02 - Do it again

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Los momentos de fama apenas iniciabn. La idea de que las 9 vivirían bajo un mismo techo les llenaba de ilusión.

— Pensar que vengo de ser sólo yo y ahora casi de la nada ¿hacerme de 8 hermanas?... ¡¡Wow!!, ¡¡Me encanta!! — Sana dió unos brinquitos adorables con una amplia sonrisa.

Las integrantes extranjeras habían dejado todo a la distancia.

— ¡Daré lo mejor de mí! — decía Momo mientras flexionaba sus bíceps frente al espejo.

Mina les observaba con una sonrisa que parecía acumular lágrimas en sus ojos... ésta sería su vida ahora. Todo era tan nuevo para ella siendo la integrante con menor tiempo de ser trainee.

— ¡De verdad me hace mucha ilusión haber debutado juntas! — Sana les envolvió en un abrazo asfixiando a Momo quien se sacudía sacando la lengua mientras Mina, con ojos bien abiertos, había quedado atrapada entre el brazo de Minatozaki y sus senos, lo que hacía imposible controlar hacia dónde i a su mirada.

Las tres Japonesas comenzaron una nueva aventura juntas otra vez como esa en la que se embarcaron para ir a vivir a Corea del Sur hace unos años, apostando a nada pero ganándolo todo; pues el destino y el fandom, confirmaría el poder de éste trío nipón como superior, muy a pesar de sus propias inseguridades.

Tzuyu por su parte, la joven de Taiwan se mantenía al margen de expresar emociones de vulnerabilidad. A pesar de su corta edad, éste sueño de debutar era un paso gigantesco pero sabía que a las primeras de cambio su madre vendría en su rescate.

Limpió su garganta y las otras dos maknaes le sorprendieron con un abrazo por la espalda sacandole una amplia sonrisa.

— ¡¡Tzuyah!! — Las DuChaeng dijeron al unísono.

JYP se llevó el crédito por equilibrar lo mejor de todas las integrantes y formar una inquebrantable complicidad entre ellas. Pero, consciente de que eran adolescentes y llenas de curiosidad, les advirtió que habría reglas así como también iban a tomar una clase de educación sexual obligada.

— ¿Se pueden creer que PD Nim nos hará atender a esa clase? — Dahyun se ruborizada de sólo pensarlo.

— Creo que es mejor aprender bien que intentar indagar en material ficticio... — contestó Sana finalmente liberando a las otras dos para abrazarse de la blanca coreana recargandose en su espalda.

— ¿Por material ficticio te refieres al porno? — preguntó Nayeon desinhibida.

— ¡¡Unnie!! — Sana cubrió los oídos de Tzuyu — ¡hay menores aquí! — le regañó con una falsa sonrisa de modestia.

— Hahaha, ¡ustedes empezaron! En fin... Jihyo tal vez pueda sugerirnos una buena lectura... — Nayeon evidenciaba a su líder tras haberle visto leer webtoons subidos de tono y tenerse la aplicación de Wattpad en su móvil.

— Chicas, ¡recuerden las reglas! — dijo Dahyun.

El contrato tenía una serie de cláusulas y reglas,  que irían cambiando conforme fuesen creciendo pero había dos que de momento debían tatuarse en la mente:

1) Prohibido hacer público el tener citas o pareja. Vamos, lo más fácil era mejor prohibirles tener nada.

2) Evitar todo tipo de actividad que incurriera en actos de violencia, criminalidad o contrabando.

Ésta segunda regla, aunque sonaba severa, la idea era mantener el ambiente de armonía y respeto por encima de todo lo que implicaba cuidarse unas a otras evitando hacerse bullying, caer en provocaciones, o tan "mínimo" como dañar la propiedad donde vivirían en los próximos años de su contrato, así el lugar fuese deplorable de por sí con un frigo que fallaba cada martes y una televisión que apenas y se veía.

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