57 - Believer

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Éste era un día largo, parecía no tener fin para algunas mientras que otras sencillamente no querían que terminase. La nieve seguía cayendo y la madrugada se prolongaba...

- Oh... parece que está nevando... - dijo Chaeyoung con tono lúgubre, le traía a la mente ese momento feliz en que filmaban aquél famoso live donde sin pudor dijo haberse enamorado de Mina aunque lo hubiese corregido casi de inmediato por la apariencia. Dió un par de largos tragos al vaso de agua que sostenía sobre el sink mientras veía caer la nieve por la ventana hasta que lo dejó entre los trastes sucios, la bailarina ahora estaba sentada en la mesa del comedor con los hombros caídos.

- Mina unnie... - Hacía tiempo que no le llamaba así lo que hizo que se sentara estirando la espalda y en alerta, lo que sea que Chaeyoung fuera a decir después de eso tal vez era algo que no le iba a gustar...

Hubo un largo silencio mientras la maknae caminaba hacia el lado opuesto frente a Mina para sentarse cuidadosamente intentando no hacer ruido con la silla. Puso sus manos sobre la mesa envolviendo una sobre la otra con cierto nerviosismo sin hacer contacto visual, Mina trató alcanzar las manos de la joven con la suya pero en un rápido reflejo Chaeyoung las quitó diciendo - Mina... no sé cómo decirte ésto pero... no soy tan inocente como parece...

- ¿Qué quieres decir? - dijo con un tono sombrío a penas y diciendo cada palabra.

- Si lo hice... - cubrió su rostro con ambas manos, avergonzada por lo que estaba a punto de detallar.

****

- aaaaaah... - exhaló Dahyun cayendo de espaldas sobre la cama. Sana, con sus antebrazos sobre la frente, permaneció recostaba perdida aún en el placer del éxtasis que acababan de compartir. No era muy su estilo ser "pillow-queen" pero...

- Dubussi... - murmuró la nipona con un ronroneo suave y ronco - mmmh... que bien se sintió eso...

Ambas seguían con la respiración agitada, Dahyun la que más. El esfuerzo y el nivel de estamina que se necesita para complacer a Sana era en ocasiones algo agotador y aún con el tiempo que llevaban juntas y las experiencias compartidas nunca dejaba de ser demandante. La rapera poco a poco recuperó el aliento levantándose para quitarse el arnés.

- mmmh... no, ¿a dónde vas? - la japonesa la jaló hacia sí de lo único que pudo echar mano regresándola a la cama.

- ¡Sanayah!... - intentó protestar con desgana pero también le fascinaba que a pesar de la exhaustiva sesión que acababan de tener pidiera más.

- ¡Ven aquí! - dijo mientras se recorría dejando a Dahyun en el centro de la cama, - ponte cómoda, yo me ocuparé del resto.

- ¿Oh?, pero no tienes... no tienes que hacerlo...

- Hoy no lo haré por ti, lo haré sólo por mí... pero no te quiero dejar sin energía, hi, hi... - el comentario le causó confusión y su respuesta llegó cuando la sensual y adorable japonesa acomodó su cuerpo encima de ella llevando las caderas lentamente hacía el extenso falo falso que aún portaba la coreana y suavemente lo colocó dentro de sí hasta no verlo más.

- ¿Te he dicho que... ésta es de las mejores vista en mi vida? - dijo halagando la inmensurable belleza de su novia quien se afianzaba sobre ella con toda la confianza que su desnudez le daba.

Sana era la mismísima visión del nacimiento de Venus; etérea, sensual, voluptuosa, hermosa, y en éxtasis. A los ojos de Dahyun era una verdadera visión mística, con todo respeto a la religiosidad que le caracterizaba.

Sana, en ese estado, era una Diosa mayúscula y Dahyun la creyente número uno con solo ver cómo el mentón angular casi de inmediato quedó expuesto haciéndole llevar la cabeza hacia atrás seguida por los acompasados movimientos ondulantes. La mayor se mecía hacia atrás y adelante en un ritmo certero y gentil ayudada por el firme agarre en su cintura de las manos de la más jóven.

