27 - Someone Like Me (!)

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El momento de cambiar de estilo para un nuevo álbum era un verdadero día de spa donde todas la pasaban bien antes de trabajar sin pausas. Aunque también era una forma de trabajo, el que cuidaran de ti con cambios de look y masajes se consideraba como un momento de aprecio completamente pagado por la empresa

- ¡¡¡Wow, Chaeyoung!!! Te ves.. - dijo Momo al ver la transformación de la maknae.

-¡¡¡Ah!!!... no, no me vean... - se cubría el rostro apenada.

- Te ves como una "sexy fierecilla" - dijo Sana haciendo que todas rieran al unísono.

- Hahahaha... "la fierecilla sexy" - repitió Tzuyu.

- ¡¡Tzuyah!! - Chaeyoung seguía mortificada por la vergüenza que sentía.

***

Nayeon había agarrado manía por su teléfono, comenzaba a recibir llamadas de números desconocidos y mensajes extraños. A veces los fans eran aterradores y ella solo una joven de veinte y pico años que tenía gran pasión por la música, sí, era cierto que quería ser una estrella tanto como repetía aquella canción que aborrecía desde Sixteen pero ¿a qué precio?

Jihyo salía de su tratamiento facial y manicure, se sentó a un lado de Nayeon quien desprendía una vibra de total intranquilidad.

- ¿Qué te pasa? - preguntó mientras se sentaba en el reclinable soltando un suspiro a modo de relajación total.

- Sigo recibiendo estas llamadas... y... ¡aghh! Odio mi teléfono...

- ¡Apágalo!

- Es fácil decirlo, pero es un horror tener que apagar tu vida por un par de tontos obsesivos...

- Tampoco has podido dormir, ¿cierto?

- Es difícil... el hecho de pensar que en cualquier momento alguien saltará encima de ti sin saber... no sé, no quiero pensar eso, tengo los nervios totalmente alterados. - Jihyo le dió una mirada compasiva, la tomó de las manos y en ese momento, si su amistad ya era profunda; Nayeon no había sentido la calidez que realmente irradiaba Jihyo hasta ahora... era una especie de experiencia religiosa.

- No vamos a dejar que algo te suceda. - La seriedad de Jihyo era contundente, no había titubeos en su voz, tal y como cantaba con la confianza del mundo, continuó - Ni a ti, ni a ninguna de nosotras. Si hemos de rodearnos de mil guaruras lo haremos, si nos van a criticar por perder el piso, que lo hagan. Primero está nuestra seguridad y nuestra felicidad, ¿me oyes? - Nayeon no pudo evitar soltar unas lágrimas emocionada por el cálido discurso de Jihyo.

Momo entraba a la sala de sillas de masaje junto a ellas.

- ¿Qué pasa? ¿El acosador otra vez? - El buen humor de la mayor era imparable excepto cuando el tema del acosador salía a flote. - Ven aquí tontita, nos vamos a cuidar unas a otras y si no... les hecho a la mafia japonesa.

Las tres se rieron luego del comentario de Momo, ese rumor de que la familia de Momo era parte de la mafia de Japón había sido tan absurdo como tentador de utilizar en momentos como éste. Jeongyeon y Sana se unieron, confundidas ante la escena de risas y llanto, se voltearon a ver intrigadas.

- ¿Qué tienen? - preguntó Jeongyeon quien ahora portaba un color casi caoba claro en su cabello que poco a poco crecía, estaba en ese momento raro en que el cabello no es ni largo ni corto.

- Nayeon unnie... das miedo, ¿lloras? ¿ríes? ¿las dos? - dijo Sana con su característica cara entreabriendo los labios y de ojos entornados tratando de entender.

- No es nada, tontas... ¡¡las quiero mucho, mucho, mucho!! ¡¡es todo!! - dijo la mayor mientras Jihyo sonreía con orgullo, esa era la Nayeon que tenía que estar de vuelta.

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