que te haya estado observando! ¡No soy un acosador! Es solo que tu uniforme...
El pelirrojo se interrumpió al joven reír por su actitud y las tonteras que decía. Mentalmente se dio un zape en la frente y recordó aquella ocasión en el barco en la que sus amigos le retaron a hablar con una chica diciéndole que no podría hacerlo. Y al parecer, seguía sin poder hablar de manera decente con una persona desconocida del sexo opuesto.
—En ese caso, ¿podrías ayudarme a llegar? Es mi primer día —juntó sus manos en plegaria. Reki simplemente no pudo decir que no.
Esta era su segunda oportunidad de hablar bien con ella. Era amigable además de linda, quería conocerla mejor y Reki estaba listo para tener que intentarlo hasta cien veces. De camino al instituto todo parecía ir muy bien; se presentaron, hablaron de sus gustos, y todo ese montón de cosas típicas de las que uno habla cuando recién se conocen. Resultó ser que las sospechas del pelirrojo eran ciertas, el japonés de la chica era algo quebrado, aunque podía entender bien lo que le decía, por lo que desde que la escuchó hablar se dio cuenta que no era de Japón.