****

El vibrar del celular de Nayeon le hizo abrir los ojos, dormía sin sueño, la ligereza se debía a la siesta que habían tomado luego del show de Chaeyoung y cuando llegó la madrugada y el frío de la nieve le hizo estremecerse subiendo la cobija con fastidio casi hasta el rostro, pero pudo más su curiosidad y volvió a bajar para revisar los mensajes que recibía haciendo que el brillo de la pantalla despertará a Jeongyeon.

- ¿Tampoco puedes dormir?

- Lo siento cariño, mi teléfono comenzó a vibrar...

- ¿Y... es una emergencia? - preguntó con curiosidad intentando ver la pantalla.

- ¡Uugh!, ¿qué no duermen en América?, es Haru... - dejó el teléfono sobre la mesita de noche.

- Hahaha, ¿America?, pero si es de día allá... ¿qué dices?

- ¡No me importa! -dijo girándose para abrazarse llevando una de sus manos inconscientemente sobre el vientre de la alta, Jeongyeon reaccionó recelosa tomando la mano de Nayeon, la llevo a su pecho y le aprisionó ahí.

- Lo siento... - dijo la mayor.

- No... - Jeongyeon soltó su mano encogiéndose de lado dándole ahora la espalda. - No sé si pueda seguir haciendo esto.

- Jeongyeon, lo siento, no quise...

- No, no hablo de lo que tú crees... me refiero a ésto de ser idol... yo... - Exhaló fuerte como quien quiere dejar salir todo el aire y de paso todo espíritu maligno si es que alguno le había poseído jactándose de la mala suerte que han tenido.

- ¡Jeongyeon! - dijo con cara de sorpresa mientras se sentaba y prendía la lámpara. - Ni se te ocurra hablar así frente a Jihyo o cualquier otra de las del grupo - y susurró agregando - ni se te ocurra hablar así frente a Momo...

- Lo sé, por eso lo digo ahora... - continuó cabizbaja encorvada en posición fetal.

- ¿Qué pasa? Creí que íbamos a sobrellevar las cosas juntas...

- Y sí... pero es difícil. No eres tú quién tiene este cuerpo ahora, ni eres a quién critican. - Se volvió para sentarse a un costado de Nayeon - dime... ¿hicimos lo correcto?

Nayeon se mantuvo en silencio por un momento, llevó una de sus manos para acariciar el rostro de la otra mientras la llevaba a su hombro. Suspiró un par de veces queriendo hablar pero no sabía cómo comenzar a contestar la pregunta.

- ¿Lo correcto? - se preguntó casi a sí misma con una voz singularmente baja y gruesa, limpió su garganta y habló con más seguridad - tomamos una decisión haciendo lo que siempre quisimos... ¿te arrepientes?

No contestó, acomodó la cabeza echándole hacia atrás cerrando los ojos... ahora era Jeongyeon quien no quería contestar. Nayeon imitó su movimiento insistiendo - ¿tienes remordimiento? O... - tragó saliva evitando hacer algo que había cubierto con trabajo sin parar - ¿me culpas?

Una lágrima brotó de los ojos cerrados de Jeongyeon, su silencio entre más se prolongaba más mella provocaba en la mayor.

****

- ¿Jihyo unnie...?

- ¿mm?

- ¿Crees que estaremos bien?

Envueltas en una cálida frazada y abrazadas sobre el sofá mirando por el gran ventanal donde contemplaban la nieve caer, la líder acariciaba el cabello de la maknae pensativa con la mirada perdida a la distancia.

- Quiero creer que sí...

- ¡Mm! - afirmó Tzuyu con entusiasmo. - Si tú crees que sí, entonces ¡así será! - con una sonrisa de par en par se volvió a envolver entre lo brazos de la mayor que la arropaban en una tierna aura maternal.

Jihyo, perdida en el pensamiento ahora se volvía en una creyente de su propio optimismo porque no quería pensar en lo peor y reafirmó para sí misma "sí, vamos a estar bien".

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