El As de Espadas.

Capitulo Cincuenta y seis: Maldito destino.

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Viernes 0700 ʜᴏʀᴀs ᴅɪ́ᴀ veinticuatro.

Mɪsɪᴏ́ɴ MI05/19HR/H

Cᴀᴛᴀɴɪᴀ , Sɪᴄɪʟɪᴀ, Iᴛᴀʟɪᴀ.

Kate Waddell.

Me despierto con un sobresalto de adrenalina en busca de mi teléfono, un mal presentimiento no me deja respirar.

Lo desbloqueo encontrando un mensaje de An.

Quiero muffins, playa y mucho sexo. Se lo diré a Iván, me largo, ya están grandes que se cuiden el culo ellos solos.

Le llamo, pero no me contesta, lo intento por tres veces más sin respuesta, me extraña ya que ella siempre está al pendiente del teléfono, además que su turno ya terminó.

Salgo de la cama y voy al sanitario mientras llamo sin parar.

Empiezo a temblar ya que la situación me causa escalofríos.

Llamo a Colunga quien dice no tener novedades, cuelgo y busco a Wen quien está abajo desayunando.

—An no contesta, búscala por favor —. Le pido en tono urgente.

Se pone de pie y corre a la habitación en la que esta su laptop.

—Dame unos minutos—. Me dice mientras la veo teclear.

—¿Dónde está Markelov? ¿Lo has visto? —. Camino por la habitación mientras lo llamó por el móvil.

No tengo respuesta y esto no me gusta.

Mi paciencia se termina y llamo a Armando quien después de tres llamadas me manda a buzón de inmediato.

Necesito respuestas pronto.

—La ubicación me arroja, un hospital, Garibaldi Nesima Hospital.

—¿Y la de Iván?

—Mismo punto.

—¿Hay algo en el sistema?

—Fueron ingresados, les dispararon.

El anuncio de Wen hace que mi sangre se congele.

La veo que se pone de pie y comienza a tomar todas sus cosas.

Estoy en shock.

No me puedo mover.

Wen me toma de los hombros y me sacude con fuerza.

—Chica es hora, toma todo, vinieron por ella hay que sacarla de ahí.

Corro a la habitación en la que estaba designada para Iván y Angela, tomó de debajo de la cama las bolsas de lona, comienzo a guardar sus cosas en las bolsas, tomo la ropa, la cámara, laptop, mientras rocío el líquido que Colunga nos dio.

Llamo a mi contacto de emergencia.

—Ella está en Garibaldi Nesima Hospital averigua todo.

Cuelgo y guardo el teléfono en mi pijama, no tengo tiempo de hacer mucho con mi ropa, corro por toda la habitación guardando cosas ropa todo.

Mi móvil suena y lo contesto de manera automática.

—Fue ingresada junto con Markelov, cada uno con dos impactos de arma de fuego, no se sabe nada del tirador—. Anuncia Colunga muy alterado. —Escúchame bien tomen un taxi hacia el punto naranja dejen todo ahí y después vayan al hospital, yo busco a los demás. Corre Kate.