El As de Espadas.

Capitulo Treinta y uno: Miedo.

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Martes 0900 horas día veintitrés

Descanso Misión MI04/19HR

Playa del Carmen, Quintana Roo, México.

Estamos caminando por el parque, hay muchas cosas por hacer Iván tiene nuestras manos entrelazadas y yo trato de fingir tranquilidad, pero la llamada de ayer prende mis alertas y no hay nada que las pueda apagar.

Siento que en cualquier momento mi pequeña burbuja de felicidad se reventara.

Nos tomamos fotos y vemos los pequeños espectáculos que llevan a cabo en todo el lugar, hay muchísima flora y fauna.

—¿Ya pensaste en donde quieres que nos casemos? —. Pregunta mientras caminamos tomados de las manos.

—No lo sé, pero me gusta la Catedral de la Inmaculada Concepción de la Santa Virgen María en Moscú—. Digo seriamente.

— ¿En la Catedral? —. Dice incrédulo.

—Si quiero llegar en un carruaje con doce Shire de color blanco, que mi vestido tenga una cola de diez metros, y sea tan grande que no quepa por el pasillo de la iglesia, que el coro sea la Escolanía de Montserrat y que el mismísimo papa venga a oficiar la misa —. Confieso entre suspiros y con una sonrisa mientras veo como se queda estupefacto.

—Okey... Tu pides y yo te lo doy —. Saca su teléfono y comienza a llamar a alguien.

— ¿A quién estas llamando? —. Preguntó aguantando la risa.

— A mí madre para que lo organice todo —.

Empiezo a reír y le quito el teléfono y cuelga la llamada que por suerte no se había enlazado todavía.

Se queda serio y tomo su cara entre mis manos y lo beso por todo el rostro.

—Ángela si es lo que quieres yo estoy feliz de dártelo, pero no tengo ni la menor idea de cómo organizar esto que me pides.

— Estaba bromeando papi ruso.

—Mmmm papi. Me gusta ese apodo. Me lo puedes decir más tarde en la alcoba—. Me besa y junta nuestras frentes. — Si quieres la boda de Disney te daré la boda de Disney es más si quieres la hacemos en Disney —. Confiesa con una sonrisa.

—No, no quiero la boda de Disney quiero una boda tranquila con solo la familia y amigos cercanos.

— Tu pide y listo — Me besa y toma mi mano para seguir caminando.

Vemos a los jaguares, las aves y mariposas que hay en el lugar.

Aprovecho que están haciendo fila para comprar agua y me acerco a Kate.

Tocó su muñeca y sabe que algo anda mal.

—Vamos a los sanitarios.

Grita para que el grupo la escuche y caminamos hacia los sanitarios.

—¿Qué pasa?

—Ayer me llamó sabe que me voy a casar con Iván.

—¿Moore? Que descaro llamarte para eso.

—No Kate no me llamo Moore, me llamó el.

Tapa su boca y busca un lugar lejos de las ventanas que hay.

—¿Como lo supo? ¿Desde cuándo lo sabrá?

—No lo sé Kate, será por que vive con ellos tal vez.

—Pero ellos están de acuerdo no.

—Si días antes en un arranque de Iván me dijo que estaban de acuerdo.

—Pero...

—Kate es mi pasado si lo ame como a nadie más, tú nos viste, pero un día de la nada todo cambió yo era una adolescente y el...

—Ángela necesitas calmarte el solo lo sabe y no podrá hacer nada. Recuerda que el dejo de ser el candidato perfecto cuando te dejo llorando y te hecho de su lado.

—Me dijo que la felicidad me durará hasta la muerte de Markelov.

—Necesitas hablar con ellos, decir lo que está pasando y que controlen la situación. Si a ti te mandaron tan lejos y se sacrificaron para que tu velarás por su seguridad desde aquí no van a dejar que el arruine su posible descendencia.

—Kate no puedo decir que amo a Iván igual que a él, son personas completamente diferentes, pero sé que él es el indicado, lo adoro y está semana ha hecho que lo vea de manera sentimental.

—An crees que en algún momento lo puedas llegar a amar como lo amaste a él, o incluso hasta más.

—Me enamore de Iván, lo quiero en mi vida, lo adoro con mi alma y sé que lo estoy comenzando a amar.

—Él te ama Ángela. Con tus secretos y verdades lo hace.

—Lo sé.

Me abraza y lloro en su hombro estoy asustada, temo por qué le pasé algo pocas veces he sentido miedo, esta es una de ellas.

Mi pasado siempre va a existir, pero no quiero que alcance mi presente y destruya mi futuro.

Llega Alex y se suma al abrazo.

—¿Que pasa mamacita?

—Él lo sabe.

Alex también fue testigo de todo lo que pase con él. Yo solo tenía 17 años y fue un caos cuando el mundo se enteró, él es mucho mayor que yo y varios pusieron el grito en el cielo, no teníamos apoyo de nadie y me advirtieron que me iba a destrozar el corazón y no se equivocaron.

El primer amor siempre es muy fuerte y a veces te lleva por el paraíso, pero también te presenta el infierno.

Con el todo lo vives al máximo y das todo y más de ti hasta quedarte sin nada para darte cuenta de que a veces no fuiste suficiente.

Al final te quedas con el puro cascarón y te toca volverte a armar tu sola.

Me pongo los lentes para tapar mis ojos hinchados, salimos y busco a Iván.

Llego a su lado y lo beso tomándolo por sorpresa.

—¿Qué pasa, todo bien?

—Si solo estoy enamorada y quiero que me hagas feliz.

Amo sus sonrisas ya que son pocas las veces que sonríe así.

Me gusta y ya no solo lo quiero como a un amigo, lo quiero para mi futuro a mi lado, así como en este momento.

Toma mi cara entre sus manos y se agacha a quedar a mi altura.

Sus ojos brillan y su sonrisa hace aparecer sus hoyuelos

—Te amo Ángela.

—Te amo papi ruso.

Nos besamos y me permito sentir el amor que me da en el beso.

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